viernes, 30 de octubre de 2015

El Último Suspiro de la Humanidad - Parte II

Revelaciones

Atravesaron el umbral de una oxidada puerta verde y se
internaron en un laberinto de improvisadas habitaciones con
reducidos grupos de mujeres indiferentes a su presencia;
avanzaron torpemente entre apolillados muebles, baratijas,
trastos y otros objetos inservibles, Abigaíl miraba el
asfixiante panorama y se preguntaba cómo habría sido la
vida de antes y si estas personas también habían despertado
en una solitaria casa en medio de una playa. Un suave roce
en el brazo la hizo salir de su ensimismamiento para dirigirla
a una obscura y mugrienta habitación en donde le invitaron a
tomar asiento
-Me llamo Elia –se presentó la chica que la había llevado
hasta ahí. Estaba igual de sucia que todo lo demás, sin
embargo su piel era clara, llevaba el cabello negro por
encima de los hombros e iba ataviada con grises ropas que
se rasgaban en los codos y las rodillas; se le notaba una
expresión cansada que desdibujaba la tenue sonrisa que le
dirigía. Tenía una fina nariz y hermosos ojos castaños.
-Mi nombre es Abigaíl –dijo ésta.
-Él es Bruno –indicó Elia. Y el hombre de cabello castaño y
aspecto taciturno les ofreció una jarra con fresca agua y una
porción de sardina enlatada que engulleron con satisfacción.
Abigaíl creyó haber visto sólo mujeres en el túnel, pero en
cuanto vio a este hombre tan sólo pensó que probablemente
estuvieran separados por razones de comodidad, pero antes
de que pudiera decir nada se oyeron gritos e histéricas voces
irrumpieron pidiendo auxilio. Estaban atacando el refugio y
todas corrían desesperadas tratando de ocultarse de las
bestias para salvar sus vidas.
-Elia, rápido, toma lo que puedas y vámonos –ordenó Bruno.
Ambos giraron bruscamente hacia un pequeño gabinete
ubicado al centro de la estancia de donde extrajeron agua
embotellada, comida enlatada, una gruesa manta y con
tembloroso tacto acomodaron todo al interior de una vieja
mochila; después, Elia tomó dos navajas y se las tendió a la
nueva huésped indicándole que la siguiera y velozmente
atravesaron los desvencijados pasillos hasta dar con un
zaguán negro tras el cual yacían, sobre improvisadas
camillas, cuatro mujeres malheridas a las que otras
sobrevivientes habían aplicado torniquetes para evitar que
se desangraran pero que ante el inminente ataque dejaron
atrás. Los tres jóvenes siguieron corriendo hasta conseguir
llegar a una vieja casona en donde se escondieron dentro del
sótano; permanecieron muy juntos y callados, Elia y Bruno
temblaban igual que Abigaíl a pesar de contar con mayor
experiencia lidiando con estos asuntos. Afuera se
escuchaban, ya lejanos, los gritos y zumbidos de los
combatientes. Al parecer, este tipo de ataques eran
frecuentes, según le explicaron más tarde a Abigaíl.
- Habrá que buscar otro refugio- exclamó Elia.
-¿Adónde iremos?- cuestionó Abigaíl con sumo interés.
-Aún no sabemos las coordenadas, más tarde nos las dará la
doctora Bolaños, ella es la líder de la resistencia de esta
zona. -mencionó la joven de ojos castaños.
-Los Vespas son seres muy inestables, pero lo que pasó hace
un momento se ha intensificado en los últimos meses, así
que debemos tener extremo cuidado cuando nos movamos y
definitivamente no podemos permanecer por mucho tiempo
en un mismo sitio, pues tarde o temprano nos encontraríanindicó
Bruno.
-Mmm… ¿Y dónde están los demás hombres?, ¿acaso viven
separados de las mujeres?- preguntó con cierta curiosidad.
-Me temo que seré el único que verás- puntualizó el joven.
Nadie, en más de quince años, ha vuelto a ver a otro hombre.
-El mejor y único ejemplar de la especie –bromeó Elia.
-Pero…¿cómo es eso posible? –inquirió Abigaíl con seriedad.
-Pfff es una larga historia, incompleta siempre en sus
diferentes versiones y con un capítulo inédito añadido por
cada nuevo integrante –confesó Elia. Para mi –continuó al
tiempo que alcanzaba una botellita de agua a cada uno- todo
comenzó hace dieciséis años cuando salía de la escuela con
varios amigos, estaba en la preparatoria y caminaba cinco
cuadras para llegar a mi casa, eran las tres de la tarde, el
calor era insoportable y recuerdo que me ardía la garganta.
Unos días antes habían anunciado que un eclipse solar
tendría lugar esa tarde y decidimos verlo desde mi casa pues
era la más próxima, se suponía que no duraría más de quince
minutos, pero con todo lo que pasó después, la obscuridad
se prolongó por seis días.
>>Entramos a la casa, dejamos las mochilas en la sala,
servimos algunas botanas y aprovechamos la ausencia de
mis padres para probar su extensa variedad de licores y
vinos -y una pícara expresión apenas se dibujó en sus labios-.
Llegó la hora del eclipse y subimos a la terraza con los
correspondientes lentes para admirar a nuestros más
grandes astros y poco a poco quedamos envueltos en la
penumbra, el espectáculo fue asombroso; pasados los diez o
quince minutos esperados se escucharon terribles
estruendos, pensamos que se trataba de alguna explosión
cercana en una gasolinera o supermercado pero el ruido
avanzó sobre nosotros y sin saber qué más hacer corrimos a
resguardarnos en el piso de abajo; teníamos mucho miedo e
ignorábamos qué estaba pasando así que intenté llamar por
teléfono a mis padres y descubrí que no había línea, otros
probaron con sus propios teléfonos y corrieron con la misma
suerte, habían interrumpido todos los canales de
comunicación. Asustados e incapaces de pensar en nada
esperamos durante horas con la esperanza de recibir la luz
del sol anunciando el desenlace de nuestras preocupaciones,
en lugar de ello, un estentóreo zumbido atravesó el cielo
desatando el caos y a partir de ahí sólo recuerdo gritos y
llanto, no sé cómo ni por qué me encontré corriendo en la
calle con algunos de mis amigos que gritaban y se jalaban
unos a otros en diferentes direcciones, fue entonces cuando
los vi por primera vez, estaban a unos metros de distancia,
entre autos destrozados y miles de piezas de vidrio,
despedazando un cuerpo sobre la acera, y como si acabara
de despertar tomé conciencia de mi propia existencia, me
aferré con fuerza a un delgado brazo que se encontraba a mi
derecha y del lado contrario, una mano de gruesos dedos
hizo que nos lanzáramos en desbandada hacia la multitud
enloquecida. Había incendios por todas partes, muchas
calles estaban bloqueadas por autos o edificaciones
