martes, 30 de junio de 2015

Nouvelle Vague

Por Patricia Munguia

En el año de 1951, el director y escritor André Bazin junto con Jacques Doniol-Valcroze y Joseph-Marie Lo Duca, fundan la primer revista de crítica cinematográfica llamada Cahiers du cinéma (Cuadernos de cine), misma que da origen al posterior surgimiento del movimiento cinematográfico francés denominado Nouvelle Vague o La Nueva Ola francesa.

Esta revista lleva a cabo una severa crítica hacia el cine francés imperante de la época, sus colaboradores eran cinéfilos formados en cine-clubs de París, eran también guionistas y finalmente capitanes de la Nouvelle Vague. Entre los más destacados se encuentran François Truffaut, Claude Chabrol, Jean-Luc Godard, Alain Resnais, Jacques Rivette y Éric Rohmer, entre otros.

La Nueva Ola se contraponía a las estructuras tradicionales del llamado cinéma de qualité o cine de calidad que invadía todas las producciones de esos años. En un principio sólo se trató de una actividad crítica, sin  embargo, para 1958, los asiduos colaboradores de Cahiers du cinéma comienzan a realizar sus propias producciones poniendo en práctica un nuevo lenguaje cinematográfico, en el cual se redescubren las posibilidades de este medio y comienza a tomar forma La Nouvelle Vague.

Algunos de los elementos más característicos del género fueron la filmación en exteriores e interiores naturales, es decir, abandonaron toda escenografía prefabricada gracias al desarrollo tecnológico que les permitía adquirir cámaras menos engorrosas y con una película más sensible a la luz, por lo cual también podían prescindir de la iluminación artificial.

Las historias contadas estaban llenas de improvisación y espontaneidad, se explotaba la psicología de los personajes; se rodaba con muy poco presupuesto y en escasas semanas; también aportaron un nuevo uso de la fotografía en blanco y negro, realizaron tomas al hombro y dieron cabida a actores desconocidos. Intentaba ser un cine realista.


El filme “El Bello Sergio” (1958) de Claude Chabrol representa el primer largometraje de La Nueva Ola y después vienen los grandes éxitos de François Truffaut con Les Quatre Cents Coups (Los 400 golpes, 1959), película que lo hace ganador al mejor director en el festival de Cannes y la creación de Alain Resnais titulada Hiroshima mon amour (Hiroshima mi amor, 1959), despertando gran interés tanto en el público como en los demás realizadores. Otros títulos importantes son À Bout de Souffle (Sin aliento, 1959) de Jean-Luc Godard, Cléo de 5 à 7 (Cleo de cinco a siete, 1962) de la documentalista Agnés Varda, Paris nous aparttient (1961) de Jacques Rivette y “Fuego fatuo” (1963) de Louis Malle, entre otras más.

Los creadores de la Nouvelle Vague no sólo influyeron en la estructura fílmica francesa, sino que dieron inicio a una expansión que recorrió rápidamente el mundo, dando lugar a nuevos tipos de cine surgidos alrededor de todo el globo.


lunes, 29 de junio de 2015

La muerte de David Sharp

Por Javier Leyva

David Sharp
El ser humano es una criatura ambiciosa, y como tal, de manera constante se fija metas y objetivos que le den valor a su vida. Pero, ¿cuál es el valor de una vida? Cuando resulta que alcanzar la meta más grande implica poner en riesgo la vida misma, ¿qué decisión tomarías? Un buen día, David Sharp se encontró en este mismo dilema; sin embargo, en su mente no había duda.

El 14 de mayo de 2006, David Sharp se encontraba sentado en el campamento base, meditando y perfeccionando su estrategia para escalar exitosamente hasta la cima del Monte Everest, la cumbre más alta del mundo. Dos veces antes lo había intentado y dos veces antes se había quedado corto, por lo que fracasar una tercera no era opción, como dejó muy en claro con una ominosa afirmación: “si no lo logro esta vez, no regresaré”. Entrada la noche, decidió iniciar su aventura hacia la gloria. Solo, sin oxigeno y sin comunicación por radio. Un reto inferior a ese no habría sido digno de David Sharp.

La mañana siguiente, el doble amputado y veterano montañista Mark Inglis, al frente de un grupo de más de treinta personas, inició también su camino hacia la cumbre. El convoy avanzó durante varias horas y finalmente, tras grandes esfuerzos, habían llegado hasta el tramo más peligroso del recorrido, la temida Zona de Muerte, un lugar tan alto, que hace que respirar sea una tarea casi imposible. Mark Inglis le dijo a su grupo que se preparara para continuar y que estaban a punto pasar junto a la cueva de “botas verdes”, un escalador que sucumbió en el año de 1996 y cuyo cuerpo congelado permanece hasta el día de hoy como punto de referencia. Sin embargo, al verlo, Inglis notó algo extraño, había un nuevo cadáver sentado junto a “botas verdes”. Se acercó a inspeccionarlo y notó algo más. No era un cadáver, era un hombre vivo, semicongelado, pero vivo. Al preguntarle su nombre, éste le contestó “mi nombre es David Sharp, estoy con Asian Trekking y sólo quiero dormir”.

David Sharp había alcanzado la cima del monte Everest horas antes, sabiendo que recorrer la Zona de Muerte prácticamente sin reservas de oxígeno haría que el regreso fuera poco menos que imposible.

La Zona de Muerte se encuentra por arriba de los 8,000 metros de altitud y es custodiada por más de 150 cadáveres congelados, que sirven como macabro recordatorio del poder inclemente de la montaña.

Mark Inglis se vio obligado a tomar una decisión de vida y muerte. Las deplorables condiciones de David Sharp hacían que fuera sumamente arriesgado prestarle ayuda. Tenía sus congelados brazos alrededor de sus igualmente congeladas rodillas, partes de su rostro estaban ennegrecidas como el carbón y lo peor era que no tenía la fuerza necesaria ni siquiera para mantenerse en pie, mucho menos para caminar. En la Zona de Muerte el tiempo es clave para poder sobrevivir y llevar a David Sharp a cuestas significaba un riesgo mortal para otros miembros del grupo. Eso, sin mencionar tener que abandonar una expedición planeada arduamente y con muchos meses de anticipación. Ante estas circunstancias, Mark Inglis determinó que David Sharp se encontraba más allá de la salvación y decidió continuar con su grupo hasta la cima.

Ese día, más de cuarenta montañistas se cruzaron en su recorrido con un hombre muerto que aún respiraba. Durante sus horas finales, algunos trataron de ayudarlo, otros lo ignoraron y unos cuantos ni siquiera se percataron de que seguía con vida. Mark Whetu se acercaría a David Sharp para darle un último consejo, mientras que Maxime Chaya se postraría ante él para rezarle una plegaria entre lágrimas.


El escándalo y la indignación se desataron rápidamente. El primer hombre en la historia en alcanzar la cima del monte Everest, Sir Edmund Hillary, criticó duramente a las personas que no ayudaron a David Sharp, diciendo “La gente sólo quiere llegar a la cima. Está mal que habiendo un hombre sufriendo problemas de altitud y contraído bajo una roca, sólo levantes tu sombrero, digas buenos días, y continúes tu camino”. Lo anterior, sumado al rescate de Lincoln Hall, dos semanas después y a mayor altura, nos hace cuestionar ¿David Sharp debía morir el 14 de mayo de 2006?

En esa temporada, Mark Inglis se convertiría en el primer doble amputado en alcanzar la cima del Everest, pero se le recuerda más como el hombre culpado por la muerte de David Sharp. Sin embargo, su madre, Linda Sharp, no culpa a nadie, reconociendo “Tu responsabilidad es salvarte a ti mismo, no tratar de salvar a alguien más”.

