lunes, 31 de agosto de 2015

Here’s to you

(Esto es para ustedes)
Letra: Joan Baez
Música: Ennio Morricone

Por Javier Leyva

Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti fueron un par de inmigrantes italianos radicados en Estados Unidos. En su época, fueron públicamente conocidos por ser seguidores de una corriente anarquista que se oponía a la guerra y a los gobiernos autoritarios. En el año de 1921 fueron condenados a muerte por un Juzgado de Massachusetts, acusados de homicidio, a pesar de existir abrumadoras evidencias a favor de su inocencia. Su caso pronto se convirtió en un escándalo internacional que provocó indignación. Literatos, académicos y artistas de todo el mundo se pronunciaron en apoyo a los inculpados, y múltiples peticiones de indulto se hicieron llegar al gobierno Norteamericano. Sin embargo, en el año de 1927, Sacco y Vanzetti fueron ejecutados en la silla eléctrica. El prejuicio contra los inmigrantes y sus creencias políticas les habían costado la vida en el país que se abandera a sí mismo con el estandarte de la libertad.

La cantautora Joan Baez se ha caracterizado durante su larga trayectoria por denunciar los abusos y la inequidad a través de su música, con la cual protesta contra la injusticia social. Su talento incuestionable, carrera inmaculada y compromiso con las causas sociales, la posicionan como uno de los grandes activistas sociales del siglo XX. Sacco y Vanzetti fueron mártires, victimas del totalitarismo político y símbolo de los movimientos de liberación. Era inevitable que el talento de la primera encontrara expresión en la desgracia de los segundos. En el año de 1971, Baez se inspiraría en la siguiente carta que Bartolomeo Vanzetti le escribió a su padre mientras se encontraba en la cárcel:

“Sí, padre, soy prisionero. No temo decir mi crimen. Mi crimen es amar a los abandonados. Sólo callar es una vergüenza.”

Y no podía ser más adecuado que el afamado compositor italiano Ennio Morricone fuera quien
se encargara de escribir la música, en una fantástica colaboración que dio como resultado una
de las canciones más emblemáticas del movimiento a favor de los derechos humanos, un
verdadero himno de la lucha social:

Here's to you, Nicola and Bart (Esto es para ustedes, Nicola y Bart)
Rest forever here in our hearts (Descansen por siempre en nuestros corazones)
The last and final moment is yours (El momento último y definitivo es suyo)
That agony is your triumph (Esa agonía es vuestro triunfo)

Here’s To You ganó relevancia y se convirtió en icono mundial, apareciendo en múltiples películas, documentales, incluso videojuegos, pero especialmente, al ser interpretada por muchos otros artistas que desearon transmitir su mensaje.

Descansen en paz Sacco y Vanzetti, sus muertes no fueron en vano.






“Tu canción favorita. Nicola. Bart. Inmigrantes ejecutados injustamente…
Pero sus muertes sirvieron como un mensaje para otros… Que la nuestra,
es una sociedad que mata a los inocentes… ¿tú también crees que tu
sacrificio cambiará al mundo?” – Skull Face.


domingo, 30 de agosto de 2015

El Último suspiro de la Humanidad



Por Ella Rucinter

Abrió los ojos a las siete en punto, como de costumbre; la habitación era fría y húmeda a pesar de que tras las ventanas podía observarse un sol radiante; el olor nauseabundo invadía cada rincón de la casa, parecía no haber corriente de aire capaz de colarse por alguna rendija y su milésimo ducentésimo quincuagésimo cuarto día de intento por abrir alguna ventana o puerta había corroborado la imposibilidad de ello. Hoy, sin embargo -pensó-, será diferente. Había descubierto, bajo el lavabo, un pequeño resquicio; habría jurado que no estaba ahí en un principio, es decir, desde que comenzó toda esta absurda pesadilla, pero -¿cómo iba a ocurrírsele buscar en un lugar así?, ¿acaso no era tozudamente improbable? -se dijo- mientras miraba con atención aquella abertura que, quizá por la creciente desesperación de aquellos días insoportables, le parecía la última esperanza de tocar la cálida luz del día y volver a sentir la fresca brisa del mar que se le aparecía como la única visión de un mundo que ya no recordaba y al que -pronto lo sabría- ya no pertenecía.

Día 1

Su primer recuerdo era sumamente nítido, tal vez debido a que todos los días habían sido casi idénticos dentro de ese espacio; poco antes de abrir los ojos sintió su respiración, era tranquila; reconoció su cuerpo, sintió su piel tibia y finalmente comenzó a percibir la quietud del ambiente; el sobresalto vino después, cuando, al alcanzar la consciencia absoluta, su mente no pudo reconocer dónde se hallaba y, peor aún, tampoco fue capaz de recordar algún suceso antes de ese amanecer. No obstante, sabía que era ella misma, se trataba de una extraña sensación de conocimiento propio pero sin la posesión de aquella historia de vida -que intuía- debía tener todo ser humano. -Tranquila –susurró al espejo que encontró en el baño- es sólo un desajuste pasajero; mas los días venideros acentuaron su ansiedad y la invadieron de un miedo inconcebible.

La inspección de la casa tomó poco tiempo; contó dos recámaras en la parte superior acompañadas de un baño que se conectaba entre ambas, las tres piezas lucían limpias y estaban acondicionadas con lo mínimamente necesario, lo cual daba la apariencia de un lugar amplio y luminoso; halló una cama individual con un tocador a lado en el que descansaba un cepillo café de cerdas blancas y una lamparilla color crema. Escaleras abajo había una cómoda sala con un enorme ventanal y un pequeño librero de madera y al lado izquierdo, la cocina, en la que encontró una mesita con dos sillas, un viejo refrigerador y una alacena amarilla adecuadamente surtida. Cada habitación contaba con ventanas que mostraban exactamente lo mismo: una hermosa playa solitaria; sin embargo, cada intento que hizo por salir a su encuentro fue inútil y lo mismo pasó al tratar de abrir las ventanas. Como por consuelo y al igual que con su condición de amnesia, Abigaíl pensó que aparte de este interesante inconveniente, la casa era bastante acogedora y luchó por relajarse y concentrarse en obtener más información que le ayudara a disipar tanta confusión.

Después de unas cuantas semanas y apartando el miedo de encontrarse cara a cara con su posible captor, la necesidad del contacto humano fue tomando fuerza, aunque no demasiada, pues la soledad, aún en contra de sus propias expectativas, no representó su mayor obstáculo; sin darse cuenta pronto se acostumbró al silencio del lugar e incluso, algunas veces, se sorprendió a sí misma disfrutando la serenidad del mar a través de cualquier cristal que se le atravesara y a pesar de no comprender la razón de su extraña retención, reconoció que no padecía molestias importantes ni grandes incomodidades así que hasta cierto punto se sintió aliviada de que nadie apareciera. -Además –meditó- quizá hiciera más difícil su estancia tener que explicar a alguien más su falta de memoria y se estremeció al imaginar el horror que experimentaría al no poder confiar en ese otro ser. Entonces, en ocasiones, cuando la nostalgia por la voz humana le embargaba, leía alguno de los libros en voz alta y otras veces entonaba fragmentos de canciones que creía recordar de cuando había tenido un nombre y una historia, para esto, le gustaba imaginar diversas situaciones en las que podía contar su vida como hubiera deseado que fuera o tratando de darle una explicación a su presente. Pronto, todas estas fantasías fueron desapareciendo para dar lugar a sueños tormentosos, insensatos e intranquilos, aunque a veces también agradables acerca de su destino. Más de una vez despertó creyendo que su realidad era otra mejor y cuando al fin la alcanzaba la verdadera, una punzada de dolor e irritación horadaba en su interior y le arrebataba toda esperanza. Decidió entonces registrar la cuenta de los días y organizar su tiempo con pequeñas actividades que le permitieran conservar la cordura y el buen juicio; empezó a experimentar con combinaciones de los alimentos disponibles para conseguir algo de variedad en los sabores; leía todos los libros que ofreciera el librero; se ejercitaba; aseaba la casa y aunque la calidad del agua no era muy buena también se duchaba constantemente; finalmente, el tiempo libre del que trataba de escapar lo ocupaba en la infructuosa e insidiosa tarea de pretender abrir alguna de las dos puertas con que contaba la casa o bien, las ventanas, que hasta en sus más desesperados intentos –arrojando pesados objetos hacia ellas- resultaron ilesas.