derrumbadas, la gente corría desesperada, se escuchaban
disparos, explosiones y un zumbido incesante. Los servicios
médicos colapsaron antes de 24 horas, había demasiados
heridos y ningún lugar era seguro.
>>Pasamos varios días escondidos en una bodega de
muebles junto con numerosas familias y demás grupos de
personas, los niños estaban hambrientos e inquietos pero
teníamos miedo de salir, aún estaba obscuro y no
entendíamos qué había pasado, todos estaban tan
impactados y confundidos como yo. Una noche descubrieron
nuestro escondite, creímos que nos matarían, todos estaban
aterrorizados, entonces se produjo una pelea y nos
redujeron a un centenar, hubo quienes lograron escapar en
medio de la trifulca, los demás esperábamos, acorralados, la
inminente muerte, en vez de eso nos condujeron a un hangar
totalmente aislado en donde la temperatura descendía por
debajo de los cero grados; cada día se presentaban grupos
de sobrevivientes capturados en diversas regiones del
mundo; como es lógico, el lugar rebasó su máxima capacidad
rápidamente y la falta de higiene se elevó en la misma
proporción pero conseguimos acomodamos de la mejor
manera posible y nos las arreglamos con el escaso alimento
que nos proporcionaban las bestias, no obstante, mucha
gente enfermó y comenzaron los decesos, principalmente de
los niños, quienes no fueron capaces de sobrevivir ante tales
circunstancias adversas.
>>Jamás se nos informó de nada, todos los días nos
obligaban a tomar muestras de sangre entre nosotros,
después debíamos destruir libros, desmantelar aparatos
electrónicos, plantar semillas y hortalizas; se nos permitía
cosechar legumbres, tubérculos y comestibles similares para
nuestro consumo pero se nos prohibió el contacto con
animales de crianza y a todo aquél que intentaba escapar lo
devoraban sin piedad. Meses después nos agruparon por
género y fue la última vez que vi a mis amigos pues me
trajeron a esta ciudad en la que solamente habitan mujeres,
nunca encontré ni supe nada acerca de la suerte de mi
familia.
>>Seguimos trabajando para ellos porque todo lo que se nos
permitía hacer hasta hace poco era sembrar sus semillas y
nuestro propio alimento, se supone que todos somos
vegetarianos, aparte de los insectos y las aves no hemos
visto más animales, sospechamos que los ubicaron en otra
zona pero quién sabe, tampoco quedan árboles, creemos
que tratan de adaptar la tierra a sus necesidades. Casi nadie
puede salir de la ciudad sin perder la vida. Hace diez años
una mujer llamada Gloria y la doctora Aurora formaron una
resistencia y desde entonces buscamos la manera de
escapar, mantenemos contacto con otros grupos de lucha
por medio de mensajes cifrados que colocamos en las
fronteras pues no hemos encontrado una mejor forma de
comunicarnos, las consecuencias de estas excursiones han
sido devastadoras pero somos conscientes de que la libertad
exige grandes sacrificios antes de ser conquistada.
-¿Tampoco hay niños? –cuestionó Abigaíl quien no recordaba
haber visto a alguno.
- No –respondió Elia con tristeza. Ni niños ni ancianos ni
hombres, sólo mujeres, ninguna mayor de cincuenta y cinco
años. Es la esperanza de vida a la que nos redujeron.
-Y tú, ¿cómo has logrado sobrevivir? –interrogó Abigaíl al
muchacho.
-Mi historia es un tanto extraña –dijo el joven. Desperté en
una casa con vista al mar sin saber quién era ni qué había
hecho antes de eso. Tenía comida, agua, entretenimiento y
una agradable sensación de bienestar pero al cabo de unos
meses el encierro se tornó insoportable, necesitaba aire,
sentía que no podía respirar y me estaba volviendo
paranoico, escuchaba ruidos en las habitaciones contiguas;
dos o tres veces, en la noche, creí ver a alguien detrás de las
ventanas observándome y por más que intenté y me esforcé,
nunca pude abrir la puerta o alguna de las ventanas, así que
supe que debía salir de ahí cuanto antes, preparé las
provisiones que creí necesarias y rompí el piso de la cocina,
justo donde se empotraba el desagüe, lo cual me mostró un
pasillo subterráneo que decidí atravesar. Estuve una o dos
horas dentro de esa alcantarilla y al salir me encontré en un
desierto, supuse que la playa estaría cerca al ver tanta arena
pero tras una agotadora caminata me di cuenta de lo
equivocado que estaba, en ese sitio no había absolutamente
nada. Me pasé días enteros recorriendo cientos de
kilómetros y terminé completamente desorientado,
exhausto y deshidratado cuando al fin vislumbré una
cordillera, me dirigí a ella temiendo que fuera una
alucinación pero mi miedo se esfumó al tocar la firme roca,
inmediatamente escalé sintiendo escapar mis últimas
fuerzas hasta alcanzar la cima y ahí pude observar el vasto
mar que se pronunciaba en un suave oleaje. Descendí tan
rápido como me fue posible y me tendí sobre la húmeda
arena dejándome vencer por el cansancio que me hundió en
un profundo sueño; después de reposar lo suficiente busqué
un medio de transporte resistente al agua y lo único que
pude hallar fueron pedazos de troncos, los uní con hierbajos
diseminados en las cercanías y obtuve un remedo de balsa.
Sabía que tenía muy pocas probabilidades de sobrevivir a tan
arriesgada excursión, sin embargo, las posibilidades de
mantenerme con vida en aquel solitario lugar eran
igualmente nulas, así que tomé lo poco que quedaba de mis
provisiones y me sumergí en el refrescante burbujeo del mar
con la tosca barcaza impulsada por el viento y la marea. Tras
un breve periodo de tiempo perdí de vista la costa y miles de
estrellas iluminaron la noche.
>>La travesía era pesada, me sentía muy cansado, notaba
severas quemaduras en la espalda y los hombros y mis
reservas de alimento y agua se habían agotado, estaba
derrotado, no sabía cómo resolver la situación ni a dónde
debía dirigirme en tan vasto territorio, el viento rugía con
fuerza, las aguas se agitaron ferozmente y gruesas nubes
ocultaron el sol bajo tremendos relámpagos; la tormenta
que siguió no apaciguó mis temores aun cuando me resigné
a la idea de morir en sus brazos, la densidad del océano
aplastaba mi deteriorado cuerpo, en más de una ocasión me
sumergió en sus profundidades permitiéndome apenas
tomar irregulares bocanadas de aire, destruyó mi
improvisado bote y, contrariando mis expectativas, al pasar
la tempestad también se encargó de mantenerme a flote. Así
