lunes, 31 de octubre de 2016
viernes, 21 de octubre de 2016
jueves, 20 de octubre de 2016
¡Silencio!
Ya no quiero escribir,
quiero dejar de temblar las cicatrices
que dan vida y cuerda,
que el polvo no me moleste
con su miércoles de ceniza
y se convierta en un tranvía
que se ahoga
en un trago de saliva,
que los telescopios se sientan torpes
mientras nos miran
los poros de la frente,
que se malinterpreten los himnos,
los hímenes, los salmos, los salmones,
los pasos en reversa,
los lugares comunes, las comunas,
los campos de concentración de flores.
Ya no quiero seguir escribiendo,
quiero que la prudencia
se convierta en vino y cachetadas,
que los perros interrumpan
mientras habla el subconsciente:
subcomandante de lástima
carcomida en deseo;
que los autobuses se pierdan
dando vueltas y excusas,
que un rayo me parta
las manos y la lengua
para poder dormir
en paz.
Por Víctor Valdovinos
miércoles, 19 de octubre de 2016
Ramo de Gardenias
Mi chaparrita, amorcito bebé, hoy te amo
más porque conté nuestra historia. Y es que en
el colegio, un par de alumnas me preguntaron si
estaba enamorado, y de mi boca salió el relato
completito de nuestro amor: que fuiste mi
alumna, que con desfachatez me confesaste
que yo te gustaba, y que con cinismo te invité a
salir; que tenías 16, y que yo tenía la edad
perfecta para trastornarme con tus 16... que
desde el primer beso adopté tu espíritu como mi
aliento. Sí, mi pequeña, hoy te amo más porque
conté nuestra historia. Hasta mañana...
El anciano se inclinó, recostó un ramo de
gardenias sobre la tumba, y con el atardecer como
testigo, echó a andar hacia la salida del
cementerio.
Fernando Álvarez Téllez
Síguelo en su blog ¡Mamá, no leas mis chingaderas!
http://feralvareztellez.blogspot.mx/
martes, 18 de octubre de 2016
Déborah
Mi esposa me había abandonado. Un día de tantos,
volví a casa por la noche y ya no estaba. Obvio, dejó
carta: “Te convertiste en aquello que decías odiar, pero
debo reconocer que eso se tolera. La realidad es que
yo… yo necesito ser Déborah, ¡sí, necesito ser
Déborha! La que conociste y enamoraste… Así que, no
hay misterios, regreso a La Burbuja. Si me buscas, no
te atrevas a llamarme por el maldito nombre con el que
nací, llámame Déborah, y quizá hablemos." Esa misma
noche fui a La Burbuja; entré justo cuando ella se
bajaba la tanga y un borracho gritaba "¡yo sí te lo
chupooooo!" La verdad, me excité. Tomé la mesa
rinconera que había sido mi trinchera tanto tiempo en
aquel teibol. Le pedí a un mesero que me trajera a
Déborah. Como antes de casarnos, acabamos teniendo
sexo en el cubículo de bailes privados. Desde
entonces, diario voy a verla a La Burbuja, la invito a mi
mesa, la cachondeo, la bailo a lo bestia las cumbias
más guarras, y la dejo enamorada, con la promesa de
no faltar la siguiente noche.
Fernando Álvarez Téllez
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domingo, 16 de octubre de 2016
jueves, 13 de octubre de 2016
Historia de una amistad
Mi carrera de camionero empezó cuando llegué a la línea de autobuses México-Texcoco, allá por el año de 1977, cuando tenía 16 años. Empecé lavando autobuses diariamente desde las 4 de la mañana hasta las 2 de la tarde y así me daba tiempo de asistir a la preparatoria de 4 a 9; pero la dejé después de sólo un semestre, pues los autobuses me gustaban mucho y además tenía la influencia de varios tíos que eran operadores, por cierto, muy buenos.
Cierta ocasión, un socio de la empresa que manejaba su propio camión se quedó sin cobrador y me pidió que lo ayudara mientras conseguía a otro; como era un hombre de un carácter muy fuerte y muy estricto nadie quería trabajar con él. Su nombre era Alfonso Coutiño y la primera semana que trabajamos juntos no había una buena relación, pues me trataba muy fríamente y a veces grosero, por lo que yo ya pensaba regresar a lavar autobuses y además aún mantenía la intención de seguir estudiando la preparatoria; pero debido a que mi situación familiar no era muy buena y en ese momento no tenía dónde vivir, decidí que lo mejor era seguir con Don Alfonso. Sin embargo, al mes de trabajo la relación ya era insostenible para mí y recuerdo que fue un sábado cuando hablé con él y le di las gracias por la oportunidad. Como yo cobraba cada 10 días y me faltaban 2 para cobrar completo, Don Alfonso me pidió que terminara esos 2 días en lo que encontraba otro cobrador.
Al día siguiente sacamos un viaje a un poblado del estado de Tlaxcala que se llama Españita, el cual inició a las 8:45 de la mañana y era un turno muy bueno económicamente para nosotros. Al pasar por la terminal de la Ciudad de Texcoco, Don Alfonso se percató de un fuerte olor a aceite quemado, así que fuimos a revisar el motor y vimos que una manguera de diesel goteaba directamente en el silenciador; él me volteo a ver y me dijo: –Vámonos, cuando regresemos lo arreglamos.