La mayor de sus frustraciones era saberse rehén de quién sabe qué mente o circunstancia enfermiza; el esfuerzo por desquiciarla con esta simple duda –debía reconocerlo- era admirable pues no se necesitaba nada más que paciencia para salir victorioso, tarde o temprano perdería la razón dando vueltas dentro de este espacio inmutable. -¿Qué mejor tortura que la de ponerle enfrente a uno lo que más desea y al mismo tiempo asegurarle lo absolutamente imposible que es conseguirlo? –reflexionaba.

La imagen de una silueta alada dentro de una jaula le vino a la mente, -¿era esto un recuerdo?, -no lo sabía, pero creyó que nunca le había gustado la idea de impedir a un ave el vuelo, despreciaba la irracionalidad con que la gente se apropiaba de la libertad de estas criaturas y la tortura que les causaba confinándolas, igual que a ella, a un diminuto y triste mundo artificial. Sintió tanta lástima con este pensamiento que por primera vez notó con claridad la aplastante dimensión de su fragilidad y con ello, el temor que guardaba dentro de sí arreció. A pesar de todo, Abigaíl conservaba la calma y fiel a sus pequeñas actividades logró ver pasar los días. Su nombre, Abigaíl, lo encontró por casualidad en una de las lecturas que hacía; la protagonista sucumbía al tormento de desconocer cuál era el propósito de su vida, razón por la cual perdía su libertad y su lugar en el mundo y era enviada a un lejano planeta llamado Olvido donde todos los habitantes habían extraviado su razón de existir, y ahí, en compañía de un melancólico joven, descubría la pasión por la vida misma y el deleite de una mente sin preocupaciones ni miedos; la historia la conmovió de tal manera que se apropió del nombre con que el autor había bautizado su creación.

Día 1,255


Había pasado ya mucho tiempo de ese primer día. El
deterioro fue posándose lenta y sutilmente, apareció en
cada esquina, se instaló en todo pequeño detalle, utensilio u
forma, incluso lo vio adherirse a ella inevitablemente;
comenzó como algo simple y creció hasta convertirse en una
sólida presencia que irrumpía en un lugar ya apenas
soportable. El agua semi cristalina fue adquiriendo un tono
marrón consecuente con un fuerte hedor que inundaba toda
la estancia cada vez que abría los grifos; las blancas paredes
perdieron el brillo y una fina capa de suciedad se impregnó a
ellas, el mobiliario envejecía con la rapidez con que pasaban
los días y el alimento era notoriamente más escaso. Si bien le
preocupaba encontrarse con alguien sin conocer las
circunstancias que la habían dejado varada en aquel paraje,
de vez en cuando añoraba la compañía, pues aunque los
libros eran una efectiva válvula de escape, no habían logrado
distraerla de la imposibilidad de salir o si quiera de romper
un trozo de aquella necia muralla de vidrio; ahora sabía, con
seguridad, que aunque estaba sola en esa casa y afuera
nunca había visto a nadie más, de alguna forma alguien o
algo se encargaba de mantenerla con vida, pues con
extrañeza había comprobado que una reducida y discontinua
cantidad de víveres conseguía llegar hasta la pequeña
alacena de la cocina y los libros -no estaba muy segura de
esto- también eran renovados cada cierto tiempo, lo cual era
a la vez un alivio y el signo del terror de ser vigilada sin saber
cuál era el motivo ni la finalidad; hasta ese momento nadie
se había tomado la molestia de comunicarse con ella o de
explicarle su situación, así, llegó a pensar que quizá había
cometido algún crimen horrendo y este cautiverio era su
castigo; pasó muchos meses tratando de encontrar sentido a
este encierro pero sólo pudo contar con la certeza de estar
atrapada en esa pavorosa prisión que la torturaba con la
terrible visión del exterior.

Tres días antes y como parte de su rutina, Abigaíl bajó
cautelosa por las escaleras con la idea de sorprenderse con
la presencia de alguien –sólo por si acaso –se decía- y
nuevamente, a pesar de sus más fervientes y contradictorios
deseos, se encontró sola en la imperturbable casa.
Desayunó, se tendió en el sofá a leer ‘Tokio Blues’ por
segunda vez y al cabo de un rato llenó la bañera con el agua
rancia de la cañería que, a fuerza de costumbre, resultaba
reconfortante, y ahí, justo debajo del lavamanos vislumbró
una grieta en el azulejo. Su primera impresión fue de
indiferencia y al cabo de unos minutos de contemplación
comprendió que ese diminuto hueco podía significar su
boleto de salida, así que tratando de conservar la calma por
si alguien vigilaba, salió del agua y miró más de cerca aquella
rasgadura en la pared, la tocó discretamente y supo que era
real así que fue a su habitación, se vistió y se dirigió a la
cocina, tomó un cuchillo, subió al baño de nuevo, desprendió
el azulejo con la grieta y para su sorpresa, descubrió que lo
que servía de pared estaba bastante deteriorado y con unos
cuantos golpes del cuchillo se desmoronaba fácilmente, lo
cual le permitió echar un vistazo al otro lado, pero lo que vio
a continuación estaba lejos de parecerse a la desierta playa
que anhelaba pisar.

Al principio, lo único visible fue la tubería, la peculiar fetidez
de una alcantarilla penetró en la habitación pero enseguida
una corriente fría y limpia se coló también así que aunque
era difícil describir lo que estaba mirando, cuando aspiró su
primera bocanada de aire fresco no albergó ninguna duda de
que cualquier cosa que pudiera haber del otro lado sería
mejor que continuar esperando la muerte o la locura en este
recinto, entonces, con un pavor y determinación
incognoscibles siguió retirando azulejos y cemento lo más
rápido que pudo durante los dos días que siguieron; y
temiendo que en cualquier momento fueran a detenerla
estos seres invisibles que se encargaban de alimentarla y
mantenerla bajo llave, fingió -aunque sabía lo absurdo que
resultaba- llevar a cabo sus actividades cotidianas a pesar de
ser evidente que pasaba mucho más tiempo en el cuarto de
baño.

Por las noches, la dificultad para dormir la dominaba, llegó a
pensar que podría tratarse de una cruel broma y que al
despertar por la mañana el orificio habría desaparecido
llevándose consigo todas sus esperanzas, pero no fue así y
una vez que hubo retirado un tramo considerable de pared,
comprobó que fuera lo suficientemente grande para
atravesarla y asomó la cabeza. Estaba ante una sucia avenida
de aspecto sombrío y eso era todo lo que alcanzaba a
vislumbrar porque más allá de treinta centímetros la
obscuridad era impenetrable, esto la intimidó por un
instante, mas haciendo uso de todo el coraje acumulado en
los últimos días, al fin cruzó al otro lado del muro.