pues, estaba perdido en medio del mar atlántico, a punto de
desfallecer y sin esperanza alguna cuando sorpresivamente
golpeé un objeto metálico, ¡una gran cadena proveniente de
un barco!, experimenté tal conmoción que estuve a punto de
dejarlo pasar pero por fortuna un tripulante me vio y pidió
ayuda para socorrerme, me lanzaron un salvavidas y una
escalera, subí aprisa, ya casi sin aliento y fui recibido por un
corro de mujeres en uniforme militar tan sorprendidas como
yo de ver a otra gente. Atendieron mi estado de salud y me
explicaron la situación a grandes rasgos: combatían una
invasión extraterrestre en la cual iban perdiendo terreno
rápidamente, al parecer yo era un descubrimiento
impresionante, debían mantenerme a salvo y me
transportaron a la costa más cercana. Cuando me recuperé
un poco me interrogaron e intentaron rastrear mi ubicación
en el desierto, fue inútil, no encontramos nada y mi relato
era de poca ayuda así que de ahí viajamos hasta esta ciudad,
la cual se decidió que sería el mejor escondite, y me uní a
estas valientes chicas –concluyó Bruno dirigiendo un gesto
de complicidad a Elia.
-Ves por qué te dije que tenías que hablar con él- aseveró
Elia.
-Y tenías razón. Nuestra historia es muy parecida, yo también
estuve en esa casa y sabía que no estaba completamente
sola, tampoco recuerdo quién soy ni de dónde provengo;
nada, ni una lejana memoria, y sin embargo, tengo
conocimiento de lo que es el mundo y todo lo que hay en él,
como si hubiera estado observándolo pacientemente, desde
afuera –reflexionó Abigaíl.
-Un asunto muy extraño –concedió Elia. Son las únicas
personas que conozco que han hablado de esa casa y ambos
carecen de memoria. Por su aspecto diría que tienen la
misma edad que yo, eso significa que deberían saber qué
pasó exactamente cuando la Tierra fue invadida, pero no es
así.
-Me temo que no es ninguna coincidencia y si nosotros
hemos emergido de ellas seguramente habrá otros en la
misma situación –sentenció Abigaíl, conteniendo el
profundo enojo que le provocaba haber sido despojada de
todo lo que daba sentido a una vida.
-La similitud de las condiciones en que nos encontrábamos
también deben decirnos algo. Posiblemente los Vespas
estaban estudiándonos y la casa era un laboratorio –sugirió
el chico. ¿Pero dónde estarán ubicadas y cuántas habrá?
-Quizá nunca lo sabremos, hasta el día de ayer pensábamos
que sólo tú provenías de ese lugar –contestó Elia. Nadie sabe
dónde están los demás hombres ni a dónde los llevaron o si
siquiera siguen vivos, el primer indicio se obtuvo hace más
de seis años, al rescatarte, pero estamos en desventaja y es
muy difícil y peligroso moverse a otros territorios. Mucha
gente ha muerto en esa búsqueda.
>>Cuando aún colaborábamos con los Vespas en las
plantaciones, la gente debía tener suma precaución a la vista
de los extraterrestres pues eran incompatibles con la mente
humana y por lo tanto irracionales; mantenían estrictos
controles en los sembradíos y en el cuidado de la tierra,
cualquier intento de boicot o el más mínimo signo de
desobediencia desencadenaba su furia y el castigo era
siempre la pena de muerte mediante métodos brutales y
sangrientos, además, muchos de ellos presentaban un
comportamiento violento totalmente impredecible que le
recordaba a la comunidad entera lo dañinos y peligrosos que
eran.
Abigaíl había anhelado conseguir respuestas por largo
tiempo, pero no fue hasta que realmente estuvo fuera de esa
habitación, en la que confeccionó su mundo entero, que
comprendió las verdaderas incógnitas que había de resolver
y los desafíos a vencer.
De acuerdo con la versión de Elia, la situación había llegado a
un punto de relativa calma gracias a la capacidad de
adaptación propia del ser humano. Las mujeres
sobrevivientes trabajaban arduamente para conservar la
vida y procuraban no ser presa fácil de ninguna bestia alada
mientras realizaban arriesgadas misiones que ellas mismas
se asignaban en la búsqueda incansable por la
independencia de la humanidad. La necesidad de liberarse
del yugo alienígena era el pilar que mantenía en
funcionamiento el campamento y la urgencia de alcanzar
esta meta fortalecía los lazos de unión generados al paso de
esos años en lo que antaño había sido llamado Siberia. Se
sabía que al cumplirse el objetivo de los Vespas de crear un
ambiente óptimo para su especie sobrevendría
inminentemente la destrucción de la nuestra y no debía
faltar mucho para conseguirlo, pues miles de mujeres habían
trabajado en ello durante más de diez años.
-Hemos asistido a los usurpadores a levantar un nuevo
ecosistema en el que la especie humana no está
contemplada. Basta con echar una ojeada alrededor para
advertir que hay enormes diferencias entre la Tierra que se
conocía en la era del Internet y la más sofisticada tecnología
y la que existe ahora que cohabitamos con Ellos; lo primero
que exterminaron fueron los árboles, desconocemos la
razón, después se dejaron de ver ciertas flores como los
tulipanes, las margaritas y los girasoles, más tarde
desaparecieron los niños y finalmente los hombres. Cada día
que se aleja es un paso adelante para Ellos y la proximidad
de nuestro certero exterminio. Avanzamos a ciegas porque
no hay forma de comunicarnos con su especie, carecen de
lenguaje y desde el inicio han mantenido una actitud hostil
que no da pie al diálogo y mucho menos a reconciliacionesaseveró
Bruno.
-Queda claro que el planeta está en mejores condiciones
desde su reinado pues se han esmerado en reconstruir –
aunque a costa de nuestra libertad y despojándonos de todo
derecho humano- este nuevo hábitat que incluye toda forma
de vida excepto la nuestra. Hay quienes aseguran que hay
espacio suficiente para ambas especies e incluso consideran
posible una sana convivencia, sin embargo se trata de una
minoría que no atiende a la experiencia vivida en los últimos
dieciséis años. No existen indicios de que alguna vez hayan
mostrado una pizca de bondad, misericordia o justicia y es
sencillamente porque nuestros razonamientos son
incomprensibles para el otro y por lo tanto incompatibles.
El ataque había terminado, era hora de partir. Debían
contactar a las sobrevivientes y establecer un nuevo refugio,
para ello sería necesario localizar algunos de los pasajes
subterráneos que durante años habían venido construyendo
como medida de escape y evitar en lo posible salir a la
superficie.