Ciertamente, David Sharp parecía tener un deseo mortal la noche del 14 de mayo de 2006. Pero también tenía una meta clara y una convicción de acero para alcanzarla. Su vida era un precio aceptable.


domingo, 28 de junio de 2015

Bajo la misma estrella

(The Fault in our Stars)
Dir. Josh Boone

¿Otra sensiblera historia de amor? Sí y no. Este filme, adaptación de una novela escrita por John Green, puede catalogarse fácilmente dentro de los lugares comunes de las películas de adolescentes enamorados, los cuales, además de diferenciarse de los demás por su atípica personalidad, lo cual ya es un cliché, están desahuciados, sin embargo, no todo en la trama es tan pretensioso ni tan lastimero y ni siquiera cursi.

Para quienes tengan conocimiento del proceso de degradación por el que atraviesan los enfermos terminales de cáncer, esta historia muestra la cara menos morbosa del asunto, a diferencia, por ejemplo, de otras películas del mismo tinte como la española Camino y La decisión más difícil, protagonizada por Cameron Diaz, no obstante, toca puntos importantes al respecto como la aparente estabilidad del enfermo antes de la inevitable e irreversible caída, último golpe fatal de toda esa serie de angustias y dolores que no sólo persiguen a la persona que lo padece sino a toda su familia. También nos habla un poco acerca del estado de ánimo que los envuelve, pues si bien es cierto que todos tenemos conocimiento de nuestra inevitable muerte, no todos estamos avisados de cuándo ocurrirá ni soportamos una existencia limitada por inútiles pero ineludibles recomendaciones médicas y tampoco sufrimos los desagradables efectos de algún medicamento.

Con respecto al idílico romance vivido por los jóvenes protagonistas, Hazel Grace, interpretada por Shailene Woodley, y Augustus Waters, a quien da vida el joven Ansel Elgort, se agradece su mesura al no mostrar al mundo lo insuperable y especial que es su amor, ninguno de los dos es un engreído snob, aunque sí hay un personaje de este tipo, Peter Van Houten, papel interpretado por Willem Dafoe, y tampoco se pretende ensalzar la compasión hacia su cualidad de mortales. Esta cinta termina siendo una clásica historia de amor para adolescentes bien portados que sueñan con conocer la dicha del primer noviazgo, en este caso, aderezado con un toque de drama para recalcar su mensaje: disfrutar la vida que se tiene porque no es inagotable.

sábado, 27 de junio de 2015

Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos




(Eternal sunshine of the spotless mind)
Dir. Michel Gondry


El amor, ¿nos mantendrá juntos o nos apartará?, dos premisas opuestas, contradictorias y determinantes para comprender la frágil línea que existe entre una relación duradera y estable y otra frustrante y perecedera. Este filme aborda el tema de la separación y nos recuerda que el cariño hacia otra persona no siempre es suficiente para permanecer a su lado y aunque alejarse puede ser una decisión difícil, en ocasiones también es la única solución, sin embargo, es poco frecuente que ambas partes concuerden en ello y ese es precisamente el punto fundamental que toca esta historia, la cual nos plantea una salida a ese percance: Lacuna Inc., institución médica dedicada a eliminar recuerdos. Y ¿quién no ha deseado algo similar al tener que afrontar una ruptura? La persona afectada podría borrar de su memoria esa amarga experiencia en la que fue desdeñado; una feliz alternativa a estas desgracias en las que el dolor de lo perdido es tan agobiante que el único alivio es el olvido, sin embargo, nos recuerda también que no todo debe ser eliminado pues cada sonrisa y cada lágrima construyeron esa parte de nuestra vida que por un tiempo fue protagonizada de la mano de alguien más.

Michel Gondry reflexiona acerca de la separación y el difícil camino de la aceptación de la culminación de un noviazgo en donde los involucrados, tan íntimos, de pronto deciden que ya no se conocen más y pierden todo contacto; no obstante, nos dice el cineasta francés, ¿qué pasaría si pudieran quitar de su mente todos esos recuerdos?, ¿qué ocurriría si volvieran a conocerse?, ¿se enamorarían de nuevo? Y mientras da respuesta a estas incógnitas, la trama nos transporta a un extraordinario escenario donde la ficción se incorpora con sutileza y naturalidad en un paisaje cotidiano que atraviesa las diversas etapas de una relación amorosa.

La conjunción entre la riqueza estilística del guión creado por Charlie Kaufman y la capacidad visual de Gondry para plasmar en la pantalla este mundo de recuerdos y saltos en el tiempo, logran que sea una excelente película romántica. Una idea bien aterrizada de principio a fin, de la cual podremos disfrutar no sólo la historia sino también de la creatividad vertida en los recursos cinematográficos y escenográficos que sirven para narrarla.

jueves, 25 de junio de 2015

Guardianes de la Galaxia

(Guardians of the Galaxy)
2014, James Gunn

Basada en los comics del mismo nombre, Guardianes de la Galaxia es la película de Marvel que cimenta el camino a recorrer por su universo cinematico, el cual culminó su primera fase con la exitosísima The Avengers, en lo que es una innovadora forma de hacer películas, entrelazadas y que coexisten en un mismo universo, que parece ser el nuevo modelo a seguir en Hollywood debido al creciente éxito que esta obteniendo Marvel en su alianza con el gigante del entretenimiento multimedia, Disney.

Guardianes de la Galaxia puede ser un nombre que no resuena mucho, incluso entre lectores habituales de comics, sin embargo, eso va a cambiar gracias a este entretenido filme, el cual destaca por su humor y sus excelentes efectos visuales; En este se narran las peripecias espaciales de un improbable equipo de antihéroes y mercenarios, los cuales se ven inmersos en una batalla de proporciones galácticas por evitar que el extremista Ronan obtenga la Gema del Infinito con la cual podría destruir planetas enteros.

El punto más fuerte de la película son los cinco protagonistas, el cazarrecompenzas humano Peter Quill, los guerreros alienígenas Gamora y Drax el Destructor, y los mercenarios Rocket y Groot, un mapache y un árbol antropomórficos respectivamente; Todos son desarrollados con buen gusto y de manera orgánica, y la relación entre sus disparadas personalidades da lugar a varias escenas de acción que son equilibradas con un constante toque de humor que aligera el tono de la película, haciéndola muy disfrutable, sobre todo para los más jóvenes, y optando también por no sobre explicar el contexto espacial en que transcurre la trama, lo cual a veces resulta confuso en este tipo de películas de fantasía épica, siendo notable la influencia de la saga Star Wars y los arquetipos de la opera espacial.

Los efectos especiales son un deleite visual, como nos ha acostumbrado Marvel, y los fanáticos podrán atrapar múltiples cameos y easter eggs que sin duda harán sus delicias. Para los amantes de la música ochentera, la banda sonora incluye un buena cantidad de temas clásicos como I’m not in love, hooked on a feeling y come and get your love, entre otras. El punto flaco es el villano, pero no porque este mal interpretado, sino porque realmente nunca parece estar en sintonía con el resto de la película o tener un verdadero antagonismo con los guardianes de la galaxia, contrastando notablemente con las escenas de estos, a menudo cómicas y hasta tiernas. Peccata minuta para una película que cumple prácticamente con todas sus propuestas

miércoles, 24 de junio de 2015

1492: La conquista del Paraíso

(1492: The Conquest of Paradise)

Dir. Ridley Scott
INGLATERRA 1991
Guión: Roselyne Bosch
Música: Vangelis
Fotografía: Adrian Biddle
Reparto: Gérard Depardieu, Sigourney Weaver, Armand Assante, Fernando Rey, Ängela Mlina, Arnold Vosloo, Tcheky Karyo.


En este filme se aborda el descubrimiento del nuevo continente por parte de Cristóbal Colón, un navegante ambicioso dispuesto a todo por demostrar que se puede llegar a las indias occidentales cruzando el océano Atlántico.

La España del Siglo XVI era un reino donde por fin se estaba alcanzando una identidad nacional y se había terminado con el último bastión de los moros en su territorio: Granada. La reina Isabel artífice de este afianzamiento, quería convertir a España de un reino a un imperio, lo que le llevó a financiar la expedición de Colón.