Avanzamos cerca de 20 km rumbo a la montaña y llegando al poblado de Apipilhuasco un pasajero pidió la parada. Don Alfonso se orilló para hacer el descenso y alguien gritó: -¡se viene quemando el autobús!-. Don Alfonso miró por los espejos retrovisores y me dijo -Ve a ver qué pasa- Cuando llegué a la parte trasera las llamas ya salían del motor, por lo que corrí de regreso y le dije - ¡Se está quemando la máquina patrón!-.
Don Alfonso agarró un pequeño extintor que traíamos e intentó apagar el fuego, pero al accionarlo no quitó el seguro y lo rompió. Por azares del destino, estábamos parados frente a un viaje de arena para construcción y a un lado de una miscelánea. Yo me dirigí hacia los pasajeros para bajarlos del autobús lo más rápido posible, temiendo lo peor.
Unas señoras que iban pasando con sus cubetas de mandado las vaciaron en el suelo y nos las prestaron para aventarle arena al motor encendido y un señor oriundo del pueblo entró a la miscelánea y sacó una caja de coca colas que empezó a lanzar hacia el motor; estas explotaban por el gas que contienen y con eso disminuyó un poco la intensidad del fuego.
En la parte del fondo del autobús había un registro en el piso que daba directamente al motor y Don Alfonso se metió 2 o 3 veces para aventarle arena por ahí; yo de repente lo perdí de vista y como no salía me preocupé y le grité varias veces, pero como no respondía entré a buscarlo. La densidad del humo ya era muy fuerte y me costaba mucho trabajo respirar; la sensación de aspirar el humo es horrible. Llegué hasta donde estaba Don Alfonso medio desmayado y como pude lo ayude a salir. Era un hombre de 1.80 metros de estatura y pesaba casi 100 kilos, por lo que el esfuerzo fue titánico pero, gracias a Dios, al fin salimos. Ya afuera, él se recargó en una barda y sólo atinaba a decir -Ya se quemó mi camión…-. Yo le dije que no íbamos a dejar que se quemara y agarré una cubeta y seguí echándole arena. Las personas que observaban vieron mi decisión y comenzaron a ayudarme, hasta que logramos apagarlo casi por completo. Entonces llegó un compañero operador y con su extintor terminó de apagarlo bien.
Don Alfonso estaba medio intoxicado y desmayado y yo me acerqué a él y le dije: -Ya pasó todo, ya todo está bien-. Él levantó la vista y me dijo: -Gracias hijo-. Ese fue el mejor pago que pude haber recibido.
Con el tiempo Don Alfonso reparó su autobús y yo seguí trabajando con él. Me enseñó a manejar y a trabajar, hizo de mi lo que soy. Nuestra amistad duró hasta su muerte en el año 2012. Fue mi padrino, mi compadre, mi amigo. Dios te bendiga donde quiera que estés, espero verte pronto.
Cierta ocasión, un socio de la empresa que manejaba su propio camión se quedó sin cobrador y me pidió que lo ayudara mientras conseguía a otro; como era un hombre de un carácter muy fuerte y muy estricto nadie quería trabajar con él. Su nombre era Alfonso Coutiño y la primera semana que trabajamos juntos no había una buena relación, pues me trataba muy fríamente y a veces grosero, por lo que yo ya pensaba regresar a lavar autobuses y además aún mantenía la intención de seguir estudiando la preparatoria; pero debido a que mi situación familiar no era muy buena y en ese momento no tenía dónde vivir, decidí que lo mejor era seguir con Don Alfonso. Sin embargo, al mes de trabajo la relación ya era insostenible para mí y recuerdo que fue un sábado cuando hablé con él y le di las gracias por la oportunidad. Como yo cobraba cada 10 días y me faltaban 2 para cobrar completo, Don Alfonso me pidió que terminara esos 2 días en lo que encontraba otro cobrador.
Al día siguiente sacamos un viaje a un poblado del estado de Tlaxcala que se llama Españita, el cual inició a las 8:45 de la mañana y era un turno muy bueno económicamente para nosotros. Al pasar por la terminal de la Ciudad de Texcoco, Don Alfonso se percató de un fuerte olor a aceite quemado, así que fuimos a revisar el motor y vimos que una manguera de diesel goteaba directamente en el silenciador; él me volteo a ver y me dijo: –Vámonos, cuando regresemos lo arreglamos.
Avanzamos cerca de 20 km rumbo a la montaña y llegando al poblado de Apipilhuasco un pasajero pidió la parada. Don Alfonso se orilló para hacer el descenso y alguien gritó: -¡se viene quemando el autobús!-. Don Alfonso miró por los espejos retrovisores y me dijo -Ve a ver qué pasa- Cuando llegué a la parte trasera las llamas ya salían del motor, por lo que corrí de regreso y le dije - ¡Se está quemando la máquina patrón!-.