Fortaleza

El frío de la madrugada azotaba su feroz aliento sobre los
caminantes y los hacía titilar sin control. Suaves gotas de
rocío se posaban sobre sus cabellos y humedecían el exterior
de sus ropas conforme atravesaban la gruesa cortina de
niebla que los ocultaba de los ojos asesinos que acechaban
desde las alturas. Elia se encargaría de conducirlos por la
ciudad a través de las rutas menos accesibles a los Vespas
hasta llegar a los lindes del bosque en donde quizá pudiesen
recolectar leña para la noche y enseguida refugiarse en
algún búnker.
Avanzaron cautelosamente y en completo silencio pues se
sabía que uno de los sentidos más sofisticados de los Vespas
era el oído y podían detectarlos fácilmente si se descuidaban
ya que alcanzaban a percibir sonidos a cincuenta metros de
distancia por lo que a estas horas que no había ajetreo serían
más vulnerables.
Atravesaron el lado oriente de la ciudad sin ningún
inconveniente pero no pudieron contactar a nadie porque
simultáneos ataques comenzaron en ese momento y
tuvieron que usar las antiguas instalaciones del metro para
refugiarse. Muchas mujeres huían y había muchas heridas. La
superficie era un verdadero caos y diversos puntos de
reunión habían sido masacrados; en el subterráneo también
se veían daños evidentes y muchas rutas estaban totalmente
bloqueadas por los escombros así que se vieron obligados a
continuar por las vías del tren y escapar así de los ojos
asesinos. Una mujer alta y rubia llegó a su encuentro y les
informó que todos debían dirigirse a la costa, los Vespas
estaban acabando con la ciudad y no había forma de
detenerlos, estaban exterminando la vida humana.
-¡Sigan la ruta hacia *buscar una costa de Siberia*, es la línea
amarilla!- gritó antes de desaparecer en la oscuridad del
túnel.
Los tres amigos querían preguntarle más detalles sobre la
situación pero la chica sólo se detuvo un momento y corrió a
buscar a más sobrevivientes para indicarles el camino. Elia y
Bruno sabían muy bien que el metro no llegaba hasta la
costa, sin embargo siguieron las instrucciones de la mujer y
continuaron sobre las vías alrededor de tres horas más hasta
llegar a la terminal de la línea amarilla donde hallaron a un
reducido número de mujeres atravesando uno de los muros
del túnel; entre ellas, Bruno pudo reconocer a Sandra, una
francesa que ayudaba a la doctora Bolaños con la
organización del lugar desde hacía varios años.
-Hey Sandra, ¿adónde se dirigen?, ¿sabes cómo va todo allá
afuera?- la detuvo el joven para interrogarla.
-¡Chicos, qué sorpresa! Y con un ligero movimiento de cabeza
y la mirada gacha dijo: afuera es un cementerio, ya no queda
nada ni nadie. Pensamos que podrían llegar más compañeras
pero han venido muy pocas y no creo que lleguen muchas
más. Sabían que nos refugiaríamos bajo tierra y destruyeron
casi todos nuestros refugios y también nuestras salidas de
escape. Arriba es un infierno.
-¿Y qué vamos a hacer entonces?- preguntó Elia con evidente
consternación.
-Seguir avanzando- contestó Sandra. La fortaleza fue
terminada hace dos noches, estábamos haciendo los
preparativos para instalarnos ahí pero los malditos Vespas
atacaron primero.
-¿De verdad está terminada?- dijo Elia con incredulidad, pues
a pesar de haber visto los avances durante todo este tiempo
no podía creer que hubiesen concluido su obra más
importante, su nuevo hogar, lejos del alcance de las bestias.
-Es algo increíble, ya lo verás. Era una estación militar
submarina que hemos rehabilitado y expandido- le informó
Bruno a Abigaíl con una gran sonrisa y fueron tras el grupo
de mujeres.
A pesar de andar bajo tierra el clima aún era inclemente y se
empecinaba en humedecerles la ropa y entorpecer sus
músculos, el cansancio también se hacía presente y la
ansiedad acumulada les irritaba cada vez más.
-¿Y los alienígenas nunca han atacado a esta profundidad?-
inquirió Abigaíl.
-Sí, ya ha pasado, en realidad han sido raras veces pero no
sabemos de nada que les impida venir y matarnos aquí abajo
excepto que no suelen permanecer más de diez minutos en
áreas tan profundas y esa es la única pista que hemos
obtenido que nos hace pensar en una posible incapacidad de
su parte- apuntó Sandra.
-Vivir bajo la superficie ha sido nuestra mejor arma hasta el
momento- agregó Elia.