Realmente el buscar cruzar el océano para encontrar nuevos territorios no fue impulsado por la aventura y la curiosidad sino que para superar de una vez por todas a los reinos europeos y sobre todo a los turcos que bloqueaban cualquier transacción con oriente, se buscó encontrar nuevas rutas comerciales con China y la India que le dieran una ventaja estratégica a España.

La lógica del poder que predominaba en ese entonces era cada vez más una franca lucha entre el Estado y la poderosa Iglesia. Esto explica que la iglesia tratara de obstaculizar el viaje para así no perder poder e influencia en el pueblo, y la banca española apoyara la travesía para poder obtener beneficios económicos y poder tener mayor independencia y una ventaja marítima y financiera sobre el resto de los reinos.

El choque de culturas que se da al encontrarse los españoles con los nativos americanos es dominado ampliamente por los primeros por una simple razón: ellos han tenido contacto con otras civilizaciones que les ayudaron a enriquecerse culturalmente y estar preparados para cualquier confrontación, mientras que los indígenas al estar aislados no contaban con el capital material ni ideológico para combatir con los europeos. Fue por esto que los indígenas sucumbieron ante una España más preparada que les impuso religión y modo de vivir –lo cual no quiere decir que no hayan opuesto resistencia-. Con el descubrimiento del nuevo continente Europa se asentó como centro de poder del mundo y se abrió una nueva época en la cual todos estaban ansiosos por descubrir y conquistar nuevos territorios.

martes, 23 de junio de 2015

Stanislaw Lem

EL HOMBRE QUE HALLÓ LA LIBERTAD MÁS ALLÁ DE LA TIERRA.

Por Samir Zapot

La obra literaria de Stanislaw Lem es de tal complejidad que bien puede resumirse a cabalidad mediante el clásico relato del héroe mítico, quien va superando las dificultades que en ocasiones parecen insalvables, pero gracias a su habilidad y capacidad para aprehender las herramientas que el destino va poniendo a su disposición consigue superar las pruebas para trascender su condición humana y llegar a instancias que le permitan constituirse en una auténtica deidad.

El escritor nació en 1928, en la entonces polaca ciudad de Leópolis, la cual, por azares de la voracidad geopolítica de alemanes y soviéticos, terminó en 1939 como parte del territorio de Ucrania. Durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad también sería trágicamente célebre por albergar un gueto judío en el que murieron más de 200,000 mil personas y exterminaron de Leópolis a la comunidad con raíces hebreas.

Precisamente es en este periodo cuando la existencia de Lem da un vertiginoso giro y abandona sus estudios en medicina para dedicarse a los oficios de mecánico y soldador. En esta etapa se gana la fama de saboteador de vehículos nazis y al término de la guerra, el católico con familia de ascendencia judía se traslada a Cracovia para concluir su formación de galeno y optar por la psicología. Además, comenzará a atender la llamada de las musas para iniciar su periplo en el universo literario.

En los albores de su camino iniciático, escribirá bajo el yugo de la censura comunista distintas novelas, la mayoría de ellas utópicas, que pueden librar la guardia sempiterna de los sensores encargados de preservar al imperio socialista del mínimo reducto de una idea sobre el capitalismo. Como ejemplos tenemos la publicación en 1951 de su primera novela Los Astronautas, así como Nebulosa de Andrómeda (1955) y Diarios de las Estrellas (1957); todas ellas alejadas de su primer novela "El hospital de la transfiguración", texto de corte realista que no vería la luz de la imprenta hasta 1955.

Todas estas novelas constituyen su faceta "humana" en su obra literaria, pues aún no logra desprenderse de la mundanidad de la política y sus regímenes, requisito necesario para acceder al Olimpo de la literatura. La evidencia de la transición entre estos estadios son evidentes en dos novelas: Edén (1959), marca un cambio en su forma de escribir y se convierte en la punta de lanza que marcará su estilo, debido fundamentalmente a que su narrativa ya no sólo se decantará por las críticas hacia los sistemas autoritarios y finalmente llegará al encumbramiento con Solaris (1961).

A partir de Solaris quedará patente en cada texto la introducción de factores psicológicos en los personajes, a manera de recordatorio de que la intangible alma, así como la poco comprendida mente también interactúan con el mundo físico. Este hecho nos prepara para la reflexión sobre el concepto de lo humano frente a las imbricaciones que traen doctrinas como la cibernética, que avanza cada día amenazando con hacer realidad nuestras elucubraciones más sórdidas cuando le sumamos las expectativas puestas en la robótica.

Cracovia fue la última morada de la existencia física de Stanislaw Lem. En 2006 su corazón fue abatido por una enfermedad coronaria. Sin embargo, Fábulas de Robots (1964), La voz de su amo (1968), Congreso de futurología (1971), Fiasco (1986), así como los demás relatos continúan con nosotros como los testigos que niegan que su existencia haya sido en vano.

domingo, 21 de junio de 2015

Mi tío Pedro


Por JALEZA


          A finales de los años ochenta viví algo que me hizo reflexionar profundamente sobre la naturaleza de la vida y la muerte. La siguiente anécdota tuvo lugar en un panteón llamado Sila, ubicado en mi pueblo natal; pero para poder explicarles mejor cómo sucedió, primero les hablaré de un querido tío que tuve. Su nombre era Pedro, y al igual que su homónimo Pedro Infante, era un hombre muy querido por toda la gente que lo conocía, pues debido a su gran carisma sabia ganarse el aprecio de las personas. Durante mis años de juventud, tuve un vínculo muy especial con mi tío Pedro, a quien quise muchísimo porque fue como un padre para mí y me enseñó tantas cosas de la vida, que sería imposible tener palabras suficientes de agradecimiento. Al igual que yo, mi tío fue operador de autobuses durante muchos años, hasta que en el año de 1981 sufrió un accidente y la última tragedia lo alcanzó. Fue en la carretera federal que va hacia Veracruz, a la altura de un pueblito llamado Rinconada, cuando al venir de regreso perdió el control de su autobús y se estrelló contra la parte trasera de un tráiler cargado de maíz, que estaba haciendo alto total. Los miembros de la familia creemos que mi tío se quedó dormido al volante, después de arduas horas de trabajo y, aunque su muerte no fue instantánea y pudo ser trasladado aún con vida a un hospital en Jalapa, finalmente fue imposible salvarle la vida. Su entierro fue todo un suceso en el pueblo, y acudieron cientos de personas a despedirlo, a tal grado era querido mi tío. Yo era un hombre joven en aquel entonces, y su fallecimiento me causó un dolor demasiado terrible, pues era una de las personas a quien más quería en la vida. Su pérdida resultó irreparable y hasta el día de hoy sigo extrañándolo.

         
          Después de ser enterrado en el panteón Sila, yo me dediqué a visitar su tumba constantemente. Cuando mi tío Pedro tenia aproximadamente ocho años de fallecido, yo pasaba por mi peor periodo de alcoholismo y una noche que andaba de parranda con unos primos, íbamos dando la vuelta en coche, cuando pasamos frente al panteón y, en mi borrachera, se me ocurrió hacerle una visita más. Eran cerca de las once de la noche y mis primos no quisieron entrar conmigo, así que les dije que sólo iría rápidamente a saludar a mi tío y regresaba. Entré solo al panteón y, como lo había hecho otras veces, caminé instintivamente hacia la tumba, siguiendo el camino bien conocido y dando la vuelta en las esquinas indicadas; sin embargo, al llegar al lugar, sucedió algo sumamente extraño. La tumba no estaba. Esto me resulto bastante extraño, pero pensé que tal vez, embriagado como me encontraba, había dado alguna vuelta errónea, por lo que rehíce mis pasos hacia la entrada del panteón y busqué de nuevo la tumba. Llegué al lugar por segunda vez, y luego por tercera y cuarta, y siempre con el mismo resultado: la tumba de mi tío Pedro no estaba por ningún lado, y no la pude encontrar a pesar de que conocía el panteón perfectamente. Ante mí repetido fracaso, decidí dejar el asunto por la paz y regresar con mis primos para seguir en la farra, pero al llegar con ellos los encontré profundamente dormidos en el coche. Los desperté reclamándoles que se hubieran dormido tan rápido, a lo que ellos contestaron en contra de mis reclamos: -¡ya ni la friegas, nos dijiste que nomas ibas a saludarlo y salías, y ya son las cinco de la mañana!- Yo estaba seguro de que no había tardado más de media hora y, sin embargo, eran más de seis horas las que habían transcurrido.