Don Alfonso agarró un pequeño extintor que traíamos e intentó apagar el fuego, pero al accionarlo no quitó el seguro y lo rompió. Por azares del destino, estábamos parados frente a un viaje de arena para construcción y a un lado de una miscelánea. Yo me dirigí hacia los pasajeros para bajarlos del autobús lo más rápido posible, temiendo lo peor.
Unas señoras que iban pasando con sus cubetas de mandado las vaciaron en el suelo y nos las prestaron para aventarle arena al motor encendido y un señor oriundo del pueblo entró a la miscelánea y sacó una caja de coca colas que empezó a lanzar hacia el motor; estas explotaban por el gas que contienen y con eso disminuyó un poco la intensidad del fuego.
En la parte del fondo del autobús había un registro en el piso que daba directamente al motor y Don Alfonso se metió 2 o 3 veces para aventarle arena por ahí; yo de repente lo perdí de vista y como no salía me preocupé y le grité varias veces, pero como no respondía entré a buscarlo. La densidad del humo ya era muy fuerte y me costaba mucho trabajo respirar; la sensación de aspirar el humo es horrible. Llegué hasta donde estaba Don Alfonso medio desmayado y como pude lo ayude a salir. Era un hombre de 1.80 metros de estatura y pesaba casi 100 kilos, por lo que el esfuerzo fue titánico pero, gracias a Dios, al fin salimos. Ya afuera, él se recargó en una barda y sólo atinaba a decir -Ya se quemó mi camión…-. Yo le dije que no íbamos a dejar que se quemara y agarré una cubeta y seguí echándole arena. Las personas que observaban vieron mi decisión y comenzaron a ayudarme, hasta que logramos apagarlo casi por completo. Entonces llegó un compañero operador y con su extintor terminó de apagarlo bien.
Don Alfonso estaba medio intoxicado y desmayado y yo me acerqué a él y le dije: -Ya pasó todo, ya todo está bien-. Él levantó la vista y me dijo: -Gracias hijo-. Ese fue el mejor pago que pude haber recibido.
Con el tiempo Don Alfonso reparó su autobús y yo seguí trabajando con él. Me enseñó a manejar y a trabajar, hizo de mi lo que soy. Nuestra amistad duró hasta su muerte en el año 2012. Fue mi padrino, mi compadre, mi amigo. Dios te bendiga donde quiera que estés, espero verte pronto.
Mientras más tiempo pase no estoy más lejos de ti, sino más cerca.
JALEZA
miércoles, 12 de octubre de 2016
El Último Rodeo de Manning
Aún está por verse si esta temporada 2015 fue la última del legendario quarterback Peyton Manning (ahora está confirmado), pero de ser así, cerraría con broche de oro una carrera brillante, pues esta temporada fue para él simplemente apoteósica.
Desde hace tres temporadas, Manning nos había demostrado a muchos escépticos que aún tenía lo necesario para jugar en la NFL. En aquel entonces muchos vaticinábamos un destino aciago para Manning después de que los Colts prefirieron al joven Andrew Luck en su lugar, a pesar de que el veterano quarteback los había llevado a ganar el Super Bowl en el 2006. De esa manera Manning llegaba a unos Broncos que recién salían de la Tebowmanía y no parecían tener un equipo lo suficientemente sólido para respaldar a un quarterback tan veterano y que salía de una grave lesión en el cuello que lo sacó de las canchas por más de un año. Sin embargo, Manning demostró gallardía e hizo de los Broncos un equipo ganador y poderoso en ofensiva, llevándolos a disputar el Súper Tazón 2013 contra los Seahawks. Sin embargo, serían vapuleados por estos y poco pudo hacer Manning para evitarlo.
La temporada 2015 inició para los Broncos como las anteriores, con siente victorias al hilo, pero aún con muchos cuestionamientos a Manning. Cuando llegó el partido contra los Chiefs en la semana 11, fue un día agridulce para Manning, que hasta entonces había tenido una temporada muy irregular; completando un pase corto obtuvo el récord de todos los tiempos en yardas por aire, pero antes del medio tiempo ya había sufrido cuatro intercepciones y su equipo estaba siendo apaleado. La segunda mitad del partido Manning la vería desde la banca y el joven Brook Osweiler sería el nuevo quarterback titular del equipo. Al día siguiente se anunciaba que Manning había sufrido una nueva lesión y prácticamente el consenso general era que lo habíamos visto por última vez en un partido de la NFL.
La campaña de los Broncos continuó y a tan sólo dos semanas de concluir la temporada regular el equipo podía terminar en primer lugar de la conferencia o quedarse completamente fuera de los playoffs. Se jugaba un partido crucial contra un pésimo equipo como eran los Chargers, sin embargo, estaban perdiendo el juego y en la situación apremiante Osweiler se veía impotente para guiar a Broncos a la victoria. Entonces sucedió lo que para muchos era ya impensable: Peyton Manning entraba a la cancha trayendo consigo un empuje que revitalizó al equipo. Ganaron el partido y entraban a los playoffs como el equipo numero uno de la conferencia. Aun así, no eran el equipo favorito, pues nadie creía que Manning tuviera el suficiente gas en el brazo para superar a equipos tan poderosos.