Epílogo

Iniciaron otra vez una larga odisea y se dirigieron al sudoeste
por las viejas rutas clausuradas del sistema ferroviario.
Tenían pocos víveres y la tempestad del clima los agobiaba.
Muy pronto debieron buscar refugio al interior de los
desvencijados vagones, encendieron una débil fogata y
durmieron. A la mañana siguiente encontraron enormes
rocas obstruyendo el camino por lo que debieron abandonar
la seguridad del túnel y salieron por uno de los ductos de
ventilación, descendieron por una ladera montañosa y
atravesaron un gran valle sin vislumbrar rastro alguno de un
solo extraterrestre. En cinco días de agotadoras jornadas
habían logrado llegar al cauce de un río cristalino y fresco
que por su fuerte corriente evitaba el congelamiento y los
impulsaría a la inmensidad del mar.
-Por aquí cerca debe haber algunas balsas escondidas –dijo
una de las mujeres viendo reflejar sus azules ojos en la
nitidez del agua.
Hallaron una a pocos metros de la orilla y con ella se
internaron en la fría corriente. Atravesaron un antiguo
poblado de pintorescas casitas con tejas descoloridas entre
las cuales se alzaba una gran torre con una cúpula en la cima.
Abigaíl guardó en su memoria la imagen de aquella ciudad
ancestral y bucólica, no podía evitar preguntarse si algún día
volvería a ser habitable y si podrían borrarse las huellas de la
destrucción infringida por la raza alienígena.
Muchos días y noches transcurrieron para alcanzar la
desembocadura hacia el mar, sabían que aún les esperaban
jornadas difíciles y sin embargo sus corazones se alegraron,
pues cada paso que daban los acercaba a su destino.
-Debemos hallar una isla pronto, estén atentos por si ven
alguna bolla –informó una de las mujeres que remaban con
más fuerza.
-¡La veo! –gritó Itzy con alegría después de una media hora
señalando con impaciencia un puntito naranja que asomaba
en el horizonte.
Una frondosa isla aparecía ante sus ojos y todos festejaron
con risas de alivio y sus cansados cuerpos se reanimaron
para dar el último esfuerzo. La isla tenía una longitud
considerable, enormes palmeras formaban una muralla que
acordonaba una vasta vegetación; la suave arena y el cálido
viento reconfortaron a los viajeros entumecidos que pronto
olvidaron el duro invierno de días atrás. Se internaron en el
paisaje selvático de la playa y subieron por una escarpada
montaña donde los recibieron dos vigías,
-Bienvenidos –saludó una mujer alta y morena. Han llegado a
la tierra de los sobrevivientes.
-Por fin -musitaron Elia y Sandra al unísono con un suspiro de
alivio. No podían creer que hubiesen llegado tan lejos y
estaban agradecidas.
-¿Son los únicos sobrevivientes o dejaron a más gente atrás?
–cuestionó una de las guardianas con tono afable.
-Hasta donde sabemos algunas de nuestras compañeras
podrían haber regresado al campamento del que salimos, en
Siberia. Tuvimos que dejarlo para venir aquí –señaló Bruno.
-Los campamentos fueron destruidos. Los Vespas arrasaron
con todo y creemos que hay muy pocos sobrevivientes. Mi
grupo llevaba años buscando a otros supervivientes, sólo
nos fue posible encontrar este lugar gracias al esmero de
valientes mujeres que sacrificaron su vida para hallarlo –
informó la vigía de más edad.
Incapaces de articular palabra alguna, los jóvenes sólo
pudieron imaginar el destino de sus compañeras en el
campamento y sus pensamientos se unieron en el recuerdo
de la doctora Aurora y la compañía que habían dejado atrás.
-Será mejor que entren y se pongan al corriente de todo –
sugirió la chica de cabello corto, rubio y rizado, de ojos
almendrados. Mi nombre es Mary, los acompañaré con la
profesora Delia, ella les explicará la situación y el
funcionamiento de nuestra guarida. Por favor vengan
conmigo.
Escondido al interior de la montaña se hallaba un amplio
túnel de rieles; un hermoso y extraño tren rojo esperaba por
ellos.
-Pónganse cómodos, les traeré algo de beber.
Los siete jóvenes se acomodaron alegres en uno de los
cubículos del lujoso tren, estaban famélicos y una vez más
quedaron impresionados al encontrarse en condiciones tan
favorables e inesperadas; las noticias de los ataques Vespas
eran sin duda un duro golpe pero por primera vez parecía
que habían hallado un verdadero refugio. Comieron hasta
saciarse y se dejaron maravillar con el hermoso paisaje tras
las gruesas ventanas que mostraban el fondo del mar y la
vida acuática que ahí pululaba.
-Nos ha sido imposible perdurar en la tierra desde que
llegaron los extraterrestres, así que algunas mujeres fueron
construyendo un refugio impenetrable para ellos y esto fue
lo que consiguieron –comentó la joven de ojos almendrados.
>>Ahora trabajaremos juntos en la construcción de esta
estación submarina y seguiremos buscando más
asentamientos de sobrevivientes.
-¿Y ningún Vespa los ha ubicado desde que llegaron? –
inquirió Itzy.
-Por el momento no contamos con los medios suficientes
para asegurarlo pero hasta ahora todo indica que se han
replegado a sus guaridas, quizá piensen que no quedan
sobrevivientes. Esta semana pudimos observar muchas de
sus naves partiendo pero no sabemos nada más –contestó
Mary.
-¡Una ciudad submarina! –confirmó Abigaíl bastante
impresionada. Estaba maravillada con el paisaje marino;
desde que llegara a la ciudad no había observado ni un solo
animal y los únicos especímenes que conocía estaban en las
páginas de sus libros, verlos en movimiento y en su hábitat
natural le pareció una experiencia inigualable.
El tren se sumergía en las profundidades del océano con una
rapidez inusitada y la luz solar tuvo que ser sustituida por
lámparas fluorescentes. Al cabo de unos minutos el tren se
detuvo y salieron a una reducida cámara donde una diáfana
luz les daba la bienvenida a su nuevo hogar y para Abigaíl fue
como un flash back a su primer amanecer, aunque esta vez
sabía que estaría lista para cuando aquellos seres regresaran
para terminar lo que iniciaron.

FIN

Por Ella Rucinter

jueves, 29 de octubre de 2015

Túnel de la Ciencia

Por Karina López Correa

Mira si este Universo es complicado.

Yo que no termino de entender de elipses e hipérbolas, de números reales e imaginarios, de límites que tienden al infinito o al menos infinito.

Yo que no termino de entender por qué estamos aquí, que no consigo explicarme a Dios, ¿cómo es que algún día podré comprender la creación del Universo?

Ante mis ojos contemplo, atónita, ese cosmos inmenso, con su perfecta forma de elipse que
cobija miles y miles, y miles de luminosos puntillos, que ingenuamente nombramos estrellas.
Estrellas que se agrupan en galaxias. Galaxias que forman cúmulos y supercúmulos. Medio
atontada por la cantidad infinita de materia y luz que hay ante mis ojos, volteo y te miro y
siento cada uno de tus dedos, puedo sentir tu mano, tu piel y miro tu cara, tu hermosa cara y
pienso en la complejidad de tu ser y volteo de nuevo hacia el universo y parece tan ridícula su
imagen de vista panorámica, tan alcanzable, que no me parece ya tan infinito.

Nos damos la vuelta y caminamos por debajo de la bóveda celeste, mis pensamientos todos vuelven al universo, a su inmensidad, al universo real que: ¿qué tan real es, cuándo lo he visto yo? Por muy real, si es que así lo es, para mí sólo es imaginario, en fin, en ese universo pienso y salgo a la calle, me es inevitable mirar al cielo y sentir su inmensidad, me siento cobijada en su infinitud y sólo puede volvérseme todo real, tan real. Y llego a casa y me busco la misma fotito: "Estructura del universo a gran escala" y mis pensamientos vuelven todos a las estrellas y las galaxias y el espacio y los millones de años luz y puedo sentir de nuevo esa inmensidad y me digo: "Que yo te haya encontrado en esta infinitud, entre tanta galaxia y materia y luz y años luz, sólo puede deberse a una cosa: La gracia de Dios".


miércoles, 28 de octubre de 2015

Las Olimpiadas


Por JALEZA

La siguiente anécdota me sucedió cuando tenía siete años de edad, allá por 1968, el año de las olimpiadas. Yo vivía en la Colonia de las Salinas, un rumbo por aquel entonces poco poblado y con extensos terrenos de siembra. La mayoría de los niños del lugar nos conocíamos y como la euforia de las olimpiadas era grande, decidimos organizar nuestros propios juegos; empezamos con una carrera de obstáculos, improvisándolos con marcos de carrizo, material que sobraba en ese terreno plano y extenso. Nos formamos unos diez niños para iniciar nuestro evento y al banderazo de salida nos lanzamos disparados hacia los obstáculos. Todos queríamos ganar y al llegar a la primera barrera yo iba a la cabeza, así que pegué un brinco con todas mis fuerzas para mantenerme ahí, sin embargo ¡caí ensartándome los carrizos directamente en los testículos! Sentí un dolor intenso, pero como pude me safé y seguí en mi loca carrera, mientras hacía muecas de dolor. Minutos después me oculté entre los carrizos para revisar el daño que me había hecho y algunos amiguitos llegaron también para preguntarme qué me había pasado, a lo que yo les dije que sólo era un rasguño en la pierna.