          Al día siguiente, le platiqué lo que había pasado a mi abuelita, la mamá de mi tío Pedro, y ella me dijo que era muy fácil explicar lo que había sucedido. Me dijo que no encontré la tumba de mi tío porque él no lo permitió, pues ya no quería que fuera a verlo y que le siguiera llorando; ya había llegado la hora de dejarlo descansar en paz. Y fue así cuando, después de ocho años, terminé de guardarle luto a mi tío Pedro.

          La tumba de mi tío está en el panteón Sila, en el lugar de siempre, rara vez la visito, pero al final del día yo estoy tranquilo porque sé que pronto lo volveré a ver a los ojos. Entre más tiempo pase, no estoy más lejos de él, sino más cerca.


jueves, 18 de junio de 2015

Skins


Por Rafael Q. Reynoso

Esta serie británica que lleva más de un lustro al aire desde su aparición se ha posicionado como una de las mejores para la audiencia de adolescentes y jóvenes-adultos, desde su primer capítulo de la primera temporada en el 2007 hasta los tres últimos de la séptima temporada que han sacado en el presente año dejan un sello de distinción sobre la gran calidad de los contenidos que produce la cadena británica E4.

La trama de esta serie son historias entrelazadas entre un grupo de amigos adolescentes del sur Inglaterra que comparten sus problemáticas como: familias disfuncionales, desórdenes alimenticios, problemas sexuales y de personalidad, drogadicción etc. Los personajes de esta serie cambian cada dos temporadas ya que aparentemente después pasan a ser jóvenes adultos y esto da la pauta a otras historias.

Las interpretaciones de los actores son magníficas y la manufactura de la producción y realización de esta serie deja un buen sabor de boca en el televidente joven-adulto. Cabe señalar que la última temporada está un poco fuera de contexto ya que retoma a tres de los personajes de la serie pero en un plano de jóvenes adultos, sin embargo es magnífica la visualización que les da y ejemplifica magníficamente esa transición de joven a adulto.

Finalmente vale la pena disfrutar de las historias de Tony, Effy, Cassie, Sid, Maxie y demás jóvenes que no difieren mucho de la realidad y que sus problemáticas y vivencias se asemejan mucho a cualquier chico de su edad y sin ninguna duda pueden sentirse identificados.


miércoles, 17 de junio de 2015

Una cuestión personal


Kenzaburo Oé

(1964)

Por Patricia Munguía

Kenzaburo Oé
Narrada en tercera persona, la historia de ‘Bird’, un joven perdido y frustrado, nos ofrece una peculiar visión acerca de una difícil y muy delicada situación: el nacimiento de un ser humano con retraso mental y la reacción de sus padres ante tan indeseado hecho, que lejos de repetir aquel discurso moralista en el que el amor de los progenitores deriva en resignación y aceptación, el autor nos sumerge en el lado obscuro del infortunio en el cual el padre de la criatura lo rechaza y se avergüenza de su propia tragedia procurando dar fin a lo que considera una aberración de su destino. En su desesperación, Bird acude a una vieja amiga, Himiko, quien le brinda refugio y en la que el turbado joven encuentra la perfecta complicidad a sus más turbios pensamientos, pues ambos son espíritus atormentados por sus fracasos y decepciones, hechos que los persiguen y atormentan; recuerdos que forjarán los lazos de perversidad compartida. No obstante, en el camino, el protagonista alcanza un conocimiento profundo de sí mismo y cuando todas sus emociones han llegado al límite consigue obtener la madurez que no había logrado desarrollar en sus 27 años de vida y recupera el rumbo al enfrentarse a sus miedos y desilusiones.

Inspirada, quizá, en su propia experiencia, esta cruda novela, junto con Dinos cómo sobrevivir a nuestra locura (1969), también del japonés Oé, nos revelan sus más profundos sentimientos hacia la paternidad en circunstancias infelices. Ambos textos interesantes por cuanto ofrecen al lector acerca de una cuestión personal e inevitablemente controversial, escasamente abordada desde la perspectiva del rechazo hacia un hijo discapacitado y todos los sentimientos que emergen de aquella relación.


martes, 16 de junio de 2015

La llama doble. Amor y erotismo

Octavio Paz
(1983)

…polvo serán, mas polvo enamorado…



Por Patricia Munguía

“Hace muchos años escribí: el amor es un sacrificio sin virtud; hoy diría: el amor es una apuesta, insensata, por la libertad. No la mía, la ajena.”
¿Qué es el amor?, pregunta filosófica ampliamente discutida y expresada por infinidad de voces a través de las bellas artes, aunque destacada en la poesía, y a la que se suma la visión del connotado escritor Octavio Paz (1914-1998), quien, a través de un sugestivo recorrido por la literatura sobre el tema, se vuelca a ella con elocuencia reflexionando acerca de los sentimientos y actitudes que se asumen en este laberinto de pasiones llamado Amor. 

En forma de ensayo, el autor desarrolla los conceptos de amor y erotismo, dos aristas que atraviesan el vasto territorio de la sexualidad para dilucidar el largo camino de las conflictivas y a veces también contradictorias relaciones interpersonales; concretamente de las más íntimas: las de la pareja. La sexualidad, nos dice, no es más que el encuentro con nuestro propio sexo, es decir, el conocimiento de nuestro cuerpo como órgano sensual y proveedor de placer, tanto para nosotros mismos como para otros; es, pues, el primer estrato transitado por el ser humano hacia la formación de un vínculo más profundo y poderoso con el otro ser. Enseguida se entra a la senda del erotismo que no es otra cosa que deseo, un anhelo de poseer el objeto de nuestro delirio; se trata de una feroz atracción hacia un ideal que satisface nuestra sed de ambición, de posesión. En el erotismo nos enamoramos de una idea, la cual se transforma en imagen, una proyección vista en el cuerpo de muchas personas. En el Amor en cambio, -último y más elevado estadio-, la búsqueda de placer trasciende de lo puramente carnal y alcanza a percibir una imagen concreta, es decir, encuentra a una única persona a quien ama por su espíritu y no sólo por poseer alguna de las características que alimentan su deseo, como el atractivo físico, por ejemplo. 

Sin importar el rumbo que tomemos, algunas veces transitaremos también por la solitaria vereda de la desesperación, el dolor y la incertidumbre; los celos y la traición son la cara sombría del enamoramiento, destructivas e incomprendidas pasiones que carcomen el alma y transforman los sentimientos de plenitud y goce en desamparo y frustración. No obstante, opina el autor, aún podemos despejar esas tinieblas si nos abrazamos con fuerza a la más preciada facultad del ser humano: la libertad. Difícil y tramposo desafío a nuestra razón. Mas respetar las elecciones de la otra persona no significa que debamos aceptar el engaño, pues en la infidelidad no existe el amor, sino entender que ese ser puede amarnos y correspondernos o no y ambas posibilidades exigen una decisión que no puede ser forzada ni manipulada y que, sobre todo, depende únicamente de la voluntad del otro y nunca de la nuestra.


lunes, 15 de junio de 2015

"En las Montañas de la Locura"

H. P. Lovecraft
(1931)

Por Javier Leyva
Howard Phillips Lovecratf (1890-1937) es ya un autor clásico de la literatura universal, cuya influencia ayudó a que el género del horror se estableciera definitivamente como una forma de expresión madura y seria. Además de ser el auténtico heredero espiritual de Edgar Allan Poe, creó un estilo único conocido como "horror cósmico", que sentaría las bases de una mitología que hoy en día continúa vigente y en expansión.