Detrás del agujero

Se le doblaron las piernas nada más pisó el concreto, el
miedo recorría cada poro de su piel y todos sus sentidos
quedaron al descubierto mientras avanzaba dando la espalda
a su antigua morada envuelta en aquella espesa tiniebla.
Podía sentir un sudor frío que la empapaba, escuchaba el
metálico eco de sus pasos y uno que otro chapoteo a la
distancia; el ambiente tenía un sabor a óxido y una fragancia
de podredumbre y humedad impregnaba el lugar. La visión
era deficiente a causa de la nula iluminación pero se
compensaba con la atención que su tacto prestaba a todo lo
que había alrededor para poder conquistar el camino y de
esta forma, al cabo de dos horas de angustiosos tropiezos,
dio con un pasillo estrecho en el que se atesoraba un claro al
final. Corrió hasta quedar sin aliento y cegada por la
emoción y la diáfana luz, apenas logró percatarse de lo que
pasaba; había caído por una pendiente pedregosa que
desembocaba en un bosque putrefacto, mientras su cuerpo
recibía golpes por todas partes consiguió asirse de una rama
que sobresalía entre la tierra y esto amortiguó un poco el
impacto que la dejó inconsciente un par de horas. Cuando
abrió los ojos, por un momento esperó ver la habitación que
la aprisionaba, sin embargo, el frío y un dolor penetrante le
recordaron su ubicación y con dificultad fue incorporándose
en este nuevo mundo que la recibía. -¿Dónde carajos estoy?
¿Es que acaso han decidido dejarme escapar? ¡Imposible!,
demasiado fácil -reclamó. Tuvo que dejar pendiente esta
incógnita al percatarse de que no estaba en una playa, trató
entonces de entender cómo podía haber cambiado tan
bruscamente el panorama o si habría recorrido una larga
distancia por aquella cloaca pero enseguida desechó
cuestionarse todas estas cosas en aquel preciso momento
pues empezaba a anochecer; miró en derredor y no encontró
mejor opción que enfrentarse a aquel paraje hostil en el que
estaba a punto de internarse.

Tenía miedo, sí, eso era lo que la tenía tan alterada, la ya
vieja sensación insoportable que le nublaba el pensamiento
estaba atormentándola para impedirle el avance. ¡No lo
permitiría!, no iba a ser derrotada de esta manera,
encontraría ayuda, aclararía este disparatado episodio y
sobreviviría, con esto en mente, caminó durante horas a
través de una angosta vereda sin observar ningún cambio
significativo en el paisaje, los árboles ya no tenían vida, eran
huecos troncos empecinados en mantenerse erguidos
sosteniendo abundantes inmundicias; enmarañadas, las
telarañas se adherían entre las ramas suplantando a las hojas
de antaño, la adusta tierra era de un color pardo e infinidad
de deshechos se esparcían sobre ella, hierbajos secos y
raíces podridas surgían por todos los rincones, montañas
enormes y grises acordonaban la zona, las rocas vestían una
gruesa capa de alguna especie de moho negruzco que
acompañadas del silencio sepulcral daban al paisaje su tono
más lúgubre; el tibio aire y la fresca brisa de mar que
anhelaba fueron reemplazados por un gélido soplo que
transportaba gran cantidad de tierra a sus pulmones y el
intenso azul del cielo que viera a través del vidrio tantas
veces, se transformaba en un pálido cúmulo de nubes grises
con tintes rojizos; parecía no haber más vida y por ello le
resultó evidente que la vista de la playa a la que estaba
acostumbrada era inexistente.

El viento embestía con fuerza y tuvo que refugiarse en un
tronco alto y ancho que lucía una gran abertura en el centro,
y contra todo el terror que la abrumaba se aventuró a pasar
ahí el resto de la noche, al fin y al cabo –concluyó- ya otro
agujero la había salvado antes. Se acomodó lo mejor que
pudo aunque no logró conciliar el sueño, repasó entonces
cada uno de los acontecimientos pasados y al igual que otras
tantas veces elaboró descabelladas y complicadas hipótesis
que en nada le ayudaban a descifrar este enigma. -¿Por qué
molestarse en conservarla viva y bajo la ilusión óptica de un
paraíso si lo que observaba ahora era sólo devastación? ¿Qué
propósito tenía aquello y para quién?– ese era el verdadero
misterio. Sabía que no estaba sola, por lo menos no en
aquella casa, y ante esto, la perturbadora idea de que
estuvieran jugando con ella u observándola y acechándola le
infundía un terror asfixiante. Cerró los ojos y escuchó
atentamente, nada ocurrió y una neblinosa mañana asomó a
su encuentro.

Salió de su escondite sigilosamente y continuó sin rumbo fijo
por las entrañas del bosque. Su cuerpo, que había resistido
el primer embate de la huida, ahora se percibía pesado y
doliente; la respiración era penosa debido a la espesa bruma
que aspiraba y un ardor abdominal le reprochó su falta de
provisiones; al atardecer, el cansancio y el hambre habían
incrementado, lo que minaba su concentración y dificultaba
en gran medida la búsqueda de algún rastro de civilización.

El ejército Vespa

Apesadumbrada, prosiguió su andanza a través de un vasto
matorral que le produjo pequeños pero consistentes
rasguños a cada roce y cuando se hubo detenido a causa del
escozor que los acompañaba, escuchó el avance de un ligero
zumbido a sus espaldas; el sonido se hizo cada vez más
estridente e imaginando que podría tratarse de un avión o
algún otro transporte permaneció expectante a su
avistamiento. Cuando el origen de aquel estruendo asomó a
poca distancia, Abigaíl no atinó más que a echarse boca
abajo, casi petrificada, para ocultarse entre la áspera maleza.
Despejar la mente de miedos y dudas ya no bastaba para
conservar la calma ante aquella imagen y cuando el sonoro
ruido quedó encima de ella, un fuerte escalofrío la sacudió
por la nuca devolviéndole la movilidad a todos sus músculos,
no obstante, no se atrevió a perder la postura hasta pasados
unos prudentes minutos y sin convicción, giró el cuerpo para
observar mejor la irreal escena; complejas naves surcaban el
cielo dejando a la vista únicamente cuatro delgados cables
que sostenían inmundos seres de largos brazos blancuzcos
con esféricos ojos acuosos que Abigaíl relacionó, desde
entonces, con un inminente peligro; la piel cetrina del
abdomen de estas criaturas mostraba finas líneas amarillas
que abrazaban una buena parte de la espalda y se unían a los
antebrazos; una coraza de aspecto similar a la piel de
serpiente protegía la cadera que se prolongaba hacia una
gruesa extremidad puntiaguda encorvada hacia atrás, e
incapaz de imaginar más horror, vio desplegarse unas
membranosas alas en cada una de estas abominaciones que
emprendieron el vuelo para internarse en diferentes áreas
del bosque. Tras comprobar que estaba fuera de peligro se
irguió y con alivio volvió a contemplar la quieta desolación.

Conmocionada por el reciente suceso consideró regresar
sobre sus pasos y abandonar toda búsqueda de interacción
humana, sin embargo su instinto de supervivencia le
aconsejó refugiarse en la espesura del bosque antes de
encontrarse con más de aquellos seres. Apresuró el paso y
sin ocuparse de ningún otro pensamiento localizó su
siguiente escondite; una saliente descansaba a la orilla de un
estrecho canal maloliente y oculta debajo de ésta halló una
diminuta cueva en la que reposó su maltrecho espíritu.
Repetidas veces despertó atemorizada por lejanos ruidos
nocturnos que su cerebro identificaba con aquel
espeluznante zumbido e intranquilos sueños visitaron su
estancia durante la larga noche. Al día siguiente no se
atrevió a salir ni por un segundo, su estado de alerta
persistía a pesar de sentirse abatida por la deshidratación, la
somnolencia y la falta de alimento y cualquier inocente
sonido le aceleraba el pulso dolorosamente; se cernía otra
penosa noche.

Acurrucada entre las frías paredes, Abigaíl despertó
sintiendo el movimiento de sus entrañas provocado por
desesperados pasos que se aproximaban vertiginosamente,
permaneció inmóvil, atenta al desarrollo de la cercana
persecución cuando repentinamente se detuvo la carrera y
un breve grito anunció el desenlace. Preparada para echar a
correr aguzó la vista y el oído en espera de algún peligro y se
mantuvo en vela, conteniendo, bajo sus brazos, fieros
espasmos que la atravesaban; suaves pisadas merodeaban
en las cercanías del riachuelo, Abigaíl redujo la respiración
para estabilizar los latidos de su corazón, el cual, le parecía,
podía ser escuchado a miles de kilómetros de distancia
revelando su paradero así que permaneció muy quieta hasta
que finalmente todos los sonidos se desvanecieron con el
paso de la madrugada. A la mañana siguiente salió de la
cueva a echar un vistazo, tenía muchísima sed y tuvo que
considerar beber de la sucia substancia que corría frente a
ella, cuando se acercó notó que había muchas huellas de
pisadas humanas y esto la sorprendió y emocionó tanto que
decidió continuar su travesía hacia lo desconocido y en lugar
de arriesgarse a tomar agua contaminada arrancó un botón
de su blusa y lo metió a su boca para generar saliva mientras
hallaba una mejor solución.