Más tarde ya, me dirigí a mi casa, entrando como si no hubiera pasado nada ¡con el aplomo de hombre que me caracteriza! En ese momento mi madre me dijo con su dulce voz: “¡¿A dónde andas jijo de la chingada?!” “aquí mamacita, aquí me he estado sentado” le contesté “si me tuvieras desconfianza no te separaras de mi”.

Pude ocultarlo por tres días. Mi hermana y yo íbamos a la escuela por la tarde y al salir de casa yo procuraba pasar derechito para que mi mamá no se diera cuenta de los dolores, que eran fuertes; pero mi hermana si se dio cuenta y se lo comentó a mi mamá, quien ni tarda ni perezosa me increpó nuevamente con tierna voz: ¿a ver jijo de la chingada qué te pasó, por qué caminas así como chorro? A lo que contesté: “es que siento que tengo colesterol” ¡y eso lo dije porque había escuchado a alguien decir que con el colesterol alto los huevos ni tocarlos! “¡Que colesterol ni que tu chingada madre, ven acá cabrón!” acto seguido, mi madre me tendió en la cama y me quitó los pantalones. Casi de inmediato me empezó a dar una buena tunda y después de controlarse le llamó a su madrina, quien le dio el buen consejo de que me llevaran a curar. No había dinero para médico particular, así que me llevaron al servicio de Salubridad (creo que ese fue uno de los primeros momentos en que fui consciente de que éramos pobres).

Nos recibió una afamada doctora Guerrero, la cual le dijo a mi madre: “lo único que podemos hacer es castrarlo para que lo engorde y lo venda por kilo, o lo puede mandar a Arabia a trabajar con un Jeque como eunuco”, a lo que mi madre sólo atinó a contestar: “ya no la amuele doctora, échele una manita”. Entonces la doctora me lavó con gasolina blanca, según ella porque ya estaba infectado y no me podía anestesiar. En esas condiciones procedió a coserme la herida, ¡así, en vivo y en directo! No sé cuantos puntos me dio, pero sí les puedo decir que antes de salir del quirófano ya había confesado ser el autor intelectual del asesinato de Kennedy y el instigador de los estudiantes para boicotear las olimpiadas del 68.

Apenas tres días después, estando en mi casa se abrió nuevamente la herida, que seguía infectada. Afortunadamente pudimos ir con otro doctor que me volvió a operar (ahora sí con anestesia), y ahí sí sané gracias a los oficios de ese buen doctor, que Dios lo tenga en su gloria. Y todo ese viacrucis de tortura por ponerme a jugar a las olimpiadas con mis amiguitos…

martes, 27 de octubre de 2015

La magia del futbol



Por Ricardo Fragoso

El futbol es el opio de las masas, reza el refrán, y en gran medida es cierto, como diría el escritor Juan Villoro: “En sus peores momentos, el fan del futbol es un idiota con la boca abierta ante un sándwich y la cabeza llena de datos inservibles” pero Dios es redondo; y dejando de lado la mediocridad que impera en el futbol mexicano, nos enfocaremos en hablar del mejor futbol del mundo, nos referimos a las ligas europeas, donde jornada tras jornada se dan duelos espectaculares, se deja todo en la cancha y se suda la camiseta para dejar vencido al rival, donde vemos verdaderas obras de arte hechas con el balón, para finalmente levantarse con el ansiado triunfo.

En primer lugar visitaremos tierras francesas, donde con un torneo avasallador se proclamó campeón el poderoso Paris Saint Germain, de la mano de un goleador exquisito y en plan grande como lo es Zlatan Ibrahimovic, devorando a todos sus rivales como un tiburón devora a su presa, nadie pudo hacerles frente; en la liga portuguesa el vencedor fue el Benfica, que tuvo un duelo cerrado con su principal enemigo el Porto, aunque al final nadie lo pudo superar; la Bundesliga alemana fue dominada por un espectacular Bayern Munich, fue imparable, realizando obras de arte dentro del terreno de juego, sólo comparado con una orquesta perfectamente afinada, dirigidos por su técnico Josep Guardiola tocaron la gloria y fueron infinitamente superiores a sus rivales, con un violinista como Robben dando cátedra de futbol, nadie les hizo sombra para llevarse el campeonato; la liga inglesa, donde más de 5 equipos pelean por la gloria y se hacen pedazos partido tras partido, siendo una de las más competidas, el que levantó la mano al final de esa lucha fue el Chelsea, dirigidos por el odiado y amado Mourinho, dieron todo para ganar esa pelea, con un futbol total; en la liga Italiana, como ya se ha hecho costumbre, no existe otro equipo que ‘La Vecchia Signora’, la multi campeona Juventus, arrasó con cuanto rival se le puso enfrente, ganando por mucho la liga, además de la copa, y siendo finalista de la Champions, con Pirlo elegante y preciso, Vidal aguerrido en medio campo y Tevez anotando goles de todos lados, simplemente imparable.

Finalmente la liga de las estrellas, donde año tras año se da la disputa de los dos más grandes, el Barcelona y el Real Madrid; retomando las palabras de Villoro al respecto: “Es posible que el futbol represente la última frontera legítima de la intransigencia emocional; rebasarla significa traicionar la infancia, negar al niño que entendió que los héroes se visten de blanco o de azulgrana”. Al principio el equipo merengue se vio impresionante, con un Benzema goleador, un James Rodríguez inspirado y un Cristiano Ronaldo imparable, parecía que se llevarían la liga fácilmente, aunque al final no les alcanzo para llevarse ningún título; por otro lado el equipo azulgrana no daba una, con un técnico Luis Enrique prácticamente debutante, sus jugadores apáticos, no se veía por dónde pudieran competirle al Madrid, pero cuando Messi se inspira es simplemente insuperable, un dios dentro del campo; contagiados por Messi, jugadores como Neymar, Luis Suarez, Iniesta, Rakitic y Busquets comenzaron a desplegar un futbol espectacular, agresivo, ofensivo, vistoso y finalmente el equipo de la cuidad donde se erige la Sagrada Familia de Gaudí se llevó todas la palmas, ganando la liga, la copa y la Champions.