"En las montañas de la locura" es una de sus novelas imprescindibles, por su calidad estilística y narrativa, así como por la importancia que tiene para comprender la totalidad del horizonte argumentativo que contempla su obra. Originalmente escrita en 1931, fue lanzada como un serial para la revista de fantasía "Astounding Series", una de aquellas publicaciones de estilo juvenil a las que fue tan asiduo Lovecraft y donde se hizo de toda una legión de fanáticos. Posteriormente se recopiló para aparecer como novela individual y en antologías de horror.

El protagonista es William Dyer, un académico de la Universidad de Miscatonic (famoso
colegio ficticio del universo de Lovecraft) quien nos cuenta la crónica de la expedición
Pabodie a la entonces inexplorada tierra de la Antártida en el año 1930, para realizar
una serie de estudios científicos. Todo avanza según los planes hasta que la expedición
se separa en dos grupos, uno de los cuales se adelanta a las montañas gigantes para
comenzar con las excavaciones; liderados por el profesor Lake, pronto hacen el
descubrimiento de una serie de fósiles de naturaleza increíble, tras lo cual se pierde la
comunicación con el primer grupo establecido en la base. Este decide ir en su búsqueda
sólo para darse cuenta del fatal destino que sufrió el grupo de avanzada, al encontrar a
todos sus miembros masacrados por una fuerza desconocida. Es entonces que
resuelven seguir un rastro hacia la zona montañosa, enviando a Dyer y al estudiante Danforth en una avioneta; estos dos hombres serían los únicos testigos de las ruinas ocultas entre las montañas que contienen los secretos de una civilización miles de años más antigua que cualquier otra en el mundo y cuyos habitantes no eran humanos, sino seres cósmicos. Con esta narración, Dyer intenta advertir sobre el peligro de realizar nuevas expediciones a la Antártida pues las montañas de la locura encierran un mal ancestral que no debe ser perturbado.


La novela está escrita en primera persona por su protagonista, un hombre curioso pero poco aventurado para la acción, características del típico "alter ego" literario de Lovecraft quien, como en otras de sus novelas, lo coloca en una situación extrema, en la que sólo podemos conocer el horror que está enfrentando por medio de las emociones que experimenta, recurso muy común en su estilo narrativo en el que acostumbraba referirse a los lugares y criaturas de naturaleza sobrenatural simplemente como "inenarrables" o "indescriptibles" haciendo del lector un partícipe activo, al darle cierta libertad de imaginarlos en relación a sus propias fobias.

Una de las características primordiales de "En las montañas de la locura" es su carácter
científico y en extremo realista gracias al conocimiento técnico de Lovecraft y a la mención
de hechos reales, como la trágica expedición de Robert Scott en 1910. De hecho durante la
primera parte del libro se siente como estar leyendo una verdadera crónica científica por lo que al llegar a los sucesos más extraordinarios estos tienen mayor impacto en su credibilidad.

Los seres extraterrestres conocidos como "los antiguos" forman parte de los mitos de Cthulhu y aparecen en otras de sus novelas de horror, comunmente desde puntos de vista metafísicos y religiosos; sin embargo, esta obra es más cercana a la ciencia ficción, pues todo lo que parece ser sobrenatural es explicado de forma evolucionaria por medio de los jeroglíficos que se encuentran en las cuevas.

Lovecraft cuenta con un gran número de seguidores alrededor del mundo y su influencia ha alcanzado a otros famosos novelistas de horror contemporáneos como Clive Barker y Sthephen King; además, su estilo se puede apreciar en multitud de películas, videojuegos, cómics y otros medios. "En las montañas de la locura" puede ser un libro de ritmo lento y considerablemente cerebral, por lo que no será del agrado de todo lector, pero es sin duda una de las historias más reconocidas y apreciadas por sus fanáticos.

domingo, 14 de junio de 2015

Frankenstein


Mary Shelley (1797-1851) crea un relato conmovedor, una tragedia en donde la desesperación y el dolor esclavizan el alma de dos antagonistas enfrentados a un infortunio sin fin que los une inexorablemente para torturarse hasta el fin de sus días.

La soledad e incomprensión experimentada por un ser extraordinario ante la estrechez de la mente humana evaporan la bondad y la alegría de su espíritu para convertirlo en el juez y verdugo de su creador y único vínculo con el mundo, Víctor Frankenstein, quien a su vez aparece como el principal causante de la desdicha del hombre al que dio vida en el vientre de la ciencia y del que se horroriza tanto como de sí mismo y que en consecuencia sufre los designios marcados por su desmedida ambición y soberbia.

Sumergidos en paisajes a veces coloridos y otras ocasiones sombríos y fríos, los personajes transitan en una espiral de persecuciones colmada de penurias y desdichas encargadas de quebrantar la voluntad y la entereza de dos hombres, uno de ellos ávido de nuevos conocimientos y proezas y el otro anhelante de compañía y cariño. Ambos son arrastrados hacia las tinieblas de la desesperanza y el rencor que alimenta e hincha un odio profundo y amargo que los envenena hundiéndolos en un tortuoso sufrimiento.

Shelley nos presenta una confrontación entre el deforme ser, nacido en un laboratorio, que en su deseo por ser amado se envilece tras enfrentarse a la desilusión y el rechazo, y su deidad que lo abandona en los brazos de la crueldad humana provocándole una vida desdichada y solitaria. Una reflexión también acerca de las decisiones tomadas bajo el dominio de las pasiones y la insensatez desatadas por la frustración y el desconsuelo. Una historia rebosante de sentimientos profundos en los que la compasión envuelve a los dos protagonistas con la misma intensidad.

"Pero siento un vacío que nunca he podido llenar, y que en estos momentos me afecta más aun. No tengo un amigo… Cuando me embargue el entusiasmo del triunfo no habrá quien participe de mi gloria y si me descorazona el fracaso nadie se esforzará por sostenerme en mi abatimiento. […] Quiero la compañía de un hombre que simpatice conmigo, cuyos ojos contesten a los míos."

sábado, 13 de junio de 2015

EDITORIAL - Pluralidad de Pensamiento



El vehículo de la escritura posee un sinfín de recursos literarios capaces de transportarnos a distintas dimensiones colmadas de emociones, situaciones y personajes diversos; algunas veces nos permite asomarnos a mundos fantásticos habitados por seres increíbles, en otras ocasiones nos convierte en testigos de acontecimientos cercanos y reales; sin importar los parajes a
los que acudamos en su compañía, la sinfonía de las palabras consiguen conmovernos e interesarnos en su narración. No obstante, el alfabeto, aunque poderoso y certero, no es el único medio de expresión para transmitir una historia; el sonido, la imagen o los objetos también suman su voz al mundo de la narrativa y aportan una visión propia al acto de comunicar, por ello, en este segundo número de la Vorágine narrativa nos propusimos explorar todas estas vertientes y festejar la pluralidad de pensamiento.

Vorágine [Narrativa] No. 2, mayo-junio 2015, Revista Completa

Puedes leer el segundo numero de Vorágine [Narrativa] en el siguiente enlace: 

http://issuu.com/voraginenarrativa/docs/vor__gine__narrativa__no._2_mayo-ju

Vorágine [Narrativa] No. 2

Portada de Vorágine [Narrativa] No. 2, mayo-junio 2015
Arte: Karina Espinoza

lunes, 8 de junio de 2015

LA PESADILLA (parte 2)

Por José Steven

La pesadilla continúa atormentándome cada noche, haciéndome ver ese horrible rostro una y otra vez detrás de mí. Sin embargo, ahora me siento casi lúcido cuando la tengo y, aunque aún me aterroriza, creo que me estoy acostumbrando a ella.

Mi papá falleció hace ocho años, así que me es imposible preguntarle sobre Gregorio Moreno, por lo que he decidido buscar a Manuel y a Junior para platicar con ellos, por primera vez desde los acontecimientos de aquel día. Junior y su familia se mudaron de Providencia desde hace años, por lo que me enfoqué primero en contactar a Manuel, y para eso llamé por teléfono a mi mamá para decirle que planeo visitar Providencia y ver a algunos viejos amigos. Le pedí que me hiciera el favor de buscar a Manuel y así lo hizo. La recibieron sus papás y le informaron que desde la semana pasada Manuel había venido a la ciudad para hacer una diligencia relacionada con su trabajo. Afortunadamente, fueron muy amables en facilitarle su teléfono celular.

