jueves, 25 de febrero de 2016

Mad Max: Fury Road

Fury Road es una de las mejores películas de acción que se hayan hecho. Es en toda la extensión del término, una obra de autor; George Miller escribe y dirige esta visionaria secuela, que supera a la antigua trilogía de Mad Max y al mismo tiempo la revalora, pues muchos de los que vean Fury Road de inmediato regresarán a ella. Evidentemente, este filme se realizó teniendo como principal objetivo su propia integridad artística, sin comprometerla con cuestiones publicitarias u opiniones de productores entrometidos. Desde este punto de vista nos recuerda mucho a Dredd (2012), otra excelsa película de acción moderna, que lamentablemente no corrió con suerte en taquilla.

La estructura de Fury Road tiene una propuesta arriesgada, la cual es dejar que los hechos mismos narren la historia. Normalmente las películas tienen momentos de acción, que desarrollan la trama, y momentos de exposición, que explican el contexto de la historia (quiénes son los personajes, dónde están, cuál es su motivación, etc.); en Fury Road la acción y la exposición suceden al mismo tiempo, con un diálogo reducido al mínimo, siendo definida por muchos como “una persecución continua”; y esa es su mayor virtud, tener un ritmo imparable.

Visualmente es un deleite, digna de verse una y otra vez para apreciar cada detalle. Las actuaciones son perfectas por parte de Charlize Theron (Furiosa) y Hugh Keays-Byrne (Immortan Joe ¡y anteriormente Toecutter!); asimismo, Tom Hardy interpreta a un Max propio, muy diferente de aquel Mad Max de Mel Gibson, que también tiene un cálido lugar en nuestros corazones. Simplemente no hay nada malo que decir sobre esta película, agreguen una banda sonora genial y el universo postapocalipco más cool, y tienen en sus manos una obra maestra.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Aliens








Después del éxito que tuvo "Alien" en 1979 se antojaba casi imposible realizar una secuela de calidad que pudiera al menos hacer méritos con respecto al clásico de Ridley Scott, sobre todo en una época en que la sobreexplotación de franquicias cinematográficas provocó que las segundas partes de muy mala calidad fueran el pan de cada día. Este fue un fenómeno que se dio más que nada en series de terror, como "Hellraiser" y "Halloween", que teniendo una primera parte de gran éxito y calidad daban paso al lanzamiento de interminables secuelas de cada vez más bajo presupuesto y valores cinematográficos. Sin embargo, apareció la enorme figura de James Cameron para salvar a la saga Alien de sufrir el mismo destino que las antes mencionadas, con una secuela tan poderosa e innovadora, que no solo se equiparaba a la original de Ridley Scott sino que en muchos aspectos la superaba; esta secuela tuvo por nombre "Aliens", un título que simplemente describe a la perfección la esencia de su concepto.

El éxito que representó "The Terminator" permitió que 20th Century Fox le confiara la realización de "Aliens" a James Cameron, con un presupuesto de 18 MDD. Algunas diferencias con el crew inglés y en contratación de actores no impidieron que la cinta de 137 minutos de duración fuera filmada con un guión del mismo Cameron, en el cual los elementos de ciencia ficción permanecen como argumento clave; sin embargo, en un movimiento audaz, esta secuela se aleja del horror presentado en su predecesora a favor de una trama llena de trepidante acción en su más puro estilo, gracias a la infalible presencia de los marines espaciales, quienes tardíamente comenzaban a establecerse como elemento clásico del cine de ciencia ficción, después de que en los años cincuenta Robert Heinlein hiciera lo propio en la literatura con sus obras espaciales, sobre todo "Starship Troopers".

La historia nos transporta nuevamente con Ellen Ripley, quien después de escapar de la tragedia del Nostromo ha flotado por el espacio exterior en estado de híper-sueño durante cincuenta y siete años. Tras ser encontrada por una nave de "Weyland- Yutani", corporación para la cual trabajó durante su misión en LV-426, se le informa que en el planeta en cuestión se ha establecido una colonia, pero recientemente se ha perdido el contacto con ésta. Sospechando que se pueda deber a la presencia de la criatura descrita en el informe de Ripley, la compañía le ofrece reinstalarla en su puesto si acepta acompañar a una expedición militar en calidad de asesora. Aunque en primera instancia se niega rotundamente, pronto descubre que no podrá descansar hasta estar segura de que esta monstruosa raza alienígena ha sido exterminada, por lo que finalmente decide aceptar.

Acompañada por Carter Burke, representante de "Wayland-Yutani", el androide Bishop y un escuadrón de Marines espaciales fuertemente armados, la expedición arriba al planeta para descubrir que la colonia ha sido invadida por los aliens, cuya extrema peligrosidad pronto pone en claro que no estaban preparados para una fuerza tan hostil. Tras encontrar a la única sobreviviente de la colonia, una niña llamada Newt con quien Ripley se encariña porque le recuerda a su propia hija, la expedición queda imposibilitada para retirarse debido a la explosión de su nave de descarga terrestre. Además de esto, descubren que la estación de procesamiento de la colonia ha sido dañada, amenazando con producir una explosión nuclear. Entonces, la lucha por sobrevivir a la fuerza alienígena se convierte en una carrera contra el tiempo, en la que el esfuerzo heroico de Ripley y los marines nuevamente se ve confrontado con los intereses económicos de fuerzas más grandes.