En medio de esta vorágine futbolística, y ya que tocamos la Champions, hablaremos de ese torneo donde se ve magia dentro del campo, el espectáculo es tan excelso que sólo se puede comparar con una sonata a la luz de la luna, ese torneo inventado por los países europeos para dirimir sus diferencias dentro de una cancha y no en un campo de guerra; después de partidos emocionantes, como aquel de semifinales entre el Real Madrid y Juventus o el Barcelona y el Bayern, finalmente el ganador fue ni más ni menos que el Barcelona, dando cátedra de buen futbol, haciendo verdaderas obras de arte dentro del campo, con el mejor jugador del mundo Lionel Messi, como artista y pintor principal, rompiendo récords de goles, el equipo catalán levantó la copa más ansiada de Europa, “la orejona”, proclamándose multi campeón, siendo el primer equipo en la historia en ganar el triplete 2 veces, la liga, la copa y la codiciada Champions.

Ojala algún día podamos ver esa magia, esas ganas de competir honestamente y esa espectacularidad en nuestras canchas y en la sociedad mexicana, pero México tiene varios problemas nacionales: uno es la injusticia social, el otro es la inseguridad, el tercero es la falta de delanteros, y si el futbol es un termómetro del país, tristemente nunca lo veremos; ahora sólo nos queda esperar el inicio de la temporada en Europa, para ver ese futbol exquisito que nos apasiona y nos seduce tanto.


lunes, 26 de octubre de 2015

Toshiro Mifune

Por Javier Leyva

Un actor que simplemente era incapaz de errar en su interpretación, principalmente por ser pionero en la actuación de método; sin embargo, su personalidad magnética, semblante hipnótico y poderosa presencia serian las cualidades que lo catapultarían al éxito total en el medio y el estatus de icono que hoy en día es su leyenda.

Su incursión en la actuación, en una industria que recién comenzaba a existir en su país oriental, parece deberse más a una obra de la casualidad que a una búsqueda activa; Mifune parece haber tropezado con la actuación; sin embargo, en este mundo hay personas que nacieron para hacer algo en específico, prodigios destinados a convertirse en el mejor en lo que hacen; Mifune fue uno de ellos y de un modo u otro habríamos gozado de su arte histriónica.

Ser un actor de método le permitió desarrollar un rango actoral de considerable envergadura, pudiendo encarnar con igual efectividad desde el ser más ridículo y patético, hasta el más solemne e imponente señor. De especial relevancia para nosotros los mexicanos es su interpretación del indio oaxaqueño Animas Trujano, un personaje al cual imprime pasión y empeño, un personaje que superficialmente es un pobre diablo condenado al olvido, pero que en realidad tenía una dimensión profunda y llena de tristeza. Sobra decir que su actuación es magistral, pero lo relevante es la seriedad y respeto con que alude a un representativo de la mexicanidad.

Mifune y Kurosawa deben decirse en una misma oración. Se necesitaban y se complementaban. Juntos fueron la tormenta perfecta para lograr uno de los mayores legados del séptimo arte. Tuvieron dieciséis colaboraciones en su haber, y aunque debemos reconocer que en lo individual ambos alcanzaron momentos destacados como artistas, es sólo juntos cuando explotan el máximo potencial de sus respectivas cualidades. Su amistad fue profunda y su estrepitoso rompimiento fue sin duda doloroso para ambos. Sólo treinta años después, muy cerca del final, volverían a encontrarse para fundirse en un abrazo fraternal entre lágrimas de reconciliación. De Toshiro Mifune, Akira Kurosawa referiría: “no me enorgullece otra cosa más que lo hecho con él”.

La segunda etapa de Mifune lo vería triunfar con brillo propio en occidente, con exitosas películas filmadas en Estados Unidos y en especial con su interpretación de Lord Taranaga en la seríe de televisión “Shogun”, la cual, paradójicamente, fue alabada en el país norteamericano pero repudiada en su natal Japón.

Parece solamente adecuado que Toshiro Mifune haya establecido los paradigmas populares del samurái en su juventud y el señor feudal en su madurez.

domingo, 25 de octubre de 2015

Star Wars Republic Commando

Desarrolla: LucasArts (2005)


Star Wars es una de las franquicias más populares de la cultura pop contemporánea y su historia de fantasía espacial se conoce mayormente por las seis películas que componen la saga principal, sin embargo, Star Wars es un gigante multimedia que se expande en medios tan diversos como libros, comics, audionovelas, series de televisión, videojuegos y demás, por lo que seguir toda la línea de historias e información es un reto titánico hasta para el más ávido fan; es en este vasto universo que se destaca un videojuego llamado

Republic Commando, el cual fue desarrollado por la ya extinta LucasArts, compañía responsable de otros clásicos como The Secret of Monkey Island y Grim Fandango. Republic Commando es un shooter en primera persona en el cual seguimos a un grupo especial de soldados clon que tiene como deber cumplir las misiones de máxima prioridad para la República Galáctica. El personaje que utilizamos es Boss, el confiable líder del Escuadrón Delta, que cuenta con el experto en demoliciones Scorch (y bromista del equipo), el informático Fixer (siempre apegado a las normas), y Sev, el tipo rudo que ama el campo de batalla. Las interacciones entre estos cuatro soldados, diferentes en personalidad pero hermanados en las armas, es uno de los puntos más agradables y mejor logrados del juego.

Durante el juego guiamos al Escuadrón Delta en tres misiones (Geonosis, Republic Assault Ship y
Kashyyyk) las cuales se desarrollan de manera paralela a El Ataque de los Clones y La Venganza de los Sith, siendo instrumentales en los acontecimientos de ambos filmes, por lo que vale la pena conocer la información complementaria que
aporta.

En el aspecto técnico hay muy poco que reprochar, pues el combate es intuitivo y preciso, la inteligencia artificial del Escuadrón Delta es excelente y la banda sonora de estilo tribal es de primer nivel. La escasa duración de la campaña principal y los enemigos un tanto repetitivos son algunos puntos negativos, los cuales no bastan para demeritar la calidad de Republic Commando, el cual, a pesar de haber tenido buenas críticas, pasó desapercibido para el gran público, por lo que hoy en día es una joya oculta, un videojuego que evidentemente fue creado con esmero y pasión.


sábado, 24 de octubre de 2015

Joy Division

Joy Division

Intensidad y dramatismo

Por Víctor Luna Álvarez

Punto de Partida

Joy Division es considerada por muchos como una de las mejores bandas en la historia de la música. Día a día sigue sumando seguidores en el camino. Pero, ¿cuál es la razón?, ¿se trata de sus letras?, ¿de lo enigmático de sus integrantes? o ¿sólo es una dosis de popularidad?

La historia de estos ingleses comenzó a cimentarse el 20 de julio de 1976, mientras la famosa banda de punk Sex Pistols ofrecía un concierto en el Manchester Free Trade Hall. Al concluir el espectáculo Peter Hook (bajo), Bernard Sumner (guitarra) y Terry Mason (batería), quienes se encontraban en aquel recinto, decidieron formar su propio grupo, aunque ninguno de ellos tenía mucha idea de lo que significaba ser músico.