Tenía tantos años sin saber de Manuel, que fue un poco extraño llamarle de manera tan repentina, sin embargo, nos saludamos de forma muy amena y rápidamente estábamos charlando como los viejos amigos que somos. Le comenté que quería verlo para charlar un poco y recordar los viejos tiempos, aprovechando que se encuentra aquí en la cuidad, a lo que accedió con mucho gusto y propuso que nos viéramos el día de mañana en la Universidad Estatal.

Me alegró volver a hablar con Manuel y tengo la sensación de que va a ser un reencuentro igualmente agradable; sin embargo, tomando en consideración el tema tan sensible que pretendo discutir con él, creo que no todo serán sonrisas.

***

Hoy tuve noticias malas y buenas. La mala es que Manuel llamó por la mañana para decirme que no pudría asistir a la cita que concertamos, puesto que recibió una llamada de su trabajo diciéndole que lo necesitaban de vuelta en Providencia de inmediato; no entró en más detalles respecto a la razón por la que lo requerían, pero si me dijo que iba a estar ocupado por lo menos una semana. Sin embargo, la buena noticia es que Manuel me proporcionó un dato muy importante, el paradero de Junior. Yo ni siquiera le había preguntado aún por Junior, pero creo que de alguna manera intuyó que también quería hablar de él, después de todo, siempre fuimos los tres.

Una de las razones por las que perdí contacto con Junior fue porque en la medida en que crecimos él fue tomando una actitud cada vez más rebelde y agresiva, y sus actos dejaron de ser travesuras infantiles para convertirse en vandalismo y delincuencia. Abandonó la preparatoria a medio camino, y para ese entonces yo ya prefería evitarlo. Dejó de ser el muchacho simpático que era, y estar con él era una experiencia de alta tensión, como si en cualquier momento fuera a hacer una barbaridad. Ya no tenía respeto por nada y era cínico ante cualquier regaño o amenaza de sus padres, maestros u otras autoridades. Para cuando Junior abandonó la preparatoria yo ya no frecuentaba su compañía y únicamente lo saludaba cuando nos topábamos, pero prefería no entablar plática con él. En retrospectiva, es evidente que fue a partir del incidente de Gregorio Moreno cuando comenzamos a distanciarnos y cuando Junior comenzó a tener un cambio gradual, llegando casi a lo antisocial. Para cuando cumplió los dieciocho años ya tenía enemistad con varias personas, por lo que en ese entonces fue cuando Junior y su familia se marcharon de Providencia, y me pareció que la mayoría de las personas se sintieron un poco aliviadas cuando dejaron de verlo.

Manuel me informó que Junior se encuentra en el Reclusorio Central, ubicado a un par de horas de la cuidad. No puedo decir que me sorprendió mucho tal revelación, pero no pude evitar sentirme algo triste al saberlo. Es como si Junior estuviera destinado a tener una vida fallida, y yo soy parte de ella.

Este fin de semana le voy a hacer una visita, con la esperanza de que él me pueda dar todos los detalles sobre el incidente con Gregorio Moreno. Sin embargo, estoy un poco nervioso, pues no sé muy bien qué esperar de él. Tiene tantos años que no lo veo que parece que hubiera sido en otra vida. No tengo idea de qué clase de persona es hoy en día, incluso creo que me tranquiliza un poco el saber que está encarcelado. No me siento orgulloso de eso.

***

El día de ayer me entrevisté con Junior. Fue breve y resultó ser una experiencia agridulce que me dejó con muchas cosas en qué pensar.

Acudí al Reclusorio Central y, tras las revisiones correspondientes, me hicieron esperar aproximadamente media hora en una pequeña, sucia y deprimente sala de visitantes; eso, sumado a la vigilancia de dos malencarados guardias, me hizo sentir como si yo fuera uno preso más y en cualquier momento fueran a regresarme a mi celda. Finalmente apareció Junior y en ese momento para mí fue como ver a un fantasma; atravesó una puerta enrejada y tenía una expresión de curiosidad y extrañeza en el rostro, ya que aparentemente nadie lo había visitado antes; me levanté de mi asiento, le extendí la mano y en ese instante me reconoció; dio un paso hacia mí y pude apreciar cuán cambiado estaba; me dio la mano y se sentó en un pequeño banco, recargando su brazo en la mesa que estaba a un lado. Me miraba fijamente con una ligera e incrédula sonrisa. –Mi buen amigo, esta si es una sorpresa- fue lo primero que dijo.

Ingenuamente, yo tenía la intensión de grabar esa platica, pero como ya se imaginarán, lo primero que hacen en la entrada del reclusorio es inspeccionar a los visitantes y fue así como mi celular y mi cartera se tuvieron que quedar esperándome en el módulo de entrada; de cualquier forma, trataré de transcribir lo más exactamente posible la plática que sostuve con Junior:

-Hola Junior –contesté- ¿Cómo estás?
-Hombre, pues disfrutando ¿qué no se ve? –
me respondió.
-Disculpa, es que ha pasado tanto tiempo
que no sé muy bien ni que decirte -le dije,
algo apenado por mi absurdo saludo.
-No no mi amigo, es broma, me da gusto
verte –me dijo Junior- eres la primer persona
que me visita desde que estoy aquí
encerrado ¿tú crees?
-¿Y desde cuándo estás aquí? –le pregunté,
aunque yo ya sabía cuándo lo habían
encerrado, pues Manuel me lo dijo.
-Ya van a ser tres años –me dijo, aún
sonriendo– y lo que me falta… pero a ver, ya
cuéntame por qué viniste a verme así tan de
repente, no creo que te hayas dado la vuelta
hasta acá sólo para recordar viejos tiempos
¿o sí?
-De hecho así es –le respondí- quiero
preguntarte sobre algo en particular de los
viejos tiempos -hice una pausa, dudando
sobre si debía rodear un poco o ir directo al
grano, pero de inmediato me decidí por la
segunda opción– quiero hablar de Gregorio
Moreno.
-¡Ah! –exclamó con una expresión de
sorpresa que pareció fingida– pues entonces
no vamos a reírnos mucho en este
reencuentro –me dijo- ¿por qué quieres
hablar de eso?
-Bueno, es que nunca antes lo hicimos y
ahora hay una situación –Junior me miraba
frunciendo el seño en expresión de duda –es
un poco difícil de explicar pero bueno, la
cosa es que estoy teniendo pesadillas en las
que aparece él y no encuentro cómo
sacármelas.
-¿Ah caray, pesadillas con ese cabrón? –
preguntó, como burlándose- ¿y por eso
vienes a verme?
-¡No es tan simple! –Exclamé irritado– tengo
la pesadilla casi a diario y la chingadera no
me deja dormir tranquilo ¡y ya no aguanto!
¿Crees que si fuera tan simple hubiera
venido a verte aquí? –pregunté levantando
un poco la voz, aunque no más de lo
necesario. Fue la primera vez que hablaba de
la pesadilla con alguien.
-¡Bueno bueno, no sabía que estaba tan feo
tu asunto! –Me dijo en tono conciliador– a
ver ¿crees que si hablamos se va a ir la
pesadilla esa?
-No sé, tal vez -le dije, mirando la mesa– ¿Tu
sabes qué pasó con Gregorio Moreno? Es
que yo nunca supe exactamente…
-¿Cómo que no supiste? –me preguntó con
genuina sorpresa- pues si eres el que más
debiera saber ¿en serio no te acuerdas qué
pasó con él? –me volvió a preguntar y me
dejó pasmado. Contesté moviendo la cabeza
en sentido negativo.
-No pues está cabrón… –me dijo,
recuperando la sonrisa por un momento. A
continuación guardó silencio, como
meditando. De pronto su semblante se
tornó serio– No me gusta recordar eso.
Mira, yo he hecho muchas cosas y ya con el
tiempo hasta dejó de importarme tener las
manos sucias. Pero algo como lo que
Gregorio Moreno le hizo a Miguel… -su
expresión era ahora de repudio, y
mirándome a los ojos me dijo– cuando
estaba chavo, yo también tuve pesadillas… -
y pude notar que era sincero.
-¿Y qué hiciste? –le pregunté.
-¿Qué hice? pues un montón de cosas malas
je je, por eso estoy aquí –me respondió, y los
dos callamos.
-¿Dime qué pasó con Gregorio Moreno? –
rompí el silencio.
-Mmm… creo que mejor te voy a dejar que
eso lo investigues tú mismo, sólo te diré que
Gregorio Moreno recibió lo suyo –e
inmediatamente después de decir esto se
levantó de la silla y me extendió la mano– Ya
me tengo que ir, no me agradó mucho tu plática,
pero me dio gusto verte -y me di
cuenta de que no me diría más aunque le
insistiera.
-A mí también me dio gusto verte Junior, en
serio –le dije resignado, y cuando estreché
su mano me dio un apretón con ambas
manos. Después de eso dio media vuelta y
caminó unos pasos en dirección a la puerta
enrejada. Antes de atravesarla volteó una
vez más hacia mí y dijo -no te sorprendas
mucho si descubres que no soy el único que
debería estar encerrado-.

