lunes, 7 de marzo de 2016

J. K. Rowling y la Idea Multimillonaria

Joanne Rowling se encontraba quebrada, sin empleo y por si eso fuera poco, tenía el peso de ser madre soltera; en resumen, estaba en una encrucijada. Sin embargo, hacía años había concebido una idea y estaba convencida de que era una gran idea por la que valía la pena luchar. ¿Cuál idea? La de un niño mago llamado Harry Potter.

Desde muy joven, Joanne había disfrutado crear historias fantásticas y ese gusto se vio exacerbado por la lectura de grandes autores como Dickens, Tolkien y Austen, así como por su heroína Jessica Mitford. Durante meses y años, se dedicó a hacer realidad su sueño. Sobreviviendo con un subsidio de desempleo y armada con una máquina de escribir, Joanne trabajó en cualquier lugar posible hasta terminar los primeros capítulos de lo que eventualmente se convertiría en Harry Potter y la Piedra Filosofal. Pero aún faltaba mucho para eso, primero era necesario encontrar una editorial dispuesta a creer en ella. Sin dinero para hacer copias, Rowling tuvo que mecanografiar manualmente copias de su libro para enviarlas a una docena de casas editoriales, siendo rechazada por todas ellas, en lo que sería un error comparable al de aquella disquera que rechazó a los Beatles; solamente podemos imaginarnos lo que pasaría por la cabeza de estos personajes tras el éxito abrumador de Harry Potter.

Pero entonces ¿cómo es que Harry Potter finalmente vio la luz? Bueno, pues fue gracias a una pequeñita de ocho años llama Alice Newton a quien su padre, el dueño de la casa editorial Bloomsbury, le dio el primer capítulo de Harry Potter y la Piedra Filosofal; tras devorarlo ávidamente, la pequeña Alice demandó el siguiente capítulo. Hasta entonces, el libro había sido revisado exclusivamente por adultos, quienes de inmediato lo desestimaban por la misma razón absurda: era demasiado largo para un niño. Sólo cuando a alguien se le ocurrió mostrárselo a un niño, a quien estaba destinado el libro, se decidió darle una oportunidad a la pequeña idea de Joanne, quien ahora utilizaría el nombre de J. K. Rowling para no hacer tan evidente el hecho de que el libro había sido escrito por una mujer. En retrospectiva, cabe preguntarse ¿de cuántas obras maestras se ha visto privado el mundo debido a los prejuicios y la ignorancia?

Sin embargo, J. K. Rowling creyó en ella misma y su obra no se perdería en el olvido. Después de siete libros, ocho películas y mercadotecnia en extremo, su éxito alcanzaría proporciones multimillonarias comparables al fenómeno Star Wars, lo que llevaría a su autora a convertirse en una de las personas más ricas e influyentes del planeta; y estando más que dispuesta a seguir explotando su gallina de los huevos de oro, todo parece indicar que esta historia de éxito inesperado aún tiene mucho que contar.


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