The Stiff Kittens fue su primer nombre. Poco les convenció aquel título pero en ese momento tenían un tema más importante que resolver y era la falta de vocalista. Ian Curtis fue uno de los más interesados en cubrir la plaza y lo consiguió, dando origen a una banda legendaria.

Forjando una identidad

Semanas después, justo antes de salir a su primera actuación en The Electric Circus, el cuarteto cambia de nombre a Warsaw, según algunas publicaciones, inspirados en la canción Warszawa (1977) de David Bowie y Brian Eno. Para junio de 1978 bajo el sello Enigma se pone en circulación la primera edición de su EP An Ideal for Living con apenas 1000 copias. En ese entonces siguieron los cambios tanto de alineación como de nombre, ahora Warsaw había quedado en el pasado y Curtis, Sumner, Hook y Morris (último miembro en unirse al grupo) se hacían llamar Joy Division. El cambio se debió principalmente a un tema legal por la existencia de una banda en Londres llamada Warsaw Pakt.

El nuevo nombre fue obtenido del libro The House of Dolls de Karol Cetinsky, en donde se cuenta la historia de algunas prisioneras de guerra en un burdel nazi, las Joy Divisions, como algunas veces son mencionadas, eran las mujeres utilizadas como prostitutas por los nazis. A pesar de ello, numerosas publicaciones señalan que el nombre no fue tomado por alguna afinidad nazi ni mucho menos, sino por un simple gusto por el nombre.

Sin ningún cambio posterior, el 25 de enero de 1978 sería el debut oficial de la banda en el Pip's Disco, un lugar para escuchar música en vivo en Manchester, y en donde cuatro jóvenes, con apenas poco más de 20 años, darían inicio a una leyenda.

Momentos de magia y maestría

El futuro de Joy Division parecía tomar un rumbo incierto cuando el 29 de diciembre de 1978, al regresar de una actuación en el Hope and Anchor, Ian sufriera un ataque epiléptico severo, siendo un punto y aparte para lo que seguiría con la banda.

Ahora bajo el sello de Factory Records, discográfica liderada por Tony Wilson, grabarían 15 temas en menos de cinco días, mismos que serían su debut en larga duración, dejando en las manos de Martin "Zero" Hannett la producción, y teniendo como resultado una combinación excelente entre la maestría del técnico y la magia de la banda, utilizando una técnica de grabación basada en la acentuación de las atmósferas: intensidad y dramatismo.

La pasión de Hannett por los sintetizadores y el uso de tecnología, fueron determinantes para la creación de excelentes atmósferas que captaron perfectamente la esencia y sonido que buscaba Joy Division, quienes sin ser músicos virtuosos lograron crear uno de los mejores discos de la historia. Se trata de Unknow Pleasures, publicado en mayo de 1979.

Un disco envuelto en un ambiente enigmático y psicodélico, con un diseño en la tapa a cargo de Peter Saville, quien plasmó las primeras señales de un pulsar, imagen extraída de The Cambridge Encyclopedia of Astronomy, teniendo como resultado una de las portadas más famosas y una sensación auténtica de Placeres Desconocidos.


Pronto llegó el momento del segundo y último disco de estudio, Closer (1980), nuevamente dirigidos por la mente maestra de Martin Hannett, quien de nuevo guiaría a este grupo ecléctico a construir una joya dentro de la escena musical, envolviendo en cada texto de Ian su presente y su pasado, todo aquello que lo mortificaba, desde su vida sentimental hasta su situación física y mental llevada al límite. Letras acompañadas por un ambiente musical perfecto, brutal al momento de escuchar la combinación entre ambas. Se ha dicho que "Closer, inmortal y oscuro, duele", un disco que ha quedado y seguirá quedando en la inmortalidad de la música, un disco de heridas y matices.


35 años después

Casi dos años después de que empezara la aventura, el 2 de mayo de 1980, sería la última presentación de Joy Division en un escenario. Y días más tarde, el 18 de mayo del mismo año, terminaría la historia de Ian Curtis, quien luego de ver la película Strosze de Werner Herzog y escuchar el disco The Idiot de Iggy Pop, escribiera una carta dirigida a su esposa Deborah tratando de explicar lo que ocurría en su mente. Segundos después se ahorcaría con un lazo en la cocina de su propia casa, hogar de su esposa e hija. De eso ya han pasado 35 años y pareciera que Ian está más vivo que nunca.

El amor nos separará

Una de las canciones más populares de Joy Division es Love will tear us apart, considerada por revistas como Rolling Stone o NME como una de las mejores canciones de la historia. Esta no apareció en ninguno de los dos discos de estudio de la banda y en un principio sólo se podía escuchar en vivo, a pesar de ello y con varias reediciones, se ha convertido en una de las canciones más conocidas y emblemáticas. Un clásico de la banda y de la música inglesa.

Un sonido de atmósferas

El crítico de música inglés Simon Reynolds decía que "el bajo de Hook llevaba la melodía, la guitarra de Sumner llenaba los huecos del sonido a base de densos riffs y la batería de Morris, parecía rodear el borde de un cráter".

Ese sonido poco a poco se fue convirtiendo en algo particular del cuarteto, con un toque de bajo absolutamente diferente y siempre en primer plano. Acompañado del baile peculiar de Ian y una voz que hipnotizaba, atrayendo las miradas del público y al mismo tiempo guiando a la banda. Cada integrante a su manera y a su estilo fue una pieza fundamental.

No es necesario descifrar el significado de cada canción para sentirse atraído por la música de Joy Division, para captar la intensidad emocional de las canciones. Letras que muestran sus principales referencias literarias y musicales en William Burroughs, Franz Kafka, The Doors, David Bowie y The Velvet Underground.

Es fácil descubrir lo mucho que Ian disfrutó de la lectura de The House of Dolls, porque no sólo fue No love lost la pieza del grupo inspirada en ese libro, sino también el tema Novelty. Atrocity exhibition debe su título a un libro de J.G Ballard, Dead souls a la novela de Gógol y Colony está relacionada con Heart of Darkness de Conrad. Reflejo de lo que pasaba por la mente de Ian: la soledad y la infelicidad.

La vida sigue

Después de la muerte de Ian Kevin Curtis el 18 de mayo de 1980 la banda siguió su camino, pero era necesario hacerlo de una manera diferente, y así fue. Murió Ian, murió Joy Division, pero nació una historia que sigue construyéndose, su nombre: New Order, quien recientemente estrenó Restless, un extracto de su décimo disco de estudio llamado Music Complete, cuya fecha de lanzamiento será el 25 de septiembre y que compartirá créditos con Iggy Pop y Brandon Flowers.