En el juego Divisional Broncos recibió a Steelers, comandados por Ben Roethlisberger, ganador de dos Super Bowls. Los Broncos jugaron un fútbol inteligente y en el cuarto periodo lograron dominar a su rival, considerado por muchos el caballo negro de la liga.
En la Final de Conferencia recibieron a los vigentes campeones de la NFL, los Patriots comandados por Tom Brady, ganador de cuatro Super Bowls y eterno rival de Manning, quien siempre había tenido la mano ganadora en esa rivalidad. A pesar de jugar en casa, los Broncos no eran favoritos, pero tras un partido reñido, ganaron con un gol de campo.
Manning regresaba al Super Bowl y se enfrentaría a un equipo que parecía ser su antítesis. Los Panthers habían perdido un solo partido en la temporada regular y durante los playoffs se habían encargado de aplastar a todos sus rivales. El joven quarteback Cam Newton había sido nombrado Jugador Más Valioso y su talento abrumador y personalidad petulante lo hacían el centro de atención del Super Bowl. Eran amplios favoritos para vencer a Broncos.
Pero no fue así. Payton Manning jugó un partido conservador, manejando a su equipo con inteligencia y evitando cometer errores. Sus compañeros jugaron con hambre de triunfo y dominaron a los Panthers. Manning renacía de sus propias cenizas y los Broncos ganaba el Super Bowl, demostrando una vez más que en el deporte nada está escrito y que las historias de triunfo inesperado no son exclusivas de Hollywood.
lunes, 10 de octubre de 2016
Cocteau Twins
El origen de sonidos ancestrales.
Por Víctor Luna
Una de las mejores bandas de la historia y no son The Beatles ni Rolling Stones.
A veces es interesante detenernos un momento y mirar atrás, darnos cuenta de que todo tiene un origen, un protagonista capaz de cargar con esa responsabilidad y llevarla a lugares inimaginables. Sin duda, un privilegio que muy pocos pueden presumir.
Cocteau Twins es una banda escocesa que toma su nombre de una canción de los también escoceses Simple Mind y cuya historia musical se remonta a 1979. Formada inicialmente por Elizabeth Fraser (voz), Robin Guthrie (guitarra y bajo) y Will Heggie (bajo). Simon Raymonde (bajo, guitarra y piano) sería el último en integrarse a la banda tras la salida de Will Heggie en 1983.
Su historia suma nueve discos de estudio desde su formación y hasta su retiro parcial en 1997. Sus principales referencias musicales involucran a Sex Pistols, Kate Bush y a Siouxsie and the Banshees.
¿A qué suenan?
Es una mezcla de texturas rítmicas potenciadas por la guitarra de Robin Guthrie y la voz de Elizabeth Fraser. Son considerados pieza fundamental dentro del auge del shoegazing y nada menos que creadores del dream pop.
Se puede hablar de dos etapas en la carrera de Cocteau Twins, la primera inicia con Garlands (1982), un disco de ambientes oscuros y un bajo muy definido acompañado de riffs distorsionados que en conjunto envuelven de manera perfecta la voz enigmática de Fraser. Un viaje con sonidos vocales de la época barroca. Y sigue con Head Over Heels (1983), un álbum en el que dejan de lado sus tintes punk y mantienen un eco de atmósferas oscuras.
La segunda etapa empieza con Treasure (1984), un material que no sólo definiría el sonido del grupo sino que además sentaría las bases para el nacimiento de un nuevo género: el dream pop, definido como un estilo suave, atmosférico y ensoñador. Y a pesar de no ser una banda propiamente de shoegazing, resulta imposible concebir este género sin la existencia de Cocteau Twins.
Elizabeth Fraser, la voz de Dios
Muchas veces el sonido de una banda se destaca por su guitarra, bajo o batería, en el caso de Cocteau Twins es incuestionable el peso específico que tiene Robin Guthrie, experimentando con la guitarra y los pedales, con el reverb y con el delay. Pero nada hubiera sido igual sin la voz angelical de Elizabeth Fraser, nunca mejor definida como la voz de Dios.
Fraser es capaz de crear emociones con una tonalidad vocal única, bastante cercana a la intensidad operística. Esa es una parte muy especial en Cocteau Twins. Imaginar una cantante con semejantes cualidades envuelta en guitarras ensoñadoras suena bastante interesante.
Lo imperdible
Tres discos: Garlands (1982), Treasure (1984) y Heaven or Las Vegas (1990). Este último considerado por numerosas publicaciones como el mejor disco de aquel año. Materiales que son imperdibles para empezar a entenderse con la banda y para conocer una parte esencial de la historia de la música.
