Los tres personajes involucrados (el narrador, Myû y Sumire) muestran la esencia de la vida, inesperada, compleja, impredecible e indefinible.
Esta novela encierra la dualidad del universo; dos partes que chocan, se conjugan e incluso se repelen, divididas ambas por una frontera difusa y dinámica.
Murakami viene a decirnos que la realidad está profundamente teñida por tintes de surrealismo, un mundo que tiene unas reglas, una lógica y unas normas, pero que, sin embargo, también presenta una voluntad irracional que escapa de nuestro entendimiento.
Una chica que está enamorada de otra persona, pero que no es impedimento para que el protagonista anhele por su amor y actúe 'irracionalmente' impulsado por sus sentimientos. ¿Acaso es tan extraño que una persona luche por conseguir algo aún sabiendo que no es posible o poco probable? El ser humano también presenta la misma dualidad que el universo (quizás porque formamos parte de él): lo que sentimos, unos sentimientos cuya naturaleza es irracional, y lo que pensamos, unos pensamientos con una estructura lógica y fundamentada. A veces estas partes entran en conflicto (la mayoría de veces); dependiendo de la situación, una puede ser más oportuna que la otra.
La cita:
"Y me di cuenta de que éramos maravillosos compañeros de viaje.
Pero al final no fuimos más que dos solitarios trozos de metal en órbitas separadas que a la distancia parecían hermosas estrellas fugaces.
Cuando las órbitas de esos dos satélites nuestros lleguen a cruzar caminos podríamos estar juntos, tal vez incluso abrir nuestros corazones, pero solo durante un breve instante…y al siguiente instante estaremos en absoluta soledad hasta que nos quememos y nos volvamos, nada… "
Sputnik, mi amor, Murakami
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