Ese fue mi reencuentro con Junior, el cual me dejó más preguntas que respuestas, pero en cierto modo, también me deja intrigado; parece ser que hay detalles esquivos en todo este asunto y planeo descubrirlos, así que he decidido que pediré permiso en la Universidad para ir mañana a Providencia desde temprano, y ver si puedo investigar más detalles y refrescar mi memoria, no sin antes pasar a ver a mi mamá; además de eso, voy a buscar a Manuel para tener esa charla que se postergó.

***

Hoy por la mañana llegué a Providencia. Me dirigí inmediatamente a casa de mi mamá y le llamé por teléfono a Manuel para invitarlo a comer con nosotros, a lo que accedió de buen grado. Llegó aproximadamente a las tres de la tarde y, después de un efusivo saludo, mi mamá nos preparó la
comida. Después de terminar de comer nos quedamos platicando un buen rato sobre los viejos tiempos y la actualidad en Providencia. Manuel sigue siendo un tipo sumamente agradable, y además es un exitoso abogado. Sería superfluo escribir todo lo que platicamos, puesto que sólo nos dedicamos a contar anécdotas y reír de nuestras aventuras juveniles y los embrollos en los que nos metíamos tan a menudo; pero ver a mi mamá y a mi viejo amigo Manuel me hizo sentir rejuvenecido y recordar épocas más simples y alegres, cuando únicamente nos dedicábamos a disfrutar cada momento y no nos preocupaban cosas como el trabajo, la renta, la política, etc. Ahora veo con una óptica más positiva esos momentos de juventud, contrariamente a la experiencia que me dejó hablar con Junior. Justamente por el alegre tono de nuestra plática fue que ésta se prolongó, y me resultaba sumamente incómodo traer a colación el tema de Gregorio Moreno. A eso de las ocho de la noche Manuel me dijo que estaba oscureciendo y se acercaba la hora de retirarse. Fue entonces cuando lo mencioné.

-Antes de que te vayas, quiero hablar
contigo de algo en especial. Vine a
Providencia para investigar lo que pasó con
Gregorio Moreno -le dije y, acto seguido, le
conté de la plática que sostuve con Junior,
mientras él me escuchaba con atención.
-Últimamente no puedo sacarme ese asunto
de la cabeza, y quisiera que me digas lo que
sabes al respecto. –le pedí.
-Claro que si –me respondió Manuel sin
titubear.

Lamentablemente él tampoco tenía idea de lo que habían hecho con Gregorio Moreno. Pero me dijo algo que yo no recordaba de aquel día. Me dijo que tampoco supo cómo hicimos Junior y yo para defendernos de Gregorio Moreno, pues cuando yo lo ataqué, él sintió pánico y salió corriendo a buscar ayuda. De los tres, mi casa era la más cercana y por eso fue a mi papá a quien localizó primero. Sin embargo, eso no era suficiente para mí, por lo que le expliqué que había decidido hacer otra visita.

-Quiero ir a casa de Miguel para hablar con
él, pero no me animo a ir a buscarlo yo solo.
-Si quieres yo te acompaño -me dijo- tiene
mucho que no nos veíamos, pero sabes que
eres de mis mejores amigos y siempre vas a
contar conmigo; además, a mí también me
gustaría saber cómo terminó ese asunto –
continuó- porque entre nosotros nunca lo
platicamos, y claro que aún es incomodo,
pero ya han pasado muchos años y debemos
terminar con eso. ¡Claro que te acompaño!
-¡Perfecto! la verdad es que yo también
quiero sacar eso de mi sistema. Entonces
cuento contigo.

Quedamos de vernos mañana al mediodía. Su apoyo me va a venir muy bien porque no sé qué tan dispuestos estarán Miguel y sus papás de tratar un asunto tan penoso. Pero debo intentarlo. Si hay suerte, mañana sabré lo que ocurrió con Gregorio Moreno.

***

Acabo de regresar a la cuidad, después de la pequeña investigación en Providencia que la pesadilla me obligó a realizar. No pude obtener toda la información que buscaba, pero si pude obtener un dato clave.

Manuel me acompañó a la casa de Miguel, sin embargo él ya no vivía ahí y quienes nos recibieron fueron su  padres, Don Miguel y Doña Ana. Fueron sumamente amables con nosotros y nos invitaron a tomar un café con ellos. Después de conversar brevemente, fue Manuel quien de manera muy hábil introdujo el tema de Gregorio Moreno; les dijo que nuestro repentino interés en el asunto se debía a que él estaba investigado, en colaboración con la policía ministerial, un caso muy similar sucedido hace varios años y tenía la sospechaba de que podría existir conexión entre ambos casos. Se nota que Manuel es excelente para improvisar, sin duda producto de su amplia experiencia como abogado. Los papás de Miguel se mostraron evidentemente consternados y de inmediato expresaron su disposición para ayudarnos de cualquier manera que les fuera posible. Nos contaron que el día del incidente, Don Miguel se encontraba preparándose para salir a un viaje de trabajo, ya que era conductor de tráiler, y había mandado a su hijo a comprar algunos insumos. Aunque había tardado ya demasiado en regresar, pensaron que quizá su retraso se debía a que se había ido con algún amigo del colegio y se habían quedado platicando. Fue hasta que mi papá llegó a su casa, acompañando de Miguel, cuando se enteraron de lo que había sucedido. Nos dijo Don Miguel que cuando lo supo se puso furioso e incontrolable y quería que le dijeran dónde estaba Gregorio Moreno para ir a matarlo; pero en ese momento mi papá le dijo algo que para mi ahora resulta ser toda una revelación. Gregorio Moreno ya estaba muerto.

Nos dijo que mi papá se negó a decirle quién o quiénes lo habían matado, y que se conformara con saber que Gregorio Moreno ya había pagado por su crimen. Fueron juntos a ver el cadáver y decidieron llevarlo a una barranca, donde cavaron una fosa clandestina para enterrarlo.

Asimismo, nos explicaron lo dura que fue esta experiencia para toda su familia y que fue esta la razón por la cual que se alejaron lo más posible de la vida pública. Nos dijeron que Miguel se había vuelto extremadamente reservado y hacia poco menos de tres años que se había marchado de la casa, sin decirles la dirección exacta donde vive actualmente y acudiendo a visitarlos sólo de vez en cuando.

Ahora sé que Gregorio Moreno está muerto, y parece ser que mi papá es el único que podría decirme quién lo asesinó. Pero mi papá falleció hace cinco años, a causa de un paro cardíaco. Ya no sé a dónde más acudir, pero Manuel sugirió que busquemos a Miguel. Me propuso que le diera unos días para intentar averiguar su paradero y me prometió que lo va a encontrar; Manuel ha demostrado ser un apoyo invaluable. Pero ahora sólo me queda esperar y seguir sufriendo con la pesadilla.