El bosque parecía desierto, no obstante, tomando en cuenta
los acontecimientos recientes, Abigaíl sentía una tremenda
ansiedad y avanzaba con extrema precaución buscando en
todo momento posibles escondites o maquinando
estrategias de escape entre todo aquel forraje sin vida.
Caminó sin descanso hasta el crepúsculo y en la cúspide de
una colina logró reconocer la silueta de una ciudad y una
última descarga de adrenalina la impulsó hasta ella. La
metrópoli era enorme, le fascinaba, casi le hipnotizaba,
aunque conforme se acercaba podía ver el inmenso
deterioro que la permeaba; le pareció nunca haber visto
nada igual pero en realidad era imposible saberlo pues
aunque no guardaba ningún recuerdo tampoco era
totalmente ignorante de lo que eran las cosas, simplemente
no tenía memoria.

Humanidad

Por fin entró a la derruida ciudad y con asombro contempló
inmensos edificios en ruinas distribuidos sobre amplias
avenidas de concreto descritas en aquellos libros del lugar
donde tiempo atrás despertó sin saber quién era ni qué hacía
ahí. Quería observar cada detalle del agrietado pavimento,
subir a uno de esos automóviles abandonados, explorar
entre los pasillos de cada construcción y por un segundo
logró desprenderse del terror que la había atormentado
desde que vio a tan monstruosas abominaciones.

La noche extendió su majestuoso manto luminiscente sobre
aquellos resquicios de urbanidad y Abigaíl contempló con
dicha el vasto cielo. Enseguida ingresó en un gran edificio de
piedra con amplios cristales y al entrar observó una pequeña
y polvorienta placa que rezaba: La Biblioteca Central se
construyó gracias al apoyo del Dr. Ikari Matsumoto en 1994.
Se preguntó entonces qué año sería éste y si encontraría
información útil en los libros que albergaba el recinto pues
era evidente que algún desastre había arrasado con la
comunidad que hubiese visto el esplendor de tan inmensa
metrópoli. Visitó todos los anaqueles pero no encontró nada
que disipara sus cuestionamientos o que le ayudara a
orientarse en este nuevo mundo. Había muy pocos libros y la
mayoría estaban en pésimas condiciones; la hemeroteca era
el espacio mejor conservado, sin embargo también había
sido vaciada y los pedazos de periódico que estaban
desperdigados por el suelo tenían distintas fechas y no había
forma de saber si el de fecha más reciente era el
correspondiente a esta época.

Exhausta y sin pensar mucho en lo que hacía, Abigaíl cogió
un trozo de papel periódico y lo metió a su boca
masticándolo con un tanto de dificultad por la falta de saliva,
cuando por fin lo tragó, el dolor abdominal que sentía cedió
lentamente hasta que tras dos bocados más un desagradable
sabor se impregnó a sus encías y desistió. Se desplazó a los
pisos superiores pero tampoco halló algo que le explicara la
situación actual aunque sí un mapa que le sería muy útil;
decidió conciliar el sueño en la hemeroteca donde descansó
unos escasos 45 minutos debido al paso de una horda de
estruendosos zumbidos que la obligaron a mantenerse en
vilo el resto de la noche, y en ese momento supo que ya no
podría resistir mucho tiempo más en pie si no conseguía
agua y alimentos así que en cuanto amaneció y después de
considerar sus opciones y asegurarse de que ningún
alienígena estuviera merodeando el lugar resolvió
arriesgarse a salir de nuevo en busca de algún almacén u
otro posible lugar donde pudiera encontrar víveres.

Un ligero viento atravesaba la ciudad y Abigaíl sintió
estremecer su delgado cuerpo. Se dirigió al sur siguiendo las
indicaciones del mapa, aún se preguntaba dónde estarían las
demás personas, al menos las que habían impreso sus
huellas en el bosque la otra noche y tras caminar seis
cuadras y media dio con una diminuta escalerilla que llevaba
a un pasaje subterráneo donde para su sorpresa por fin
logró encontrarse con otras personas, las primeras que veía
desde aquél lejano primer despertar.

Nadie se inmutó al verla bajar, la mayoría ni siquiera notaba
su presencia; se desplazó sigilosa entre diversos grupos de
mujeres, algunas lucían cansadas y tristes, tenían la mirada
perdida, otras yacían sobre sucios cartones acomodados en
el obscuro pasillo, algunas otras se reunían alrededor de
modestas fogatas y las demás hablaban sentadas o comían
en silencio. Abigaíl no podía creer que finalmente pudiese
ver a otro ser humano y a pesar de ver las horribles
condiciones de vida que llevaban y de no saber a qué se
debía, sintió un gran alivio de estar junto a ellas y por el
momento no se preocupó en saber por qué había sólo
mujeres, e incapaz de resistirse, se dejó vencer por un sopor
fatigante y al cabo de poco tiempo el silencio dominó
nuevamente la atmósfera. Al volver en sí notó un leve mareo
que se transformó en extrañeza cuando una sucia mano le
acercó una cantimplora, bebió tan rápido como pudo y se
incorporó con esfuerzo pero las mismas manos le impidieron
levantarse del todo.

-No te levantes- ordenó una joven de grandes ojos marrones
y le ofreció una bola de arroz que Abigaíl engulló
rápidamente. Tienes dos costillas rotas y aún no te hemos
vendado.

-Lo siento- se disculpó Abigaíl. Llevo días viajando

-¿De dónde has venido?- preguntó la chica con verdadero
interés.

Aislada por un largo período, Abigail no daba crédito a nada
de lo que había visto en las últimas horas y con desazón,
también advirtió lo raro y difícil que resultaba conversar con
alguien.

-Yo -atinó a decir- estaba encerrada en una casa; apenas,
hace unos pocos días, logré salir de ella. Siempre había
comida, en verdad un lugar apacible, cómodo, excepto
porque no había forma de salir de ella hasta que hallé el
agujero; se estaba bien dentro sin tomar en cuenta ese
detalle. Afuera se veía una playa, no sé si era real o no
porque cuando logré huir me encontré con este bosque y
luego… ¡vi seres horrendos que volaban!

-¿Te refieres a los Vespas? –fue la respuesta de la gentil
mujer que la atendía.

-¿Los qué cosas? –articuló.

-Me refiero a los invasores, las bestias aladas que andan
destruyendo y asesinando todo lo que se halla a su paso. –
dijo la mujer con voz trémula. Han extinguido la vida en el
planeta, bueno… casi toda, aún quedamos unas pocas
personas, en realidad desconocemos la magnitud del daño. Y
tímidas lágrimas asomaron a sus ojos.

Aquella escena sacudió a Abigaíl y la plantó ante una nueva
realidad; infinidad de veces había urdido el diálogo en el que
se le aclararía satisfactoriamente el caudal de incógnitas
acumuladas en los largos días de cautiverio y se le explicaría
la situación actual enfatizando los acontecimientos de mayor
relevancia; diversas vertientes apaciguaban el ferviente
deseo por esclarecer su identidad e invariablemente
guardaban relación con el encierro, jamás imaginó una
libertad en donde cada paso sería desconcertante.

-Pero me parece que tendrías que hablar con un amigo mío,
estoy segura de que él puede ayudarte más que yo- aseguró
la joven. Te llevaré con él en cuanto te recuperes un poco,
ahora duerme- concluyó.

Continuará…

sábado, 22 de agosto de 2015

El desajuste

Por L. G. M.

