La voz de Juan Ramón Sáenz está imbuida en el imaginario colectivo, convertido en parte del folklor popular de México y otros países hermanos. Ese tono suave, amigable al oído, que es como escuchar a un viejo amigo que siempre está interesado en lo que tenemos que decir y escucha atentamente para ofrecer su opinión y retroalimentación. Claro, siempre y cuando le estemos contando una experiencia aterradora relacionada con lo paranormal.
Periodista y locutor consagrado, Juan Ramón Sáenz fue mejor conocido por su participación como conductor de la emisión radiofónica La Mano Peluda, que lo convirtió en una figura emblemática de la investigación sobrenatural y el fenómeno paranormal.
Las personas que hoy en día rondan los treinta años de edad son quienes mejor podrán recordar este programa de radio, que ganó notoriedad a finales de la década de los noventa, en la brecha del auge de la Internet y los medios digitales, una época más sencilla, quizá un poco ingenua, pero sin duda más misteriosa. La idea era simple pero genial. Los radioescuchas llamaban a la estación para contar experiencias sobrenaturales, cuentos de terror y suspenso que narraban con un factor clave: el narrador era una persona común y corriente, como cualquier otro radioescucha, como cualquier familiar nuestro, como nosotros mismos. Ese aspecto le daba a las historias una sensación verdaderamente genuina. No era obra de una exagerada fantasía hollywoodense, sino una experiencia sutil, inexplicable hasta para el mismo narrador. Juan Ramón Sáenz fungía como maestro de ceremonias en este teatro de lo macabro y con enorme pericia guiaba al narrador en turno para hacerlo describir los detalles más escalofriantes y tenebrosos que erizaba los cabellos a más de uno.
Probablemente habrás notado, amable lector, que nos referimos a Juan Ramón Sáenz en tiempo pasado. Sucede que Juan Ramón falleció de manera intempestiva y prematura contando con tan sólo cuarenta y ocho años de edad. Los partes médicos hablan de un padecimiento fulminante que acabó con su salud y su vida de la noche a la mañana; el escepticismo abunda ante esta versión.
Años atrás el programa radiofónico sufrió un cambio gradual al dejar de lado las sencillas narraciones consecutivas y transformarse en un show de sucesos paranormales en vivo. Personas siendo atacadas por fatuos espíritus en tiempo real, exorcismos ejecutados vía telefónica e investigaciones continuas para rastrear a personas desaparecidas se convirtieron en el contenido habitual del programa. Para ese entonces, Sáenz ya había destinado una considerable cantidad de tiempo y recursos en dichas investigaciones, pasando de ser un mero cronista a un auténtico detective del fenómeno paranormal.
En la actualidad, no son pocas las personas que especulan sobre el destino final del gran Juan Ramón Sáenz, quien tal vez se involucró demasiado profundamente con fuerzas poderosas… y peligrosas…
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