Particularmente por canciones como:
Blood
Bitch (Garlands)
Wax and Wane (Garlands)
But I'm Not (Garlands)
Garlands (Garlands)
Ivo (Treasure)
Persephone (Treasure)
Pandora (Treasure)
Amelia (Treasure)
Cherry-coloured Funk (Heaven or Las Vegas)
Pitch The Baby (Heaven or Las Vegas)
Iceblink Luck (Heaven or Las Vegas)
Heaven Or Las Vegas (Heaven or Las Vegas)
Road, River and Rail (Heaven or Las Vegas)
Artistas relacionados
Se puede hablar de muchos artistas que dan la cara por el género surgido en 1984, pero, a consideración personal, estas son cinco bandas que merecen un tiempo de escucha:
domingo, 9 de octubre de 2016
Breaking Bad
Debes ver Breaking Bad.
Todas las series tienen su propio público, algunas como Game of Thrones harán felices a los fanáticos de la fantasía medieval, mientras que otras como Desperate Housewives son las delicias de los amantes de la comedia, pero rara vez encontrarás una serie tan completa que apele a todo el público.
Discutiblemente, Breaking Bad es la mejor serie de televisión de todos los tiempos, hablando de manera objetiva, pues todos tenemos nuestra favorita. Durante seis temporadas Breaking Bad dio cátedra de excelente producción, casting perfecto y una historia significativa donde el compromiso con la integridad artística de la obra fue la prioridad.
Ésta es el tipo de serie que no debes espoilear, por lo que únicamente mencionaremos la premisa básica, en la que un maestro de química de preparatoria, frustrado por problemas financieros e insatisfecho con su carrera profesional, el día de su cumpleaños número 50 recibe la nada agradable sorpresa de que padece un mortal cáncer de pulmón. En ese momento algo se quiebra en el interior de Walter White, quien decide utilizar sus conocimientos químicos para producir metanfetaminas y traficar con el objetivo de obtener una fortuna para su familia y él mismo.
Breaking Bad siempre juega con las expectativas del espectador, ya que nada es lo que aparenta y los hechos nunca siguen la lógica obvia a la que nos ha acostumbrado la televisión. El mundo de Breaking Bad no es blanco y negro, sino que está lleno de sutiles matices que te harán reflexionar profundamente sobre la naturaleza humana.
No volverás a ser el mismo después de ver Breaking Bad y definitivamente nunca olvidarás el nombre Walter White.
Todas las series tienen su propio público, algunas como Game of Thrones harán felices a los fanáticos de la fantasía medieval, mientras que otras como Desperate Housewives son las delicias de los amantes de la comedia, pero rara vez encontrarás una serie tan completa que apele a todo el público.
Discutiblemente, Breaking Bad es la mejor serie de televisión de todos los tiempos, hablando de manera objetiva, pues todos tenemos nuestra favorita. Durante seis temporadas Breaking Bad dio cátedra de excelente producción, casting perfecto y una historia significativa donde el compromiso con la integridad artística de la obra fue la prioridad.
Ésta es el tipo de serie que no debes espoilear, por lo que únicamente mencionaremos la premisa básica, en la que un maestro de química de preparatoria, frustrado por problemas financieros e insatisfecho con su carrera profesional, el día de su cumpleaños número 50 recibe la nada agradable sorpresa de que padece un mortal cáncer de pulmón. En ese momento algo se quiebra en el interior de Walter White, quien decide utilizar sus conocimientos químicos para producir metanfetaminas y traficar con el objetivo de obtener una fortuna para su familia y él mismo.
Breaking Bad siempre juega con las expectativas del espectador, ya que nada es lo que aparenta y los hechos nunca siguen la lógica obvia a la que nos ha acostumbrado la televisión. El mundo de Breaking Bad no es blanco y negro, sino que está lleno de sutiles matices que te harán reflexionar profundamente sobre la naturaleza humana.
No volverás a ser el mismo después de ver Breaking Bad y definitivamente nunca olvidarás el nombre Walter White.
jueves, 6 de octubre de 2016
Los Tres Amigos del Cine Mexicano
común que muchos mexicanos triunfen y gocen de reconocimiento en el extranjero, mientras que en su propio país no se les conoce, o peor aún, se les critique.
Alfonso Cuarón, Guillermo Del Toro y Alejandro González Iñarritu son conocidos como “Los Tres Amigos”, pues son tres directores mexicanos de la misma generación que con sus películas han cambiado el rostro del cine de Hollywood. Estos emprendedores han mantenido un contacto cercano entre ellos que nació por la nacionalidad que comparten y su vocación por el cine. Con orgullo hablan constantemente de su hermandad y colaboran creativamente en sus proyectos brindándose apoyo creativo. Ese espíritu de colaboración, junto con su innegable talento, ha sido el aspecto clave en el éxito de estos artistas mexicanos.
Aunque los tres habían ya alcanzado un buen nivel de reconocimiento internacional para ese entonces, en el año 2006 el mundo vislumbró un punto álgido en la revolución de Los Tres Amigos con las películas Babel, El Laberinto del Fauno y Los Hijos del Hombre, de Iñarritu, Del Toro y Cuarón respectivamente. Desde entonces, parecen estar en una magnifica competencia entre ellos mismos, donde no se cansan de superarse con grades filmes como Pacific Rim (Del Toro), Gravity (Cuarón) y Birdman (González Iñarritu).