No puedo recordar lo que pasó, por más que intento recordar, a mi mente no llega nada sobre ese día. No entiendo nada, no puedo explicar esta herida en mi hombro derecho ni tampoco recuerdo haberme afeitado, mucho menos puedo explicarme por qué tengo un arma junto a mi cama.

Me da miedo salir a la calle, he estado asomándome por un lado de la ventana, apenas abriendo la cortina, todo se ve tranquilo, llevo dos días sin salir de aquí, pronto la necesidad de comida se hará presente, el teléfono suena, no voy a contestar.

Ahora que lo pienso fue el teléfono el que me despertó, abro los ojos y todo da vueltas, estoy casi seguro de haber escuchado pasos dirigiéndose al pasillo, estaba tan mareado que apenas pude levantarme sólo para caer de rodillas sobre el suelo, otra vez silencio. Lo último que recuerdo es estar caminando de noche sobre la calle que está a un lado del parque, recuerdo el crujir de las hojas muertas quebrándose con cada paso que daba, estaba pensando en Susana y su llamada de la tarde.

Reviso el revólver que está a un lado de mi cama, le faltan dos balas, hoy no pienso salir de casa, regreso a dormir.


viernes, 21 de agosto de 2015

Yo original











Voy queriéndote con todo el amor que hay en el Yo. 

¿Y a dónde voy? Voy a ese Yo que eres tú y que soy yo, y mi anti-yo; 

que eres tú y tu anti-yo que soy yo y también soy tú. 

Y al final todo es tú siendo Yo. 

El Yo absoluto que alberga este amor infinito 

que siento en mí misma cuando soy tú y yo, 

para ser Yo y Tú Ya siempre.

Por Karina López Correa

jueves, 20 de agosto de 2015

Ópalo


Me siento ridículamente libre
como ópalo en el fondo del océano,
como el reflejo inmóvil de una pantalla de fuego,
como la tímida osteoporosis de un ornitorrinco
bailando en una fiesta de disfraces:
con una mano saludando
y con la otra apuntando un revólver a mi sien,
con un pie mirando al cielo
y el otro sumergido en excremento;
como si viviera dentro de una jaula de humo
que me empeño en seguir construyendo,
como si estuviera recibiendo el premio Nobel
al escupitajo más certero,
como si les cantara a los muertos mientras abrazo al presidente,
como si mis buenos deseos alimentaran a los desahuciados,
como si obstruyera un plan previamente descartado por el ego,
como si te viera en todas las mujeres que morboseo en silencio,
como si estuviera escribiéndote y no tuviera otro remedio.

Por Victor Valdovinos Romero

miércoles, 19 de agosto de 2015

Dead Space

Visceral Games (2008)

Hace algunos años Electronic Arts lanzó el videojuego "Dead Space", shooter de horror situado en un alucinante ambiente espacial. Los primeros  trailers mostraron escenas muy violentas y los creadores prometían una experiencia de terror más allá de lo antes visto. Ante estas expectativas tan altas fuimos muchos los gamers que esperamos ansiosamente su estreno, claro, siempre cautelosos pues en esta industria no son pocas la decepciones que uno se puede llevar. Pero para fortuna de todos, "Dead Space" cumplió cabalmente con su promesa de entregar lo último en terror virtual, siendo un éxito tanto en ventas como en crítica.

El juego multiplataforma fue lanzado para los sistemas más avanzados del momento XBOX 360, PS3 y PC por lo que el apartado gráfico es de primer nivel, y se nota claramente en sus grotescas imágenes que involucran descuartizamiento estratégico para poder avanzar. Sin duda es un juego hecho sólo para mayores de edad y no apto para personas con estómago débil; incluso lo realizadores han comentado que para la creación de los cuerpos mutilados y criaturas amorfas que aparecen decidieron estudiar fotografías reales de víctimas fatales de accidentes automovilísticos ¡eso es auténtica atención al detalle!

La historia situada en el Siglo XXV es muy elabora y quizás muy densa, pero una vez que te has metido en ella te deja enganchado hasta el último momento. Nuestro héroe es un ingeniero espacial llamado Isaac Clake (en referencia a dos colosos de la literatura de ciencia ficción, Isaac Asimov y Arthur C. Clarke) quien es enviado junto con la tripulación del "USG Kellion" a investigar una nave en órbita a Aegis VII, llamada "USG Ishimura", la cual ha perdido contacto tras enviar una señal de auxilio y en la que por azares del destino se encontraba Nicole Brennan, la novia de Clark. No mucho tiempo después de llegar a la nave descubren que se ha desatado un auténtico infierno en ella, provocado por una infestación de horrorosas criaturas sedientas de sangre, llamadas Necromorphs. Mientras es atacado por ellas y asaltado por fantasmagóricas imágenes de Nicole, Clarke descubrirá que el origen de la pesadilla está vinculado a una religión global conocida como Unitología.

A estas alturas, es interesante ver el esfuerzo que se ha imprimido en el proyecto multimedia para establecer la mitología detrás de "Dead Space", pues además del videojuego, la historia se ha expandido con precuelas, secuelas y complementos en forma de comics, películas animadas, páginas de internet.




Como Clarke, contamos con un vasto arsenal para hacer frente a los Necromorphs (cadáveres humanos reanimados) que va desde armas comunes como cortador de acero y lanza llamas hasta la habilidad de ralentizar objeto s y utilizar telequinesis. La mejor estrategia para lograr que estos muertos permanezcan muertos es descuartizarlos miembro por miembro, así que aquellos acostumbrados a apuntar directamente a la cabeza pueden terminar lidiando con algo aún peor.

En "Dead Space" los escenarios son amplios y con un ambiente escalofriante que nos recuerda a películas espaciales como "Alien", "2001: A Space Odyssey" e incluso la fallida "Event Horizon". Además, podemos notar como inspiración a "The Thing", filme de John Carpenter que muestra a un ser del espacio en el cual se basaron para crear la bizarra apariencia de sus criaturas no-muertas. Si este videojuego demuestra algo es que no hay nada de malo en copiar, siempre que sea de los mejores y con una buena dosis de genialidad.

El factor miedo en "Dead Space" es excelente, trepidante y prácticamente no para, siendo de lo mejor que se ha visto
desde que otras franquicias de survival horror se han visto estancadas recientemente. Cuenta con una dificultad bastante alta y se completa en aproximadamente 10 o 12 horas, tiempo en el que sin embargo se puede tornar repetitivo en su gameplay y en sus escenarios, de los cuales un 90% están localizados en una nave espacial. Estos son algunos aspectos los cuales  intentaron pulir un poco más en siguientes entregas, en aras de brindar una mejor experiencia.

Si eres un
 Hardcore Gamer  y has estado buscando un juego retador y que te mantenga con los pelos de punta, "Dead Space" es la opción ideal para ti. Esta nave es toda una joyita dentro de su género que no te arrepentirás de abordar. O tal vez sí...


martes, 18 de agosto de 2015

La Armada Invencible

Por Rafael Q. Reynoso 

En ocasiones, pasajes de la historia de algunos países se asimilan con historias del futbol, y como dice el dicho, quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Es difícil saber si esto es verdad o simple casualidad, pero en este caso, analógica y futbolísticamente, la realidad superó a la historia.

España antes de ser un imperio figuraba muy poco, esto por la división de sus reinos y porque no se había afianzado como un estado sólido, es decir, era complicadísimo llegar a ser un país poderoso como Francia o Inglaterra; en el futbol, España tradicionalmente vivía algo similar, ya que ni siquiera el recuerdo de una antigua gloria cubría los constantes descalabros de su selección en Eurocopas y Mundiales, a pesar de contar con el material humano y el talento necesario para ser potencia.

En un momento clave de la historia, llegó la unión de los reinos y los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón iniciaron el gran Imperio Español que se extendería más allá de los mares y el mundo conocido. En el balompié llegó Luis Aragonés quien, uniendo a jugadores de Real Madrid y Barcelona, logró cambiar la historia de la selección y a base del ya famoso “tiki-taka”, plantó la semilla de la hegemonía de España con la obtención de la Eurocopa en el año de 2008.

