martes, 30 de junio de 2015

Nouvelle Vague

Por Patricia Munguia

En el año de 1951, el director y escritor André Bazin junto con Jacques Doniol-Valcroze y Joseph-Marie Lo Duca, fundan la primer revista de crítica cinematográfica llamada Cahiers du cinéma (Cuadernos de cine), misma que da origen al posterior surgimiento del movimiento cinematográfico francés denominado Nouvelle Vague o La Nueva Ola francesa.

Esta revista lleva a cabo una severa crítica hacia el cine francés imperante de la época, sus colaboradores eran cinéfilos formados en cine-clubs de París, eran también guionistas y finalmente capitanes de la Nouvelle Vague. Entre los más destacados se encuentran François Truffaut, Claude Chabrol, Jean-Luc Godard, Alain Resnais, Jacques Rivette y Éric Rohmer, entre otros.

La Nueva Ola se contraponía a las estructuras tradicionales del llamado cinéma de qualité o cine de calidad que invadía todas las producciones de esos años. En un principio sólo se trató de una actividad crítica, sin  embargo, para 1958, los asiduos colaboradores de Cahiers du cinéma comienzan a realizar sus propias producciones poniendo en práctica un nuevo lenguaje cinematográfico, en el cual se redescubren las posibilidades de este medio y comienza a tomar forma La Nouvelle Vague.

Algunos de los elementos más característicos del género fueron la filmación en exteriores e interiores naturales, es decir, abandonaron toda escenografía prefabricada gracias al desarrollo tecnológico que les permitía adquirir cámaras menos engorrosas y con una película más sensible a la luz, por lo cual también podían prescindir de la iluminación artificial.

Las historias contadas estaban llenas de improvisación y espontaneidad, se explotaba la psicología de los personajes; se rodaba con muy poco presupuesto y en escasas semanas; también aportaron un nuevo uso de la fotografía en blanco y negro, realizaron tomas al hombro y dieron cabida a actores desconocidos. Intentaba ser un cine realista.


El filme “El Bello Sergio” (1958) de Claude Chabrol representa el primer largometraje de La Nueva Ola y después vienen los grandes éxitos de François Truffaut con Les Quatre Cents Coups (Los 400 golpes, 1959), película que lo hace ganador al mejor director en el festival de Cannes y la creación de Alain Resnais titulada Hiroshima mon amour (Hiroshima mi amor, 1959), despertando gran interés tanto en el público como en los demás realizadores. Otros títulos importantes son À Bout de Souffle (Sin aliento, 1959) de Jean-Luc Godard, Cléo de 5 à 7 (Cleo de cinco a siete, 1962) de la documentalista Agnés Varda, Paris nous aparttient (1961) de Jacques Rivette y “Fuego fatuo” (1963) de Louis Malle, entre otras más.

Los creadores de la Nouvelle Vague no sólo influyeron en la estructura fílmica francesa, sino que dieron inicio a una expansión que recorrió rápidamente el mundo, dando lugar a nuevos tipos de cine surgidos alrededor de todo el globo.


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