También han sabido mantener su identidad nacional y estar en contacto con el cine mexicano, apoyando a otras producciones mexicanas y directores como Carlos Reygadas y Fernando Eimbcke. La pregunta es: ¿por qué estos tres reconocidos directores mexicanos no están haciendo cine en México? La respuesta reside en entender que la industria del cine mexicano les queda chica. Si bien nuestro cine está viviendo un proceso de transición, la oportunidad de mercado y los presupuestos son insuficientes para proyectos de la envergadura que estos artistas ambicionan, por lo que el paso al cine estadounidense y europeo era natural.
Hay que aprender de ellos, el talento existe en México y aunque en su propia tierra no sean tan reconocidos no cabe duda que cuando un mexicano sale a competir al extranjero, el nombre de su país está muy bien representado.
jueves, 29 de septiembre de 2016
Retcon
(Continuidad Retroactiva)
La Continuidad Retroactiva o Retcon, es un elemento popular utilizado principalmente en las obras de ficción que tienen la característica de ser seriales y su uso se popularizó con los cómics de superhéroes en los años ochenta.
Retcon se refiere a introducir elementos nuevos en una serie ya establecida, en un modo que modifica o complementa la historia ya establecida, pero manteniendo una lógica o coherencia interna. De ahí que una buena conexión retroactiva debe ser completamente intencional y no una simple inconsistencia, producto de un descuido del autor.
En el mundo de la ciencia ficción la conexión retroactiva se puede utilizar para introducir tecnología más moderna que no existía al momento de crear la primera parte de la historia y en las series de televisión para introducir tramas novedosas que revivan el interés del espectador.
Hay diversos tipos de Retcon, algunos pueden ser para adicionar contenido y enriquecer la mitología con nueva información que arroja luz a los sucesos del pasado; también se utiliza para corregir errores, como la aparente muerte de un personaje, y otros más pueden ser para borrar por completo ciertos sucesos que conflictúan la continuación de la historia. En cualquiera de esas instancias se introduce una Continuidad Retroactiva.
Star Wars
En la película original de 1977 Obi-Wan Kenobi le cuenta a Luke Skywalker que su padre fue asesinado por Darth Vader. En ese momento, George Lucas aún no había determinado que ambos personajes, Darth Vader y el padre de Luke Skywalker eran la misma persona, lo cual se dio a conocer en El Imperio Contraataca, por lo que retroactivamente se establece que las palabras de Kenobi son dichas en sentido figurado.
Sherlock Holmes
Arthur Conan Doyle, cansado de la excesiva popularidad de su personaje Sherlock Holmes decide matarlo en la novela de 1893 The Final Problem, para así poder dedicarse a otros proyectos literarios; sin embargo, la respuesta del público fue muy negativa y ante la abrumadora cantidad de peticiones, el autor decide regresar a Sherlock a la vida en la novela de 1901, The Adventure of the Empty House, estableciendo retroactivamente que Holmes no había muerto, sino que simplemente había fingido su muerte para despistar a sus enemigos.
Infinite Crisis
En el mundo de los cómics intervienen tantos autores que las historias se acumulan durante años y la continuidad se vuelve un problema por la infinidad de sucesos, muchas veces contradictorios. Por eso existen los “Mega Eventos”, historias que usualmente tienen como consecuencia la reorganización completa de su universo, como Crisis Infinita, donde Superboy golpea la realidad misma de tal manera que ésta se resquebraja y todos los universos convergen en uno solo completamente nuevo, borrando los hechos que no resultaban convenientes.
lunes, 26 de septiembre de 2016
Metal Gear Solid
El original Metal Gear nació como un juego de sigilo debido a las limitaciones del sistema MSX para mostrar múltiples enemigos a la vez, teniendo un éxito moderado en cuanto a ventas y crítica. Sin embargo, sería en el año de 1998 cuando su sucesor, Metal Gear Solid, cambiaría para siempre el paradigma de la industria de los videojuegos.
La historia parece simple: Un grupo terrorista secuestra a dos importantes políticos y amenaza con lanzar un ataque nuclear a menos que se cumplan sus demandas, por lo que el gobierno norteamericano despacha al antiguo héroe Solid Snake para detener la amenaza. Esta premisa se desarrolla de manera magnífica, presentando personajes memorables, vueltas de tuerca sorprendentes y una subtrama político filosófica que hace cuestionar aquello que se considera como el bien y el mal en el mundo.
Metal Gear Solid demostró de manera contundente que los videojuegos no son solamente una plataforma pueril para matar el tiempo, sino el lienzo más moderno para narrar una historia, que ofrece herramientas únicas para envolver al espectador e incluso, en el futuro, convertirlo en un personaje más.
La historia parece simple: Un grupo terrorista secuestra a dos importantes políticos y amenaza con lanzar un ataque nuclear a menos que se cumplan sus demandas, por lo que el gobierno norteamericano despacha al antiguo héroe Solid Snake para detener la amenaza. Esta premisa se desarrolla de manera magnífica, presentando personajes memorables, vueltas de tuerca sorprendentes y una subtrama político filosófica que hace cuestionar aquello que se considera como el bien y el mal en el mundo.
