lunes, 11 de mayo de 2015

A Sangre Fría

Por Mauricio Leyva

Truman Capote transforma, en este libro, la realización de un reportaje que efectuó en Kansas, en la ciudad de Garden City, a una novela. Recrea a detalle los fatídicos sucesos de un sábado de noviembre de 1959 en el cual dos sujetos, Perry y Dick, matan sin piedad  a una familia.
 Como recurso narrativo la historia hace uso de crónicas para recrear el ambiente que imperaba en el pueblo de Holcomb. Otro elemento recurrente en el relato es la voz que lo cuenta, misma que pasa sin miramientos del narrador omnipotente a los actores de la novela. De esta forma podemos notar que la voz narrativa pertenece a todos los protagonistas y sin previo aviso nos deslizamos entre el relato de Herbert o el de su esposa Bonnie, o el de sus hijos Kenyon y Nancy, y repentinamente pasamos a los pensamientos de los asesinos o a los de cualquiera del pueblo.
 Otro de los recursos de los que se vale es el uso de historias paralelas. Al inicio, cuenta simultáneamente lo que pasaba ese día con la familia Clutter en su rancho y lo que hacían los dos asesinos a seiscientos kilómetros de ahí. Después de cometido el crimen el nuevo paralelismo relata lo que hacían los investigadores para dar con los culpables del crimen al tiempo que nos cuenta las decisiones tomadas por los asesinos después de perpetrada su fechoría.
 Capote explota a profundidad todos los medios de un reportaje, entrevista a todos los implicados en el asesinato, tanto directa como indirectamente, reconstruye las escenas del crimen, hace investigación geográfica y jurídica, realiza remembranzas, indaga en las memorias del pueblo. Sin poner jamás una opinión propia permite que sean los protagonistas del relato los que le den sentido a éste.
Describe y desarrolla tan bien a los personajes que logra que el lector se encariñe tanto con la familia asesinada como con los perpetradores del crimen. Personalmente creo que podría haber quedado mejor la novela si la hubiera condensado un poco más, me parece que algunas cosas están demás como es el reproducir las cartas de la familia de Perry o el poner los comentarios de la encargada del correo, pero esto no demerita en nada la calidad del escrito.
Uno de sus puntos más fuertes es que siempre logra mantener la atención del lector, mientras se va desarrollando y armando el rompecabezas nos da la posibilidad de que nosotros hagamos nuestras propias deducciones y lleguemos a compenetrarnos con los personajes. Su trabajo es un gran ejercicio periodístico y literario que combina lo mejor de ambos mundos.

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