***

Anoche tuve la pesadilla, y como ya es costumbre, por la mañana llegué a la Universidad con pocas horas de sueño, lo cual fue evidenciado por la observación de uno de mis colegas, quien me dijo que me notaba sumamente demacrado y me invitó a desayunar en la cafetería de la Facultad. Durante la conversación que manteníamos traje a colación el tema de la pesadilla que estaba teniendo, siendo la causante de mis desvelos y mi desmejorada apariencia. Después de escucharme, mi colega me explicó que a su parecer se trataba de un problema psicológico, por lo que me recomendó que acudiera a visitar a un amigo suyo, el psicólogo Josué Martínez, quien es profesor en la Facultad de Psicología de la Universidad Estatal.

Nunca antes he ido con un psicólogo, supongo que es porque nunca me había sentido con la necesidad, y también creo que siempre he tenido el ligero prejuicio de que sólo los desequilibrados lo necesitan. De cualquier modo, en este momento me siento bastante desequilibrado, y además, para terminar con la pesadilla estoy dispuesto a escuchar cualquier alternativa. Por esa razón, después de que mi colega me facilitó el teléfono del psicólogo Martínez, le llamé y concertamos una cita para el próximo lunes por la tarde. Es muy conveniente que la Facultad de Psicología esté situada a un lado de la mía.

***

El panorama se ha aclarado gracias a los métodos del psicólogo Martínez.

El día de nuestra primera cita acudí de manera puntual, y después de presentarnos formalmente, me invitó a entrar en materia de inmediato para efecto de poder hacer una valoración inicial del problema. Tuvimos una larga plática en la cual le relaté la pesadilla y todo lo concerniente a la investigación que había realizado. Le expliqué todo a detalle, incluso en más de una ocasión me detuve para preguntarle si me estaba extendiendo mucho en mi relato; sin embargo, me dijo que no había ningún problema y se mostró sumamente interesado en el tema, pues escuchaba atento y tomaba notas constantemente. Al final de la sesión, el psicólogo Martínez me pidió que nos viéramos de nuevo el día jueves y que durante este lapso me encargara de escribir los sueños que tuviera inmediatamente después de despertar.

El jueves siguiente regresé para mi segunda cita, entregando las notas sobre mis sueños recientes; lo curioso es que sólo una de las tres noches tuve la pesadilla, y no recuerdo haber tenido algún otro sueño. La pesadilla se presentó con una sola variación, en esta ocasión sentí que mi perseguidor no era tan grande, de hecho, éramos casi de la misma estatura y, consecuentemente, no sentí tanto miedo. Después de analizar los datos, el psicólogo Martínez me dijo que a su criterio era claro que la pesadilla se debía a recuerdos reprimidos y al severo trauma emocional que significó el incidente de Gregorio Moreno, por lo que me propuso llevar a cabo un método poco ortodoxo, pero que podía ser perfecto para la situación, y el cual consistía en someterme a una hipnosis regresiva, con el objetivo de revivir ese momento para poder atar los cabos sueltos. Me explicó que este tratamiento se basa en la noción de que todo lo que pasa en nuestra vida se almacena en el cerebro sin excepción alguna, y para acceder a esa información sólo basta con saber dónde buscar. Al principio me sentí algo nervioso ante la perspectiva de abrir mi mente de esa manera, además de no tener muchos deseos de revivir ese momento; sin embargo, el psicólogo Martínez me había transmitido mucha confianza, asegurándome haber practicado la hipnosis de manera exitosa en más de una ocasión, por lo que acepté su propuesta.

No me es fácil describir la manera en que se llevó a cabo la hipnosis. Siempre he recelado de las personas que pretenden jugar con la mente humana, pero los resultados fueron sorprendentes. El psicólogo Martínez me hizo sentar en su reclinable y procedió a darme indicaciones precisas de tranquilidad y relajación. Me dirigió expertamente en una línea de pensamiento específico y, sin darme cuenta, unos momentos después yo ya no me encontraba en su consultorio, sino en un pasillo oscuro y angosto, acompañado de mis amigos Junior y Manuel. Ante nosotros había una puerta roja y brillante, la cual parecía latir acompasada con mi corazón. Estaba recordando aquel día y, al mismo tiempo, viviéndolo. Pero esta vez no tenía miedo, sino que deseaba abrir esa puerta y enfrentarme al pasado. Los hechos transcurrieron con nitidez y cuando todo hubo acabado, había descubierto o, mejor dicho, redescubierto la pieza faltante en el rompecabezas. Me encontraba de pie, ante un Gregorio Moreno que yacía en el suelo, inmóvil y en posición fetal, sobre un charco de sangre que se agrandaba de manera lenta pero implacable. Mi mano derecha sostenía un cuchillo, cuyo acero estaba teñido de rojo con la sangre de su antiguo dueño, quien había dejado de existir.

***

Esta tarde recibí una inesperada llamada de Miguel. Inmediatamente me explicó que Manuel lo localizó y le contó todo lo referente a la pesadilla que me ha venido atormentando durante meses, razón por la cual decidió ponerse en contacto conmigo de manera personal. Le agradecí la atención y procedí a contarle sobre la terapia de hipnosis que me habían practicado y la revelación que ésta arrojó. Miguel me confirmó los hechos, y me dijo que después del golpe que me dio Gregorio Moreno, esté sacó un cuchillo para atacarme, pero en ese momento Junior reaccionó y lo embistió, haciéndole trastabillar y soltar el arma. Unos segundos después yo me había levantado y, aunque aún me veía afectado por el golpe, tomé el cuchillo en mis manos, avancé hacia Gregorio Moreno y se lo clavé en el estomago, mientras éste aún forcejeaba con Junior.

Una vez que Miguel me hubo contado todo, me di cuenta de que ahora lo recordaba con claridad. Le agradecí nuevamente y no me atreví a preguntarle nada más al respecto, sin embargo, fue él mismo quien procedió a explicarme las incontables repercusiones que tuvo en su vida, y el impedimento que tuvo para poder llevar una vida normal, sobretodo en su adolescencia. Se volvió solitario y misántropo, y después de varios años, decidió alejarse de Providencia, pues no era capaz de superar el trauma emocional. Durante un par de años se mantuvo errante, trabajando como obrero y sin poder asentarse en ningún lugar. Hasta que conoció a una mujer de la cual se enamoró y con quien formó una familia. Su vida tuvo un vuelco radical y cuando se dio cuenta, el dolor se había ido. Finalmente, me contó que ahora su esposa y sus hijos son el enfoque de su vida, y con tono firme, sentenció:

-Con el tiempo te das cuenta de que el pasado ya no
existe, solamente el presente, y debes olvidar a los muertos
que dejas, porque ellos ya no pueden seguirte.

Me resulta difícil poder describir la sensación que me transmitió Miguel con sus palabras. La fortaleza que tuvo para poder superar una de las experiencias más terribles que puede vivir un ser humano, me hizo sentir humilde y darme cuenta de que tengo que seguir el mismo camino. Una última vez, le agradecí profundamente sus palabras y él me dijo que no había necesidad de agradecer, ya que era lo menos que podía hacer por mí. Nos despedimos, probablemente para siempre, y yo sabía que nunca más volvería a tener la pesadilla.

***

Yo asesiné a Gregorio Moreno y aunque sé que nadie tiene el derecho de tomar una vida, no puedo evitar sentir satisfacción, porque ese maldito merecía morir. Miguel me dejó claro que debo olvidar el pasado si quiero tener un futuro, tal y como él hizo. La sombra de Gregorio Moreno estuvo detrás de nosotros durante años y durante ese tiempo fue capaz de quitarnos algo muy importante, se llevó nuestra juventud. Sin embargo, no nos quitó la vida, y ahora estoy listo para seguir con ella. Ya solamente temo por mi viejo amigo Junior.

FIN