Por Mauricio Leyva
Truman
Capote transforma, en este libro, la realización de un reportaje que efectuó en
Kansas, en la ciudad de Garden City, a una novela. Recrea a detalle los
fatídicos sucesos de un sábado de noviembre de 1959 en el cual dos sujetos,
Perry y Dick, matan sin piedad a una
familia.
Como
recurso narrativo la historia hace uso
de crónicas para recrear el ambiente que imperaba en el pueblo de Holcomb.
Otro elemento recurrente en el relato es la voz que lo cuenta, misma que pasa
sin miramientos del narrador omnipotente a los actores de la novela. De esta
forma podemos notar que la voz narrativa pertenece a todos los protagonistas y
sin previo aviso nos deslizamos entre el relato de Herbert o el de su esposa
Bonnie, o el de sus hijos Kenyon y Nancy, y repentinamente pasamos a los
pensamientos de los asesinos o a los de cualquiera del pueblo.
Otro
de los recursos de los que se vale es el uso de historias paralelas. Al inicio,
cuenta simultáneamente lo que pasaba ese día con la familia Clutter en su
rancho y lo que hacían los dos asesinos a seiscientos kilómetros de ahí.
Después de cometido el crimen el nuevo paralelismo relata lo que hacían los
investigadores para dar con los culpables del crimen al tiempo que nos cuenta
las decisiones tomadas por los asesinos después de perpetrada su fechoría.
Capote explota a profundidad todos los medios de un
reportaje,
entrevista a todos los implicados en el asesinato, tanto directa como
indirectamente, reconstruye las escenas del crimen, hace investigación
geográfica y jurídica, realiza remembranzas, indaga en las memorias del pueblo.
Sin poner jamás una opinión propia permite que sean los protagonistas del
relato los que le den sentido a éste.
Describe y desarrolla
tan bien a los personajes que logra que el lector se encariñe tanto con la
familia asesinada como con los perpetradores del crimen. Personalmente creo que
podría haber quedado mejor la novela si la hubiera condensado un poco más, me
parece que algunas cosas están demás como es el reproducir las cartas de la
familia de Perry o el poner los comentarios de la encargada del correo, pero
esto no demerita en nada la calidad del escrito.
Uno de sus puntos más fuertes es que siempre
logra mantener la atención del lector, mientras se va desarrollando y armando el
rompecabezas nos da la posibilidad de que nosotros hagamos nuestras propias
deducciones y lleguemos a compenetrarnos con los personajes. Su trabajo es un
gran ejercicio periodístico y literario que combina lo mejor de ambos mundos.
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