En el transcurso del reinado de Isabel y Fernando se descubrieron nuevas tierras y se llenó de riquezas la corona con los recursos de estos nuevos territorios; además, en el panorama internacional ya se le consideraba un poder digno de respeto. Llegó el mundial de Sudáfrica 2010 y ”La Furia” dando continuidad a su último éxito, logró regresar como Hernán Cortes a tierras Castellanas, con las manos llenas de oro, sólo que procesado como Copa del Mundo.

Pasaron los años y lo realizado por los reyes católicos era cosa del pasado; los reinos de España pasaron a ser el Imperio Español encabezado por Carlos I y como consecuencia, los territorios y riquezas abundaron en su máximo esplendor. Vicente del Bosque llevó a la selección al éxito total, ganando la Eurocopa 2012 y, de este modo, obteniendo la “Triple Corona”; ninguna selección en la historia había logrado el triplete Eurocopa-Mundial-Eurocopa, y fue así como “La Furia” se consagró como “La Roja”, el equipo más poderoso sobre la tierra. Sin embargo, todo tiene un final y así como terminó el poderío del imperio español ante los ingleses, en el futbol la supremacía de la selección española fue doblegada por Brasil, Holanda y Chile, cerrando de manera dolorosa una de las páginas más gloriosas en su historia.

lunes, 17 de agosto de 2015

El Chacal






Por JALEZA 

En cierta ocasión, platicando con un compañero operador, este me contó que en el poblado de Chimalpa, como a unos diez kilómetros de la ciudad de Apan, si pasabas solo después de las doce de la noche se te podía aparecer El Chacal. Eso fue en el mes de noviembre de 1987, lo recuerdo bien porque acababa de pasar el día de muertos. Y precisamente, yo me encontraba trabajando en una línea de autobuses con una ruta que iba por el rumbo de Apan, Hidalgo. Asi las cosas, un buen dia me tocó sacar el último viaje, que era a las 11:30 de la noche, y tenía muy presente la historia que me había contado mi colega. En esa empresa los operadores trabajábamos solos, pues no teníamos cobradores a bordo, y por eso siempre procuraba saber cuántos pasajeros llevaba. La ruta salía de la Cuidad de Mexico, pasaba por San Juan Teotihuacan, luego Otumba, Ciudad Sahagun, Emiliano Zapata, Chimalpa y, finalmente, Apan. Trataré de relatarles lo que viví en ese viaje, aunque las palabras no siempre bastan para describir una experiencia como esa.

Habiendo pasado Ciudad Sahagun prendí la luces interiores del autobús y comprobé que solo quedaban tres pasajeros, los cuales estaba seguro bajaban en el poblado de Emiliano Zapata. Y efectivamente así fue. Era aproximadamente la 1:30 de la mañana y como ustedes comprenderán, de inmediato me vino a la mente la historia de El Chacal. Proseguí mi camino hacia Chimalpa en soledad. El poblado es pequeño y lo atraviesa uno en línea recta, pues la carretera pasa por el centro. Era de madrugada y sugestionado como me encontraba, imprimí la mayor velocidad posible para pasar rápido el poblado; sin embargo, al llegar al centro de la localidad, el autobús fue perdiendo velocidad por si solo hasta quedar completamente inmóvil.

Solo pueden imaginarse la escena. Yo solo en el autobús, la noche completamente oscura, el silencio total. Me sentía asustado y trataba de arrancar el autobús, cuando de pronto, al levantar la vista hacia la carretera, lo vi venir de frente hacia mí. Era una figura de apariencia bestial y canina, caminaba erguido, mirándome fijamente con sus ojos rojos como la sangre y su hocico abierto, mostrando horribles colmillos. Esa imagen aun me produce escalofríos.

Yo no podía hacer ningún movimiento, estaba petrificado. La criatura llegó al autobús y empezó a recorrerlo por el costado izquierdo. Dio la vuelta por la parte posterior, y regresó por el lado derecho. Al llegar a la puerta, volteó a verme por un instante y, acto seguido, continuo su camino hasta perderse entre las casas. Pasaron unos segundo y el camión arrancó, la luces se encendieron y pude proseguir mi camino.

Manejaba por inercia, mi mente embotada por el espanto. Y justo cuando me encontraba por llegar a la ciudad de Apan ¡repentinamente escuche a mi lado una voz grave! -Bajan allí en la gasolinera de la entrada- ¡Pegué un brinco que casi me hizo rebotar en el techo del autobús! Era un pasajero que se había quedado dormido y me pegó el susto de mi vida, pues yo estaba seguro de que iba completamente solo. Después de bajar a este ingrato en la gasolinera, recordé las palabras de mi compañero, “El Chacal te agarra si vas solo”. Resultó que no iba solo, y tal vez fue por eso que me dejó pasar sin hacerme daño.

No sé si lo que vi fue real o lo imagine por la sugestión y el cansancio propio del trabajo. Pero una cosa si es real, El Chacal no me espantó tanto como ese condenado pasajero.


jueves, 13 de agosto de 2015

Remake malo vs Remake regular

Por Mauricio Leyva

La Profecía (The Omen, EUA, 2006) bajo la dirección de John Moore (Flight of the Phoenix, EUA, 2005) es el remake de la hecha por Richard Donner en 1976. En esta nueva versión el político Robert Thorn y su esposa Catherine pierden a su primogénito y en un extraño giro del destino Robert tiene ante sí la posibilidad de adoptar a otro recién nacido para ocultar la muerte del niño a su esposa y tener una vida felices juntos. Pero nadie esperaba que el huerfanito sería nada más y nada menos que el hijo del diablo, el nuevo anticristo venido a destruir el mundo y que necesitaba del dinero e influencias de Robert para lograr su cometido. En su temprana infancia se encargará de asegurar su futuro y quitar del paso a toda persona que le estorbe, incluyendo padres adoptivos, fotógrafos chismosos, sacerdotes bizarros y alguna nana molesta.

¿Dije nueva versión? ¡Pero si es exactamente igual a su predecesora!, dirían algunos. Y tendrían razón. Moore se encarga de copiar palmo a palmo la cinta de terror que junto con películas como El bebé de Rosemary o El exorcista ayudaría a replantear el género de terror. Ni siquiera se tomaron la molestia de reinventar una o dos escenas o darle un giro nuevo a la trama, las muertes de los personajes son recreadas cuadro a cuadro, los diálogos no aportan nada nuevo, en fin no hay ninguna sorpresa para los fans del film original, desaprovechando así una gran oportunidad, ya que pudieron retomar las escenas más memorables y construir su historia a partir de ahí, no obstante Moore prefiere hacer un homenaje-calca que arriesgarse un poco a ser creativo.

Pareciera que los productores tienen demasiado respeto a la cinta original o más bien miedo a que el público odie los cambios. ¿Cuál es el valor de esta cinta entonces? Es simplemente aprovechar la coyuntura para hacer dinero y aprovechar una fecha tan comercial como fue el 06-06-06. Si en unos años regresa algo semejante a la guerra fría no duden en que tendremos de nuevo refritos de películas como El día que paralizaron la tierra o La invasión de los usurpadores de cuerpos (otras tres versiones).

En cambio El Poseidón (The Poseidon, EUA, 2006) es otro remake que por lo menos busca darle un sentido nuevo a la trama. Con Wolfang Petersen al mando, un director mucho más experimentado y capaz, la película se salva de ser un homenaje tardío a La aventura del Poseidón de Ronald Neame, filme del género de catástrofes. Gracias a que Petersen ya había abordado el tema en dos películas previas –Das Boat y La tormenta perfecta- sabe cómo generar situaciones caóticas en espacios cerrados y desplegar una serie de aventuras trepidantes llenas de agua salina. Retoma la idea de un accidente marítimo en la que un puñado de sobrevivientes variopintos deben unir fuerzas para poder llegar a la cima-fondo de un crucero para no morir ahogados.