En esta ocasión es Sigourney Weaver quien se roba el espectáculo con una interpretación magistral que incluso la hizo acreedora a una nominación al Oscar, en una época en que este tipo de cintas no eran consideradas más que para categorías técnicas. Y no se quedan atrás un par de actores consentidos en la filmografía de Cameron, Lance Henriksen, mejor conocido por su papel protagónico en la serie "Millenium", y Bill Paxton, quien brinda una actuación genialmente hilarante que le ayudaría a ver despegar su carrera en años posteriores.

Además de la actuación, hay que resaltar el galardonado trabajo de efectos especiales que se llevó a cabo (uno de los aspectos en que Cameron siempre ha sido pionero, tanto en su desarrollo como en su aplicación). A mediados de los ochenta, antes de la época del CGI y cuando el uso del ordenador aún era limitado, el mérito de realizar efectos especiales tan realistas era doble, pues todos estos tenían que hacerse físicamente, y en "Aliens" sólo basta ver la creación del Alien Reina para darse una idea de la dedicación que se le dio a la obra.

El éxito de esta secuela se debe en gran medida a que James Cameron se negó a realizar un copia de "Alien"; lo que era la amenaza oculta y acechante de una sola criatura, se convirtió en una confrontación frontal contra docenas de éstas, dándole un giro de 180 grados al género, para crear lo que hoy es el arquetipo de película de acción futurista. Pero más importante aún resulta ser el guión, estructurado por medio de buenos diálogos que no sólo desarrollan el carácter único de cada uno de los personajes sino que transmiten perfectamente el espíritu de la exploración y colonización espacial. Todo esto, aunado a un sentido del humor genial dio como resultado una obra que es simple y sencillamente perfecta.

lunes, 22 de febrero de 2016

Laberinto de Muerte

(1970)
Philip K. Dick

Por Patricia Munguía

¿Cómo sobrevivir a un trabajo rutinario y asfixiante?, Ben Tallchief no tuvo más que escribir una plegaria y enviarla por la red galáctica hacia uno de los mundos deíficos que se encuentran esparcidos en el universo para recibir su cambio a una nueva ubicación, en donde, junto a Seth Morley y otras doce desdichadas y aburridas almas, emprenderán la aventura más irreal y peligrosa de sus vidas. En una sociedad en la cual la existencia de la divinidad es una realidad y no una creencia, nuestros protagonistas se enfrentarán a extraños organismos vivos, habitantes de este desolado lugar llamado Delmak-O, y a acontecimientos que van más allá de lo místico y paranoico para finalmente regresar a su verdadero y único paradero.

De sus más de cuarenta y dos novelas, Laberinto de Muerte (A Maze of Death) se encuentra, sin duda, entre las mejores; siendo uno de los escritores más emblemáticos del género de la ciencia ficción, Philip K. Dick explora nuevamente las relaciones interpersonales en circunstancias adversas y estresantes, llevando a cada personaje al límite de sus capacidades y acentuando lo más humano de su ser, ya sea explotando su racionalidad o su instinto. Y como en todas sus historias, la imaginación desbordante de cada escenario y situaciones te mantendrán al borde de la expectación, pues además, las intrigas y la incertidumbre que aqueja a estos catorce viajeros darán inesperados giros de tuerca, otra estratagema recurrente en la mayoría de sus obras.

Un elemento interesante de esta novela es la invención de toda una cosmogonía en la que se mezclan distintas religiones para dar forma al libro de Specktowsky, el moderno discípulo, que sirve de guía espiritual para todo habitante de esta sociedad futurista en la que el contacto con Dios se vuelve un poco más palpable e involucra a la tecnología para crear una red de comunicación directa con el creador del Universo.

jueves, 18 de febrero de 2016

Bartebly, el escribiente

Herman Melville (1853)

Por Karina López Correa

A través de la ventana, en una oficina de Wall Street, un enigmático hombre de aspecto pálido, casi fantasmal, contempla el vacío mientras se rehúsa a cumplir con las labores para las que fue contratado. A pesar de que al inicio Bartleby desempeña impecablemente sus tareas de copista, un día, de pronto, sin razón alguna, prefiere no hacerlo más.

Ante semejante azoro, el abogado que lo contrató decide narrar la increíble historia de Bartleby, pero hay más huecos que historia; la información que se tiene acerca de él es una mezcla de la posibilidad y el vacío de identidad, pareciera que es un hombre sin pasado o con un pasado inenarrable, que se encuentra más allá de la razón y de la ley. No se sabe qué hace mientras no labora, de dónde viene, dónde ha vivido, quiénes son sus padres o si es que tiene familia.

Bartleby es un personaje que no está relacionado con la finalidad y el sentido, es un gozne entre lo que está y no está. Escapa de toda delimitación y así mismo se define por todo lo que no es, por lo que preferiría no hacer. Su principal característica es la negativa, cada que Bartleby “preferiría no hacerlo” o en definitiva se niega a hacer las cosas que el abogado le encomienda abre un espacio de indeterminación donde las posibilidades de resolución ante su comportamiento quedan desestabilizadas por completo.