Metal Gear Solid demostró de manera contundente que los videojuegos no son solamente una plataforma pueril para matar el tiempo, sino el lienzo más moderno para narrar una historia, que ofrece herramientas únicas para envolver al espectador e incluso, en el futuro, convertirlo en un personaje más.
jueves, 22 de septiembre de 2016
Spectre
Sam Mendes (2015)
La franquicia del 007 fue revigorizada en el año 2006 con Casino Royal, en lo que fue un reboot que dejaba en el pasado el estilo campy del Pierce Brosnan para mostrarnos una imagen más realista y cruda, esta vez encarnada por Daniel Craig, quien, a pesar de haber sido recibido con algo de controversia, supo demostrar que fue una buena elección para el papel.
A Casino Royal le siguieron Quantum y Skyfall, siendo esta última muy aclamada por la crítica y un éxito en taquilla, por lo que Spectre tenía la nada fácil tarea de superar a su antecesora. Sin embargo, contaba con los elementos necesarios para lograrlo, con el regreso de Sam Mendes en la silla del director, un presupuesto millonario y finalmente la introducción del gran némesis de James Bond, Ernst Stavro Blofeld, interpretado nada más y nada menos que por el ganador de dos premios Oscar, Christoph Waltz. La mesa estaba servida pero ¿Spectre cumplió con las expectativas?
Lamentablemente, la respuesta es un rotundo no.
Las razones son múltiples. Por un lado, Daniel Craig pareciera cansado del papel, en una interpretación desangelada a la que no le ayuda para nada el guion que muestra a un James Bond más antipático que nunca y a menudo francamente ofensivo. Los clásicos personajes de apoyo regresan, pero ninguno de ellos tiene algún desarrollo significativo, quizás a excepción de M. La trama es un enredo de situaciones y viajes que parecen servir únicamente para exponer la cantidad ilimitada de viáticos con que cuenta Bond, a pesar de que su agencia ha sido puesta fuera de operaciones, en un argumento de lo más trillado que incluso la serie de Misión Imposible hizo de mejor manera. Pero el pecado más mortífero de esta entrega es que el villano Blofeld es el clásico mucho ruido y pocas nueces, anunciado con bombo y platillo como el verdadero genio detrás de todo lo sucedido en las películas anteriores y quien supuestamente siempre estaba dos pasos adelante de todos. Supuestamente, porque al final del día sus planes malévolamente genéricos se ven frustrados por sus propias excentricidades y ante un James Bond sin una pizca de ingenio que durante la toda película actúa como un bruto propenso a la violencia y no como un agente secreto al servicio de Su Majestad.
Los efectos especiales son muy buenos y por lo menos el festín visual es digno de apreciarse; en ese sentido, lo que más vale la pena son los primeros diez minutos de acción en la Ciudad de México. No tienes de que preocuparte si decides ver solo esa parte y dejar lo demás.
La franquicia del 007 fue revigorizada en el año 2006 con Casino Royal, en lo que fue un reboot que dejaba en el pasado el estilo campy del Pierce Brosnan para mostrarnos una imagen más realista y cruda, esta vez encarnada por Daniel Craig, quien, a pesar de haber sido recibido con algo de controversia, supo demostrar que fue una buena elección para el papel.
A Casino Royal le siguieron Quantum y Skyfall, siendo esta última muy aclamada por la crítica y un éxito en taquilla, por lo que Spectre tenía la nada fácil tarea de superar a su antecesora. Sin embargo, contaba con los elementos necesarios para lograrlo, con el regreso de Sam Mendes en la silla del director, un presupuesto millonario y finalmente la introducción del gran némesis de James Bond, Ernst Stavro Blofeld, interpretado nada más y nada menos que por el ganador de dos premios Oscar, Christoph Waltz. La mesa estaba servida pero ¿Spectre cumplió con las expectativas?
Lamentablemente, la respuesta es un rotundo no.
Las razones son múltiples. Por un lado, Daniel Craig pareciera cansado del papel, en una interpretación desangelada a la que no le ayuda para nada el guion que muestra a un James Bond más antipático que nunca y a menudo francamente ofensivo. Los clásicos personajes de apoyo regresan, pero ninguno de ellos tiene algún desarrollo significativo, quizás a excepción de M. La trama es un enredo de situaciones y viajes que parecen servir únicamente para exponer la cantidad ilimitada de viáticos con que cuenta Bond, a pesar de que su agencia ha sido puesta fuera de operaciones, en un argumento de lo más trillado que incluso la serie de Misión Imposible hizo de mejor manera. Pero el pecado más mortífero de esta entrega es que el villano Blofeld es el clásico mucho ruido y pocas nueces, anunciado con bombo y platillo como el verdadero genio detrás de todo lo sucedido en las películas anteriores y quien supuestamente siempre estaba dos pasos adelante de todos. Supuestamente, porque al final del día sus planes malévolamente genéricos se ven frustrados por sus propias excentricidades y ante un James Bond sin una pizca de ingenio que durante la toda película actúa como un bruto propenso a la violencia y no como un agente secreto al servicio de Su Majestad.