Siendo sinceros no se puede juzgar a esta película con un estándar muy alto, porque al igual que la original no tiene una gran fuerza dramática ni buenos cimientos en lo que se refiere a narrativa. Y aunque no tiene éxito en este sentido sí lo tiene en su verdadero cometido: ser una distracción y un escape de la realidad por poco más de hora y media. El guión no es de lo mejor, los actores pecan de acartonados –Kurt Russell parece una mala caricatura de si mismo-, pero el espectáculo pirotécnico es suficiente para mantener la tensión y con ello el interés en la simple premisa.

Por eso es que no debe perderse de vista para qué son hechas este tipo de películas. Son un mero negocio que busca generar ganancias, productos mecánicos e industrializados que interpelan los sentimientos más primarios del espectador apagando su intelecto por un rato. Se busca simplemente entretenimiento hueco y sin sentido.

En su tiempo, las películas originales de las que parten estos y otros remakes se arriesgaron a probar cosas nuevas, con directores primerizos, actores desconocidos y bajos presupuestos, conjuntando
lo anterior en un éxito que si bien no fue inmediato, el tiempo les otorgó su lugar como clásicos del género. En cambio, en las nuevas producciones se cree que con sólo tener grandes presupuestos, guiones calados por la audiencia y grandes luminarias tendrán triunfos taquilleros instantáneos, por eso la caída es más estrepitosa cuando no recuperan ni lo que invirtieron en el proyecto.

Pero mientras el público siga prefiriendo rumiar una y otra vez las mismas historias y se diga alegremente que los remakes sirven para acercar a las nuevas generaciones a “grandes clásicos” el cine comercial permanecerá en su estancamiento por largo tiempo. El pronóstico no es bueno y parece que la invasión de los clones es inminente.


miércoles, 12 de agosto de 2015

Vertov y el Cine-Ojo


Por Patricia Munguía 


Denis Arkad’evic Kaufman (1896-1954), mejor conocido por su seudónimo ‘Dziga Vertov’, es uno de los pilares del género documental y referencia obligada para los estudiosos de este género. Su aportación comienza a forjarse en el año de 1916, en su “laboratorio del oído”, experimento que consta de armar montajes de fonogramas y palabras que él mismo denominó “música de ruidos”, con ello, Vertov inicia la exploración sobre las posibilidades del montaje, elemento indispensable de su obra. En 1918 se incorpora a la redacción y edición de los primeros noticiarios soviéticos llamados kino nediela y es ahí donde comienza a percatarse del uso que puede darse a los recursos cinematográficos.

La cámara cinematográfica era para Dziga Vertov el personaje principal de toda su teoría, pues la consideraba como un ojo fílmico capaz de captar lo que para el ojo humano era imposible, aunque también las cámaras de aquella época tenían sus inconvenientes con respecto a esta idea debido a sus enormes dimensiones. No obstante, la cámara mostraba el mundo de forma singular y eso lo fascinaba, hecho que impulsó el desarrollo de su teoría, en 1922, sobre el kino-glaz (Cine-ojo), en donde, junto con su hermano Mijail Kaufman y otros cineastas o kinoks, postula un rechazo absoluto por las estructuras ficcionales utilizadas en el cine tradicional, es decir, la escenografía, la iluminación artificial y el uso de actores, para dar paso a una nueva expresión cinematográfica en donde la cotidianeidad sería la protagonista en la pantalla.

El Cine-ojo debía “usar la cámara como un ojo fílmico más perfecto que el ojo humano para explorar el caos de los fenómenos visuales que llenan el universo”, con ello Vertov y su equipo captaban “la vida de improviso” y se planteaban los principios del cine documental. Mas no se limitaba a recoger las imágenes tomadas de la realidad, sino que debía colocar cada una de las partes en un rompecabezas que mostrara lo que para ellos significaba una verdad completa y no una sesgada, para ello se requería de un largo proceso de montaje, el cual no pretendía ser lineal ni cronológico, sino que se establecían relaciones entre las diversas situaciones filmadas, así, las imágenes yuxtapuestas eran el hilo conductor de sus narraciones y era la composición total de sus partes las que daban vida a la obra y no sólo unos cuantos elementos.

Sus obras más representativas son Celovek’s Kinoapparatom (El Hombre de la Cámara, 1929), en la que la ciudad y la lente cinematográfica son protagonistas de esta sinfonía fílmica; Entuziazm (Entusiasmo, 1930) que es su primer cinta sonora; Tri pesni o Lenin (Tres cantos sobre Lenin, 1934) y su serie de 23 noticiarios Kino-pravda (Cine verdad, 1922-1925).

La aportación más importante de este cineasta soviético fue la experimentación a la que sometió la estructura convencional del lenguaje cinematográfico pues de esta forma logró dotarlo por completo de una nueva intención y nuevos enfoques, obteniendo resultados innovadores no sólo en la manufactura del material visual sino en la percepción del espectador. Dziga Vertov fue incomprendido en diversas ocasiones, sin embargo, su obra trató de responder a las necesidades de su época y su aportación es fundamental para comprender el cine soviético y conocer las bases del género documental.


martes, 11 de agosto de 2015

Borgia


Por Rafael Q. Reynoso

La historia de los Borgia, la enigmática familia hispano-italiana, es retratada por el guionista Tom Fontana con una calidad similar a la de los artistas del renacimiento. Teniendo como mecenas a la cadena Canal Plus de Francia, a Netflix para su difusión y usando como pilares principales de la serie a la “santísima trinidad” (Rodrigo, César y Lucrecia) de esa familia tan controvertida, logró crear a lo largo de sus tres temporadas una obra tan exitosa como las de Da Vinci o Miguel Ángel.

Desarrollada en el siglo XV, esta serie retrata la vida, obra y milagros de la familia que fue la pionera en unificar Italia y unir el estado y la iglesia. Teniendo un sólido fundamento histórico, un fantástico desarrollo de la ficción y una magnífica interpretación de los actores protagonistas, Mark Rayder (Cesare Borgia), Jonh Doman (Papa Alejandro VI), Isolda Dychauk (Lucrezia Borgia) y, como antagonista, Dejan Čukić (Cardenal Guiliano Della Rovere).

Tomando como lienzo las locaciones de Praga y algunas de Italia, el equipo de arte y producción logró plasmar un ambiente similar al de la Italia renacentista en la que se desarrolla la trama, además, un punto a destacar es que a pesar de ser una serie histórica la audiencia está en perfecta sintonía con la trama, el contexto y los personajes como si se tratara de una serie actual como “Los Soprano”.

Realmente vale la pena disfrutar de esta serie que mezcla la historia, la intriga, el drama, la política, el erotismo, el sexo y el poder, aderezada con personajes de la época como Maquiavelo, Da Vinci o Copérnico, transmitiendo al espectador las sensaciones plasmadas en la pantalla. Si eres de los espectadores que gustan de tramas intrincadas o films como “El Padrino”, sin lugar a dudas quedarás enamorado de esta superproducción.



La mejor interpretación del clan Borgia es, sin duda, la de Fontana, en comparación con la serie del 2011, The Borgias, ya que ésta no concluyó la trama y además las interpretaciones y el contexto histórico quedaron mucho a deber.

lunes, 10 de agosto de 2015

Her

(2013) Dir. Spike Jonze

En esta ocasión Jonze crea una historia de ciencia ficción conmovedora y llena de melancolía que explora las emociones humanas a través de la interacción entre una máquina súper inteligente y un hombre solitario y lastimado por el duro golpe del desamor que nos hará reflexionar acerca de nuestra existencia y la complejidad de las relaciones humanas.