Bartleby, el escribiente, permite una concepción distinta a la prefija por tratarse de un personaje que rompe con los estatutos de la coherencia y la lógica, que dentro de su imposibilidad para ser clasificado revela características que lo clasifican dentro de la vida, que todo el tiempo deambula entre el ser y el no ser, entre el hacer y no hacer, sin situarse definitivamente en una de las dos opciones, que no es una figura activa ni pasiva, pues se asemeja más a un punto no necesariamente medio, sólo un punto en algún lugar del extenso campo de la posibilidad.


miércoles, 17 de febrero de 2016

Después del Terremoto

En esta ocasión, Murakami nos presenta un conjunto de seis historias que se desarrollan a poca distancia del devastador acontecimiento que conmocionó a todo Japón en enero de 1995, el gran terremoto de Hanshin (Kobe); sin embargo, ninguna de ellas se centra en la tragedia, sino que describen la vida cotidiana de los ciudadanos, a veces en escenas surrealistas y otras veces impregnadas de melancolía.

Cada relato ofrece una singular anécdota en la cual poco o mucho tiene que ver el terremoto, no obstante es una constante en cada uno de ellos, ya sea como hilo conductor o simplemente como personaje secundario, y las repercusiones que este suceso genera en cada personaje son de diversa índole.

En el primer cuento nos encontramos con un hombre a quien su esposa ha abandonado después de pasar cinco días y cinco noches frente al televisor observando la estela de horrores del terremoto; confundido y apesadumbrado comienza la búsqueda de su verdadera esencia. La segunda historia se lleva a cabo entre un anciano y una joven que descubren profundas afinidades entre sí al calor de una hoguera. El siguiente relato rebosa en melancolía al mostrar a una mujer atesorando un amargo pasado. A continuación Murakami esboza una peculiar persecución donde el destino final es a la vez el comienzo de una nueva vida. El quinto relato es acerca de una rana gigante y locuaz convenciendo a un servidor público para que la auxilie a salvar a Tokio de una catástrofe. Finalmente, la sexta narración nos transporta por los recuerdos de un escritor que bajo la forma de una fábula va dando solución a su propia vida y reflexionando acerca de sus experiencias. En definitiva, toda la obra es una compilación de sentimientos y experiencias de vida aderezados con el nostálgico ambiente que impera en la pluma de este prolijo escritor japonés.

martes, 16 de febrero de 2016

El Señor de las Moscas

Lord of The Flies (1954)
William Golding

Por Javier Leyva

William Golding hace un fascinante análisis de la naturaleza humana en esta novela, en la cual un puñado de niños británicos, de entre cinco y trece años, quedan varados en una isla tropical. Al no haber ningún adulto, los niños mayores intentan establecer una organización que les permita sobrevivir y ser rescatados. Golding teje magistralmente el desarrollo y subsecuente deterioro de dicha sociedad.

La historia gira en torno a dos muchachos mayores que se disputan el liderazgo del grupo: Ralph, un líder natural y ecuánime, y Jack, quien se basa en la ley del más fuerte. Ambos cuentan con virtudes y defectos que sólo se hacen más evidentes en la medida en que aumenta su rivalidad. De entre los jóvenes habitantes de la isla, solamente Piggy parece tener un criterio sabio para el bienestar de la mayoría, sin embargo, al ser un muchacho obeso y débil, su opinión es siempre desestimada.

El Señor de las Moscas nació como una contestación a ciertas novelas juveniles de la época que tenían la tendencia de ensalzar las virtudes innatas del hombre, aún en las situaciones más adversas. Golding no creé en esta visión fantasiosa, por lo que en El Señor de las Moscas no hay lugar para ingenuos optimistas y existe una sensación de fatalidad perenne. Se aluden con realismo importantes temas sociales como la psicología de masas, la adoración reverencial a símbolos y el temor irracional a lo desconocido y, asimismo, se analiza profundamente cada decisión y razonamiento de los niños, algunos de los cuales parecen estar permanentemente atados a las reglas sociales, y otros quienes están más que dispuestos a alejarse de ellas.

Se han dado diversas interpretaciones a El Señor de las Moscas, pero lo que es indudable es que se trata de un clásico de lectura obligada para los jóvenes en formación colegial.

lunes, 15 de febrero de 2016

Editorial - Vorágine [Narrativa] No. 6

Los avances en la ciencia y la tecnología se hacen presentes en la literatura a partir de la elaboración de complicadas hipótesis que reflexionan acerca del impacto de estas dos herramientas de la humanidad en nuestro entorno y con ello se crean mundos alternos o futuros en donde la tecnociencia juega un rol crucial en el desarrollo de la sociedad y su cultura. Viajes en el tiempo y el espacio son posibles, soluciones impensables encuentran forma en mundos perdidos, la evolución de las especies y el contacto con alienigenas aparecen como elementos de lo cotidiano; en el universo se la Ciencia Ficción todo es posible si tiene una explicación científica plausible.