Al igual que su antecesora, El Conjuro 2 parte de un tratamiento serio respecto al tema de los espíritus malignos y las casa embrujadas, lo cual se agradece bastante. Además, Vera Farmiga y Patrick Wilson de nueva cuenta entregan una excelente actuación como los esposos Warren, sacando adelante la película y dándole un aire de inteligencia. Sin embargo, El Conjuro 2 sufre por tener que superar un estandarte muy alto, ya que la primera parte fue apreciada por el público y la crítica especializada, una hazaña difícil de conseguir en este género que polariza tanto.

Si bien la idea es poner siempre en tela de juicio la veracidad de los hechos paranormales que vive la familia Hodgson, esto sólo funciona para los personajes ya que para el espectador nunca hay duda de cuál es la realidad, por lo que pronto se torna aburrido el debate.
Está claro que el universo cinematográfico de los Warren ha quedado completamente establecido, tomando en cuenta el spinoff de Anabelle y las dos secuelas más se encuentran en planes. Estas son buenas y malas noticias, ya que por un lado podremos seguir conociendo los muchos casos en que se vieron involucrados estos investigadores de lo paranormal, pero por el otro la integridad artística puede verse comprometida al ser más prioritario explotar la franquicia que hacer buenas películas.
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