Theodore Twombly, interpretado por Joaquin Phoenix, se encuentra estancado en un deprimente divorcio y su vida gira en torno a su trabajo como escritor de cartas profesional, el cual, paradójicamente, le permite expresar aquellos sentimientos y emociones que es incapaz de proyectar en su propia vida; para organizarse mejor, decide adquirir un novedoso sistema operativo que le asistirá a través del teléfono celular y la computadora, al configurarlo, surge Samantha, a quien Scarlettt Johansson presta su sensual voz; pero no se trata de cualquier software pues al instante comienza a aprender todo sobre este nuevo mundo y también sobre los seres humanos, por lo cual ambos comienzan a interactuar de forma cada vez más personal y profunda hasta que ella se convierte en algo más que un programa computacional.


Spike Jonze
Aunque en la trama intervienen más personajes, casi toda se basa únicamente en las pláticas entre Theodore y Samantha aderezadas por la excelente música de Arcade Fire y el tema principal de The moon song a cargo de Karen O, quien anteriormente trabajó con el director en Donde viven los monstruos.

Amor, sensualidad y ficción fueron los elementos elegidos por Spike Jonze para contar este afortunado encuentro entre la mente humana y la inteligencia artificial.


domingo, 9 de agosto de 2015

Divergente









La adaptación cinematográfica de esta novela escrita por Veronica Roth estuvo a cargo del director Neil Burger y como suele pasar con muchas otras historias que prometen más de lo que en realidad ofrecen, esta cinta decepciona no sólo por la carencia de sentido que dan a la trama misma sino por la pobreza de recursos estilísticos con que la ejecutan.

El inicio recuerda a un maravilloso cuento de Isaac Asimov llamado Profesión donde los ciudadanos son evaluados por máquinas que determinan la labor a la que serán asignados como miembros activos de la sociedad, no obstante, la genialidad y talento de este autor no son parte del resto de la historia que nos ocupa.

La película se desarrolla en una época futura donde después de una terrible guerra que ha destruido la mayor parte del mundo y a su población, se erige un nuevo sistema de gobierno donde se divide a los ciudadanos en seis esferas, cinco de ellas con influencia y actividades específicas y otra a la cual son enviados los marginados. Cada división se basa en una virtud que en conjunto con las demás confieren de fuerza a esta nueva sociedad recluida detrás de una gran muralla de concreto; verdad para alcanzar la justicia, sabiduría para impulsar el conocimiento, altruismo para recordar nuestra humanidad, cordialidad para reforzar los lazos de convivencia y valor para enfrentar los desafíos, son las cinco facciones de este mundo distópico. Sin embargo, la lucha por el poder altera la tranquilidad y buen funcionamiento del sistema para dar paso a una nueva generación de gobernantes igualmente corruptos e insensatos cuyo principal objetivo es detentar el poder absoluto en las decisiones de la comunidad. Su único obstáculo son algunos miembros de la sociedad nombrados “divergentes” quienes gozan de una supuesta pluralidad de pensamiento que les impide ser clasificados dentro de una sola categoría. Por supuesto, la protagonista Beatrice ‘Tris’ Prior (Shailene Woodley) y su enamorado Tobias ‘Four’ Eaton (Theo James), resisten a los embates a que los orilla la clase dominante para establecer su lugar en la sociedad.

Uno de los elementos más absurdos en la trama es el transporte público de la metrópoli: un tren que no sabemos hacia dónde se dirige, nunca hace paradas y debe abordarse en movimiento, por lo cual veremos a los protagonistas corriendo tras éste durante toda la película. 

La narración no ofrece novedades en cuanto a lo que hemos visto en este tipo de películas; ni siquiera se destaca en el uso de efectos especiales. Lo que pareciera ser un cuento de ciencia ficción se transforma en un aburrido flirteo. Siguiendo la línea de la mayoría de las películas hollywoodenses la trama se centra en el romance entre los personajes principales sin ofrecer al espectador elementos más interesantes. Y si acaso sirve como introducción al libro pues tampoco éste parece apetecible.

sábado, 8 de agosto de 2015

Videodrome

David Cronenberg (1983)

Por Javier Leyva

David Cronenberg es un legendario director canadiense, creador de una obra fílmica de corte abstracto y estilo artístico muy personal; en los últimos años le ha dado un giro a su cine clásico, pero su gran obra de los ochenta y noventa contiene algunas de las mejores películas de horror y ciencia ficción; aunque muchas han sido consideradas de las más extrañas jamás hechas, se han vuelto clásicos gracias a su indiscutible calidad, que le ha ganado el favor de la crítica y muchísimos fanáticos, que en mayor o menor medida le reconocen y rinden culto. De entre estas películas, "Videodrome" es una de las más personales y mejor logradas, aunque quizá no tan conocida por el gran público pues su contenido es fuerte y muy cerebral en cuanto a los conceptos argumentativos que maneja.

Además de la dirección, Cronenberg se encargó de escribir el guion de la película, inspirado en algunas de sus experiencias personales con los medios masivos de comunicación, sobretodo la televisión como camino para acceder a una realidad alterna. El estreno de la película fue acompañado por una adaptación literaria del mismo nombre, escrita por Dennis Etchison.

El inmortal James Woods es Max Renn, presidente y dueño del canal de cable "CIVIC-TV", especializado en programación para adultos, sobretodo pornografía softcore. Renn conoce en un talk show al filosofo Brian O'Blivion (quien solo puede ser visto en videos pregrabados y reproducidos en una televisión) y a la psiquiatra Nicki Brand, con la cual pronto establece una relación romántica.

En su constante búsqueda por shows cada vez más innovadores y distintos, Renn piratea señales de todo el mundo con la ayuda de su técnico clandestino Harlan. Repentinamente descubren una emisión llamada "Videodrome", la cual parece provenir de Asia; en esta, se muestran actos de tortura, mutilación y asesinato sobre personas anónimas, lo cual se desarrolla sin trama alguna y en una sola habitación roja sin decorado. Renn queda encantado por este programa, al igual que Nicki, quien decide ir a una audición tras descubrir que en realidad este proviene de Pittsburgh, Pennsylvania; La misteriosa naturaleza de "Videodrome" y las recientes alucinaciones sadomasoquistas que Renn comienza a experimentar hacen que decida investigarlo más a fondo. Pronto se entera de que las alucinaciones se deben a un tumor cerebral inducido por la señal de "Videodrome" por lo que, con la ayuda de O'Blivion, deberá tratar de desentrañar la verdad detrás de esta; una verdad llena de traiciones y asesinatos que ocultan un complot corporativo, tecnología experimental y el motivo de la creciente enajenación mental de Max Renn, producto de las alteraciones espacio-temporales en la realidad que vive día a día.

Aderezando la gran actuación de James Woods está la hermosa Debbie Harry, mejor conocida por ser la vocalista del grupo de rock-punk "Blondie", quien interpreta a Nicki Brand dándole ese toque exacto de sensualidad que siempre la caracterizó en su vida artística.
Con sus dosis de horror, lo más destacable en la película es que Cronenberg muestra sin tapujos su visceral estilo visual, donde carne, sangre y maquinaria se funden en lo que podría constituir el último paso de la evolución humana. Además, envía un mensaje cargado de simbolismos e ideas sobre la percepción que tiene del principal medio de comunicación en masa, la televisión. En algunas de las escenas, este aparato se encarna como un ente orgánico, casi con vida propia y conciencia del poder que puede ejercer sobre la vida y mente de las personas. A través de las imágenes se comunica con sus receptores y los hace uno consigo mismo. Cronenberg juega con las infinitas posibilidades de los avances científicos en materia de telecomunicaciones pero lo hace planteando la incertidumbre que existe sobre las fuerzas, intereses e ideologías detrás de estos.

"Videodrome" es definitivamente una de las películas más extrañas; no es disfrutable para todos, por lo difícil de comprender que resulta la trama y lo explicito de sus imágenes, algunas de las cuales rayan en lo grotesco, como siempre ha sido en el cine de Cronenberg. Sin embargo, es una obra extraordinaria, sobre todo para aquellos que buscan ciencia ficción con una propuesta original además de un argumento profundo.

"Long live the New Flesh"