Los efectos especiales son muy buenos y por lo menos el festín visual es digno de apreciarse; en ese sentido, lo que más vale la pena son los primeros diez minutos de acción en la Ciudad de México. No tienes de que preocuparte si decides ver solo esa parte y dejar lo demás.
lunes, 19 de septiembre de 2016
La Bruja
(The Witch)
Robert Eggers (2015)
Este thriller sobrenatural está ambientado en la Nueva Inglaterra del Siglo XVII; cuando un feligrés es desterrado de su comunidad debido a su extremismo religioso, se ve obligado a vivir con su familia en el exilio. Muy pronto desaparece el hijo más pequeño y todos culpan a su hermana Thomasin, incluyendo a su propia madre. El aislamiento y el ambiente tenebroso del bosque empiezan a poner paranoicos a todos los miembros de la familia, rondando por sus cabezas el acecho de una supuesta bruja. La película tiene un tono minimalista muy bien logrado y omite dar mayores explicaciones, avanzando lentamente e infundiendo un temor que es mayormente psicológico, ya que hay pocos sobresaltos y el factor miedo es reducido. No te dejes guiar mucho por el tráiler, ya que no es una película de terror convencional y puede aburrir a algunos, sin embargo, la sutileza y la estética son sus virtudes.
martes, 13 de septiembre de 2016
La Niña de la Mina
Jorge Eduardo Ramírez (2016)
La historia muestra a dos jóvenes ingenieros llamados Mateo y Sara que son contratados por una poderosa empresa trasnacional para investigar una serie de muertes relacionadas con una mina en Guanajuato, las cuales aparentemente tienen que ver con una aparición espectral. Durante la historia se introducen varias subtramas con las que pretenden mostrar lo que sucedió en el pasado y diversos guiños que son interesantes; sin embargo, esta prometedora premisa es desarrollada dispersamente y sin estructura, hasta llegar a un clímax apresuradísimo, poco satisfactorio y que se va en un parpadeo. Aunado a malas actuaciones de los dos protagonistas, la película termina por quedarse muy corta, a pesar de tener una propuesta narrativa con potencial. Recibe puntos extra por ser filmada en México, donde hay poco apoyo para películas que no sean dramas ultra realistas.
miércoles, 7 de septiembre de 2016
El Niño
(The Boy)
William Brent Bell (2016)
Cuando una joven norteamericana llamada Greta acepta un trabajo de niñera en Inglaterra, recibe la sorpresa de que su trabajo consistirá en cuidar a un muñeco llamado Brahms al cual una pareja de ancianos tratan como si estuviera vivo, debido a que su verdadero hijo falleció a la edad de ocho años. A partir de ese momento los sustos provocados por la inmóvil figura no se hacen esperar y el misterio de la película es saber si Brahms está realmente vivo o existe alguna explicación menos sobrenatural para las tenebrosas travesuras de las cuales es víctima Greta. Más allá de eso, la película tiene poco que ofrecer con actuaciones pobres, personajes planos y sustos genéricos; una vez que el misterio es revelado ni siquiera tiene mayor relevancia el final. Incluso los 97 minutos que dura parecen demasiado tiempo para una trama que no daba para más.
lunes, 5 de septiembre de 2016
Re-Animator
Dir. Stuart Gordon (1985)
Esta película, favorita de culto entre los fans, está basada en uno de los cuentos más tempranos de H. P. Lovecraft, el cual se dice escribió para una revista juvenil sólo para ganar algunos dólares rápidos; incluso los conocedores del autor de Providence lo consideran un trabajo menor. Sin embargo, esta adaptación cinematográfica protagonizada por Jeffrey Combs es una obra maestra.
Combs interpreta de manera magistralmente maniática al Dr. Herbert West, un genio científico que ha creado una fórmula con la que está convencido de que puede revivir a los muertos, en lo que sería el más grande descubrimiento en la historia de la ciencia médica. Sin embargo, pronto se descubre que aquellos que regresan del más allá son seres violentos y desprovistos de toda humanidad, lo cual no detiene al obsesionado West en sus intentos por vencer a la muerte. En este torbellino de fatalidad y resurrección se ve envuelto el estudiante de medicina Dan Cain, así como su prometida Megan y el padre de esta, el Dr. Alan Hasley.
Después de una violenta introducción, la película avanza lentamente, estableciendo la llegada de West a la Universidad Miskatonic como una perturbación para todos debido a su actitud soberbia y desafiante; poco a poco se incrementan el drama y la tensión hasta llegar a una explosión de proporciones épicas en los últimos veinte minutos en los que el director ya no se guarda absolutamente nada y la sangre y las vísceras vuelan por doquier. Destaca en esta última parte el antagonista de West, el Dr. Carl Hill quién es un monstruo aún peor, de manera figurada y literal.
Afortunadamente la película toma muy en serio una premisa que parece sumamente inverosímil, evitando caer en el humor auto paródico, tan común en el cine de los ochenta. También cuenta con dos secuelas inferiores, que valen la pena si disfrutaste la primera.
Si conoces de horror clásico entenderás por qué Herbert West, el Re-Animator, tiene un merecido lugar entre los monstruos más legendarios del séptimo arte.
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